Sino remontamos un poco la perspectiva de nuestra mirada, no nos percatamos en que vivimos en tiempos donde la ligereza, la liquidez, la inmediatez, la levedad, la poca solvencia caracterizan el espacio donde nos movemos, gracias a un tal Sánchez. Hoy todo se analiza desde la perspectiva de lo acontecido hace tan solo 30 segundos desde que me llegó el último tuit. Así, no es fácil entender nada, marchamos como pollos sin cabeza, por mucho que estemos rodeados de alta tecnología, no la utilizamos correctamente y hemos perdió perspectiva.

Necesitamos tomar distancia y aumentar nuestra capacidad reflexiva, para entender el Plan A y el Plan B diseñado por el gurú de Moncloa Iván Redondo sobre ¿cómo afrontar el tema de la sedición catalana?. Los planes los tienen diseñados a la vez, pero se implementan uno detrás del otro. Plan A buscar por encima de todo el acuerdo con los Indepes, no importa pelos en la gatera. Si no es posible (cosa lo más probable) pues se impondrá un 155 mucho más duro que el anterior, antes de convocar elecciones.

Entre tantas tesis, libro, master, globos sonda, enterramiento de Franco… nos olvidamos de las pensiones, de los suicidios, de las drogas, de la emigración, de la economía. De momento Pedro Sánchez se quita de en medio una semana en América del Norte, para ver si escampa lo de su tesis y disfruta de las mieles del poder. Detrás de tanto ruido e inmediatez la inmensa mayoría de los españoles son sensatos, trabajan honradamente y son los que sostienen con sus impuestos todos los gastos del Estado,

Regresó Aznar, pasó por la Comisión y llamó “golpista” a Rufián, “pro etarra” a Matutes y “peligro para la Democracia” a Iglesias. En un plis plas visualizó que algo está cambiando. La progresía ha vivido en un mundo de Jauja, dictaba decretos sobre lo que es bueno y lo que es malo, y las derechas asentían. Estas cosas por tierras europeas lo de la pretendida superioridad moral que posibilitaba el dictar comportamientos políticamente correctos, ya no funcionan.

El PP está adoptando una posición más propiamente de derecha desinhibida, con menor vocación centrista. Las izquierdas de tanto repetirlo -como un sonsonete- han desgastado la eficacia de mandar a los oponentes a los infiernos, llamandoles fascistas. Hay signos que apuntan a cambios de calado, esperemos. Todo esto es lo que se ve desde mi nuevo drone.