Chivite y su agencia de verificadores gubernamentales para callarnos

Como quien no quiere la cosa y con el riesgo de que pueda pasar inadvertida, esta es una de las cuestiones más graves que se han planteado en Navarra en los últimos tiempos. El Gobierno de Navarra plantea nada menos que una agencia para supervisar y vigilar lo que dicen los medios. Lo que digan en contra del gobierno, tenemos que suponer.

Cuando decimos que avanzamos a marchas forzadas hacia una dictadura podría pensarse, hasta que el gobierno hace estos anuncios, que se trata de una notable exageración. Por el contrario, la agencia de verificación del gobierno se ocupará en el futuro, es de temer, de desmentir esta afirmación o de afirmar que avanzamos hacia una dictadura pero una «buena», una progresista, amorosa y social. Tendremos una dictadura buena sostenida por una oficina de censura buena. Una vez más la lucha en los tiempos modernos es discutir lo que las cosas son y no lo que la etiqueta dice que son.

Obviamente no parece que Chivite vaya a poner en marcha este órgano orwelliano de censura para denunciar los halagos excesivos o inmerecidos que algunos medios pueden lanzar hacia su gobierno. Que haya medios en 9 años no hayan publicado una portada contraria al gobierno, como en una dictadura, no le preocupa a Chivite. Lo que le preocupa es que haya medios que digan que Chivite miente, como cuando dijo que el PSN no convertiría a Asirón en alcalde de Pamplona.

Cuando a Chivite se le recuerde que su gobierno recomendaba no usar mascarillas en lo peor de la pandemia, aunque pasado lo peor las hizo obligatorias, o cuando se le recuerde que su gobierno recomendaba seguir haciendo vida normal después de haber estado con un enfermo de COVID, aunque después impuso la cuarentena, ¿qué dirá al respecto la agencia de verificación de la adecuada sumisión al gobierno? ¿Cuántas vidas por las que nadie ha respondido costaron los errores cometidos por el gobierno?

¿Para cuándo entonces una oficina de verificación de lo que publica el gobierno? ¿No son acaso las mentiras del gobierno las más relevantes? ¿No son los bulos, el fango y los discursos de odio que vienen del propio gobierno los más peligrosos? Pero claro, para verificar lo que dice el gobierno mejor que no sea el propio gobierno el encargado de verificarlo. ¿Inventamos entonces la prensa libre? De ninguna manera, en lo que está ocupado el gobierno es precisamente en vigilar lo que dicen los medios libres.

Resulta llamativo que para los grandes medios navarros esto no sea una piedra de escándalo. Que no digan nada o casi nada significa que no están preocupados. Que no estén preocupados no significa que no piensen decir nunca nada falso, sino que no piensan decir nunca nada que el gobierno decida que es falso. O esto o son periodistas y analistas que no ven venir la brutal amenaza a la libertad de expresión. ¿Qué clase de analista o periodista no ve venir esta brutal amenaza a la libertad de expresión? Si no ve venir esto, ¿qué ve venir?

Por supuesto no falta el supuesto periodista o director de periódico al que, contra lo que pueda parecer, le encanta la censura. Es el periodista activista que aplaudirá la censura del medio que no piensa como él. Es más, si el gobierno deja de dar dinero a algún medio desafecto, más dinero para los medios leales al gobierno. Si pocos medios en Navarra ponen por esto el grito en el cielo, es que hay pocos medios en Navarra críticos con el gobierno. Ningún medio sumiso a la creación de esta agencia por ser afín al gobierno parece por otro lado entender que algún día puede haber un cambio de gobierno.

Ya sin necesidad de una agencia de verificación de que lo que decimos es del gusto del gobierno, la libertad de expresión se encuentra muy mermada por culpa del dinero que el gobierno reparte a los medios. Si te parece bien cobrar del gobierno no puedes ser muy crítico con el gobierno, y desde luego no puedes ser muy antiestatalista. Pero esta herramienta ya la tiene el gobierno. Por tanto a lo que nos enfrentamos con esta nueva agencia sería a una nueva herramienta de represión dirigida contra los medios que no cobramos del gobierno. La pregunta por otro lado es si la agencia de verificación, para que sea eficaz, tendrá que verse complementada con una agencia de represión.

Cabe decir que el gobierno no es precisamente una institución indefensa ante la prensa. Es la prensa y la sociedad la que en una democracia necesita ser defendida del poder. Si el gobierno tiene algún problema con un medio, siempre que el problema no sea sólo que no le guste lo que dice ese medio, puede acudir a los tribunales o exigir el derecho de rectificación para expresar en ese medio su propia visión de los hechos. No existe por tanto ninguna necesidad de una agencia de verificación y vigilancia gubernamental.

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