Con el cambio de año se ha producido la publicación de los últimos datos del paro registrado y el balance, salvo para el PSN, es realmente preocupante para Navarra. Al acabar el año había 40.637 personas en paro en Navarra, lo que significa que hay 7.439 personas más en paro que en el cierre del año anterior, lo que a su vez se traduce porcentualmente en un incremento del desempleo del 22,4%. Gráficamente este es el aspecto de la situación en el mercado laboral.
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No todo el mundo está descontento sin embargo con estos resultados. El Gobierno de Navarra, incapaz por completo de cualquier autocrítica en cualquier apartado, lo que hace es valorar positivamente que sólo hayan descendido un 0,95% las afiliaciones a la Seguridad Social. Pero claro, una cosa es el paro y otra las afiliaciones a la Seguridad Social. Además resulta un tanto engañoso el dato de afiliados a la Seguridad Social.
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Diciembre de 2019 cerró con 289.851 afiliados frente a los 287.099 de diciembre de 2020. Hay una pérdida de 2.752 afiliados. Pero es que diciembre de 2018 cerró con 282.641 afiliados. Es decir, el año pasado cerró con un aumentó de 7.210 afiliados, mientras que hemos cerrado esta año con la mencionada pérdida de 2.752. Salta a la vista que el balance de 2020 en cuanto a afiliados es muchísimo peor que 2019 y ahí tenemos un efecto evidente de la pandemia, pero dejemos de lado el absurdo entusiasmo del gobierno foral y volvamos al paro.
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Navarra cierra 2020 con 40.637 parados, que son 7.439 más que el año pasado y el dato es muy malo, pero es que además hay que tener en cuenta que 2020 cierra con 8.586 navarros en situación de ERTE. Si sumamos los navarros parados a los que se encuentran en el limbo de un ERTE, entonces este año no tenemos 7.439 desempleados más, sino 16.025. Y no tenemos 40.637 parados, que ya eran muchos, sino 49.223: una crisis laboral en toda la extensión de la expresión. De hecho estamos peor que cuando UPN dejó el gobierno en 2015, se ha perdido todo el empleo creado en la legislatura “del cambio”, y hemos vuelto a cifras de la crisis de los años 2012, 2013 y 2014, bien es cierto que no a las de los peores extremos.
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Según todos estos datos aportados por el Gobierno de Navarra a través del Observatorio de la Realidad del Departamento de Derechos Sociales, un dato curioso es que, en el desglose por áreas, la agencia que refleja un mayor crecimiento del paro en Navarra en 2020 es la de Alsasua. Puede ser una triste casualidad, pero lo cierto es que más allá de lo anecdótico la destrucción de empleo es sólo una de las dos caras del problema al que nos enfrentamos. La otra cara es la reconstrucción del empleo. Y para eso hace falta animar y atraer la inversión. La pregunta es si la política fiscal de este gobierno, su hostilidad hacia las empresas y los inversores, así como su inseguridad jurídica y sus constantes cambios siempre empeorando las condiciones de las empresas y los inversores, atraen y animan la inversión o por el contrario la espantan y la animan a buscar otra comunidad o incluso otro país. Si es así, vamos a salir de la crisis con menos fuerza que los demás y con mucha más dificultad, no digamos comparado con la pujanza de Navarra unos cuantos años atrás.
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