No por esperado no deja de producirnos una desagradable sensación el golpe de estado a plazos de los secesionistas catalanes, saltándose todas las normas a la torera. Analizaremos la capacidad de respuesta del Gobierno, de los partidos y la del propio estado con perspectiva y mejores datos dentro de unos días. Los golpistas deberán pagar por sus acciones. Pero analizando lo que hay detrás del golpismo y de la moderada reacción del Estado de Derecho, vemos que los independentistas llevan años y años sin una oposición clara y eficaz contra sus pretensiones, sin una minima defensa de España en Cataluña: se les entregó la cultura, los medios de comunicación y la educación durante decenas de años, ahora están intentando recoger lo sembrado, cierto que con muchas más torpezas de las esperadas.
Debemos reconocer que los independentistas tienen una alto grado de militancia y de activismo, conceptos que pueden sonarnos a “tiempos antiguos” pero que están demostrando que son muy eficaces, pues la molicie y el egoísmo de encerrarnos en nuestro pequeño mundo -esperando a que los políticos nos saquen las castañas del fuego- es letal y así una vez más los malos avanzan por la dejadez e inoperancia de los buenos. Ellos se fueron creciendo ante la pasividad de los nuestros, se lo fueron creyendo y llegaron a pensar que caminaban hacia la independencia sin apenas coste alguno y con el aplauso generalizado de todos los demás. Terminaron creyéndose sus mentiras y así engañaron a muchos al decir que la independencia llegaría como fruta madura, ahora toca que se den un duro baño de realismo.
Mientras unos sabían a donde ir, los de enfrente estábamos en Babia sin unirnos en la defensa de lo común, no será nada fácil cambiar las cosas en un plis plas, ni al día siguiente. Lo que no hemos sabido resolver en 30 años al día siguiente no es posible encontrar una solución apresurada. Los sediciosos tienen que perder y pagar por sus tropelías. Después habrá elecciones autonómicas donde aflorarán unos nuevos interlocutores necesariamente más moderados y tendremos por delante un trabajo de años para ir recuperando todo el terreno perdido. De que se acierte o no en el diagnóstico político posibilitará que se salga antes o más tarde del fiasco donde estamos, porque no existe una solución fácil ni en breve plazo, es necesario combatir al separatismo con tesón, cosa que hasta ahora no se ha hecho.
Sabemos que no hay ninguna causa importante que prospere en una sociedad democrática si los miembros que la sustentan no están dispuestos a esforzarse por ella. Si primamos nuestros intereses personales y no hacemos nada por trabajar por una idea común, sino supeditamos algo de nuestra comodidad a trabajar por los demás, con cierto sacrificio personal ¡Seguirem fotuts! Cierto que la lucha contra la independencia no es el único objetivo de nuestras vidas, realmente existe una mayoría silenciosa contra una minoría locuaz, muy organizada y muy subvencionada. Por ello necesitamos un cierto activismo por parte de la ciudadanía, no dejarlo todo en manos de los políticos esperando que ellos solos nos saquen las castañas del fuego. Sabemos que todo activismo también significa acción, actuar al servicio de una idea, de un proyecto más grande que nuestros estrictos intereses personales. Una vez más detrás de la acción aparece un ideal que la sostiene.
Lo que sucede hoy en la sociedad catalana es una clara demostración de cómo los independentistas están comprometidos, son activos militantes y así consiguen hacer prosperar sus ideas, mientras que aquellos que viven una vida centrada en la familia y en el trabajo, que no se mueven fuera de este círculo, ven como sus ideas están cada día más y más arrinconadas, tan solo les queda refugiarse en la queja, en el lamento. Si no cambian de actitud seguirán irrelevantes en el espacio social, por su cobardía al no defender sus ideas. Reflexionar sobre lo que ocurre en Cataluña es bueno hacerlo también desde aquí, ya que podemos aplicar las enseñanzas a nuestra querida Navarra, tan necesitada de una reacción social y tan sobrada de lamentos.
3 respuestas
Esto es lo más grave que ha ocurrido desde el 23F, e históricamente sólo se puede parangonar con la guerra de 1898. No sé si España será capaz de sobrevivir. Si finalmente el independentismo consigue su objetivo, el cáncer de la disolución seguirá extendiéndose por las demás regiones. La guerra de 1898 fue, de hecho, el mayor acicate que tuvieron los nacionalismos vasco y catalán. Ojalá sea posible superar esta gravísima crisis.
Por cierto, sobre la reflexión del artículo de que los nacionalistas están movilizados y nosotros no, apliquémoslo a Navarra. Durante décadas el nacionalismo ha tenido la calle, a pesar de ser una minoría en las urnas. Las fiestas de los pueblos, y concretamente San Fermín, son un altavoz para los nacionalistas. ¿Qué se hace en Navarra para dar una respuesta civil y democrática al nacionalismo que ahora, en una increíble pirueta, está gobernando la comunidad?
Si no somos capaces de dar una respuesta, el nacionalismo terminará creciendo y radicalizándose como ha sucedido en Cataluña. Es cuestión de tiempo. Ellos tienen un plan y lo están aplicando a rajatabla.
La manifestación del 3J estuvo bien, pero fue un paréntesis.
Contra los sediciosos rebeldes secesionistas , Código Penal, articulo 155 de la CE o Ley 36/2015, de 28 de septiembre, de Seguridad Nacional»….En este sentido, la Seguridad Nacional se entiende como la acción del Estado dirigida a proteger la libertad y el bienestar de sus ciudadanos, a garantizar la defensa de España y sus principios y valores constitucionales, así como a contribuir junto a nuestros socios y aliados a la seguridad internacional en cumplimiento de los compromisos asumidos; concepto que, hasta la fecha, no había sido objeto de una regulación normativa integral.»( del preámbulo de la ley).
Artículo 2. Ámbito de aplicación.
1. Esta ley será de aplicación a las diferentes Administraciones Públicas y, en los términos que en ella se establecen, a las personas físicas o jurídicas.
2. Los estados de alarma y excepción, se rigen por su normativa específica.
Artículo 24. Declaración de la situación de interés para la Seguridad Nacional.
1. La situación de interés para la Seguridad Nacional se declarará por el Presidente del Gobierno mediante real decreto. La declaración incluirá, al menos:
a) La definición de la crisis.
b) El ámbito geográfico del territorio afectado.
c) La duración y, en su caso, posible prórroga.
d) El nombramiento, en su caso, de una autoridad funcional, y la determinación de sus competencias para dirigir y coordinar las actuaciones que procedan.
e) La determinación de los recursos humanos y materiales necesarios para afrontar la situación de interés para la Seguridad Nacional, previstos en los correspondientes planes de preparación y disposición de recursos, así como de otros recursos adicionales que se requieran en cada caso, de acuerdo con lo dispuesto en el título IV.
2. La Declaración de situación de interés para la Seguridad Nacional supondrá la obligación de las autoridades competentes de aportar los medios humanos y materiales necesarios que se encuentren bajo su dependencia, para la efectiva aplicación de los mecanismos de actuación.
3. El Gobierno informará inmediatamente al Congreso de los Diputados de las medidas adoptadas y de la evolución de la situación de interés para la Seguridad Nacional.»