El diario El Mundo publicaba ayer un artículo redactado por la periodista Emilia Landaluce, significativamente titulado “El PSOE de Pedro Sánchez aleja a Navarra del constitucionalismo”. Landaluce examina lo actuado por el cuatripartito a lo largo de la legislatura pero, sobre todo, se interesa por la siguiente legislatura y la deriva que con el subsiguiente reparto de fuerzas se pueda producir para Navarra. La periodista de El Mundo, sin embargo, no se limita a expresar sus propias impresiones sino que pregunta a algunos de los principales líderes políticos navarros y en este sentido resultan particularmente preocupantes, una vez más, las declaraciones de María Chivite.
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De este modo, la secretaria general del PSN responde con vehemencia e incluso con cierta indignación -dice la periodista de El Mundo- cuando se le pregunta si se alineará con el constitucionalismo o con el nacionalismo: “Es que no tiene nada que ver. Navarra es una sociedad plural. Siempre lo ha sido. Hay ocho opciones políticas. Yo no soy partidaria de la política de bloques, sino de los pactos. Las políticas de bloques hacen crecer el nacionalismo”.
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El PSN no desmiente que vaya a facilitar la continuidad de Barcos
Chivite, a continuación, señala a Mendiluce las dos líneas rojas que últimamente viene repitiendo, en el sentido de que los socialistas no gobernarán con el Partido Popular por motivos políticos, porque es “nuestro oponente”, ni con EH Bildu por “motivos éticos”.
Cuando la periodista le pregunta si hará presidenta a Uxue Barcos, Chivite responde que “Yo no he dicho que vaya a hacerlo. Ni tampoco lo contrario. Queremos un Gobierno progresista, pero también que no se siga ahondando en las políticas identitarias. De hecho, revertiríamos parte de las políticas lingüísticas porque no se adaptan a la realidad social. No se puede imponer un idioma”.
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¿Es posible un gobierno con Geroa Bai y dependiente de la abstención de Bildu dedicado a desmantelar efectivamente las estructuras de imposición y euskaldunización de Navarra que se han llevado a cabo durante esta legislatura? Por lo visto el PSN piensa que sí, o eso pretene hacernos creer, y ya nos anticipa no sólo su disposición a gobernar con Geroa Bai, sino a mantener a Uxue Barcos en la presidencia, o al menos no rechaza esta posibilidad frente a otras que aparentemente sí rechaza. Por ejemplo, a la vista de las declaraciones de los últimos tiempos de los distintos líderes socialistas, pareciera que prefieren apoyar un gobierno con Uxue Barcos de presidenta que uno con Esparza e incluso uno, hipotéticamente, presidido por Chivite pero apoyado por UPN, PPN o Ciudadanos.
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No excluye tampoco tocar poder gracias a la abstención de Bildu
Cuando la periodista le señala a la líder del PSN que en cualquier caso el Gobierno progresista de Geroa Bai y PSOE sólo sería posible con la abstención de EH Bildu. Chivite responde que “eso no es gobernar con ellos”, lo que confirma la sospecha de que la línea roja con Bildu, por “motivos éticos”, no es tan recta, tan continua ni tan roja como podría pensarse. Obviamente no se puede gobernar sin un pacto con alguien cuyos votos necesitas no sólo un día para acceder a la presidencia, sino para gobernar todo el resto de días de la legistatura. La pregunta es si lo mismo vale también para los vetos por el otro lado, y si permitir un gobierno alternativo sin nacionalistas, con el apoyo externo o la abstención del PPN, quedaría o no quedaría excluido porque eso tampoco sería “gobernar con ellos”
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Porque el PSOE necesita al PNV para mantenerse en el poder
Cuando se le sugiere que Navarra puede haber sido moneda de cambio para que, en apenas una semana, el PNV pasara de votar los Presupuestos de Mariano Rajoy a hacer efectiva su moción de censura, Chivite reacciona con indignación: “¡Qué chorrada! La situación en Navarra se distorsiona en cuanto se hacen interpretaciones en clave nacional”. Por el contrario, resulta imposible entender lo que sucede en Navarra si no es en clave nacional. ¿O no recuerda Chivite el famoso “agostazo”? Por el contrario, la dependencia de Pedro Sánchez de los nacionalistas puede determinar un agostazo inverso, o en todo caso la aprobación del tipo de pacto que en 2007 se vetó. El hecho es que, desde la moción de censura, con o sin el PNV de por medio, el PSN ha pasado de formar parte de la actual oposición a suplicar un hueco en el “gobierno del cambio”, contemplando, como en esta entrevista, incluso apoyar un gobierno presidido por Barcos y hasta condicionado por Bildu. ¿Y si por el contrario las relaciones entre Pedro Sánchez y los separatistas saltaran por los aires en Madrid? ¿Alguien cree que eso no tendría trascendencia en Navarra?
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Para el simpatizante del PSN, por todo ello, de cara a ir madurando su voto debe quedar claro que el PSN ahora mismo no es una alternativa clara al gobierno del cambio.
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