Resulta indiferente que partamos de la actual composición del Parlamento de Navarra o de la que podría resultar, según la encuesta interna de UPN, de una nueva cita con las urnas. En el primer caso el binomio UPN-PSN suma 34 escaños, por los 28 ó 29 que sumaría en el segundo. En cualquiera de los supuestos, UPN y PSN obtendrían una holgada mayoría absoluta al margen de CDN. Esto explica la posición de debilidad de CDN ante la, aparentemente, nueva estrategia pilotada por Miguel Sanz desde UPN.
Todo lo contrario sucedería si, de lo que se tratara, fuera de formar una gran coalición de centro derecha que aspirara a obtener una mayoría absoluta alternativa a los postulados del PSOE. En este segundo escenario, la necesaria acumulación de fuerzas del centro derecha para construir esa mayoría convierte en difícilmente prescindibles los votos del CDN. El centro derecha, sin ir más lejos, hubiera conseguido la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Pamplona acumulando los votos del CDN. Unos votos que se perdieron y quedaron sin representación, al no alcanzar el mínimo del 5% legalmente exigido.
La voladura del “quesito”.
Las pasadas elecciones en Galicia, en las que la derecha obtuvo mayoría absoluta, pueden ser un buen espejo para Navarra. Núñez Feijóo desmontó allí un par de mitos. Uno a escala nacional, desmintiendo que la abstención sea de izquierdas: Fraga perdió la mayoría absoluta con una participación del 63%, mientras que Feijóo la recuperó con una participación del 70%. El segundo mito se refiere a la voladura del “quesito”. También en Galicia existía una porción “perdida” de quesito nacionalista (19%), pero Feijoo demostró que podía conseguirse la mayoría absoluta obteniendo en las siguientes elecciones el 60% del 84% de los votos no nacionalistas.
Un complicado e impredecible escenario para el centro derecha.
Para UPN, los votos de CDN resultan irrelevantes a efectos de obtener el poder. Si en las próximas elecciones no es posible una aritmética que dé el poder a UPN-PPN-CDN, siempre podría repetir el pacto con el PSN. Desde este punto de vista, y siempre confiando en el voluble criterio de Rodríguez Zapatero, también podría evitarse la entrada en el gobierno de Nabai fuese cual fuese el resultado. Los votos de CDN, sin embargo, sí son importantes de cara a construir una mayoría de centro-derecha. No tiene sentido que UPN renuncie a formar y liderar esa posible mayoría. Pero será muy difícil construir esa mayoría (al menos la próxima legislatura) si CDN concurre por separado a las urnas, no obtiene representación parlamentaria, y se pierden hasta un 2,9% de los votos del centro derecha. Sólo parece que haya cuatro posibles alternativas para evitar regalar a la izquierda esta ventaja: una coalición UPN+PPN+CDN, una coalición UPN+CDN, una aceptación por parte de CDN de la “colaboración institucional” bajo las siglas exclusivas de UPN, o que CDN se presente en solitario y obtenga representación parlamentaria.
Es posible una reconciliación entre UPN y CDN, pero no resolvería el problema de en cuál de estos 4 escenarios interesa al centro derecha encarar las próximas elecciones.