¿Podemos pillar otra vez la gripe?
Para resolver esta cuestión, primero es preciso distinguir entre la gripe y el catarro común, dos enfermedades diferentes que frecuentemente confundimos. Ambas son producidas por virus distintos y presentan distinta gravedad, aunque algunos de sus síntomas son los mismos. La gripe, sin embargo, generalmente dura más, provoca más fiebre y más alta, presenta dolores musculares y articulares más intensos y casi siempre suele ir acompañada de dolores de cabeza. La congestión nasal, por el contrario, es más típica del catarro.
La clave para responder, no obstante, se encuentra en los virus que producen la gripe y los que producen el catarro. Mientras que los de la gripe son básicamente dos, son cientos los virus que provocan el catarro, virus que además mutan continuamente. Es por ello que, efectivamente, podemos encadenar un catarro detrás de otro, pero es mucho más difícil encadenar la gripe. Sí que ocurre, como decíamos antes, que a menudo podemos tomar por gripe lo que en realidad es un catarro. Que sólo 2 sean los virus de la gripe y cientos los del catarro, es también la causa de que sea posible preparar una vacuna eficaz contra la gripe pero no pueda prepararse contra el catarro. La vacuna, no obstante, tiene que actualizarse anualmente para adaptarse a las mutaciones del virus.
Tanto en el caso de la gripe como en el del catarro, al tratarse de enfermedades provocadas por virus, es inútil el consumo de antibióticos.
¿Tiene algo que ver la gripe con el frío?
Lo cierto es que se trata de una causalidad complicada. Tradicionalmente se ha asociado la posibilidad de contagio más a algunas consecuencias del frío, como la falta de ventilación o el permanecer más tiempo encerrados en espacios pequeños con más personas en vez de al aire libre, que al frío mismo. Sin embargo, algunos estudios parecen revelar que la gripe se propaga mejor en ambientes fríos y secos que en ambientes cálidos y húmedos. En cualquier caso, el catarro se propaga más fácilmente que la gripe por contacto. Por consiguiente, una simple medida para prevenir catarros es lavarse las manos.