Varias decenas de indignados se congregaron el sábado frente al Parlamento de Navarra para llevar a cabo una cacerolada contra el pago de una deuda pública que los ciudadanos, según los concentrados, «no han creado» y que por tanto consideran «ilegítima», porque sólo beneficia al poder financiero. Caceroladas semejantes tuvieron lugar diversas ciudades como parte de la campaña «Global Noise-Ruido Global» bajo el lema “No debamos, no pagamos, de nosotros depende”. Esto tipo de actos, sin embargo, nos pone una vez más en contacto con la turbulenta relación amorosa de la izquierda con la deuda.
-¿Por qué no hubo ninguna cacerolada cuando empezamos a pedir crédito para mantener el gasto en vez de ahora cuando tenemos que pagarlo?
– Pretender que te presten dinero para no devolverlo es pretender que te regalen el dinero. ¿Pretende la izquierda vivir a costa de que le regalen el dinero? ¿Quién le va a regalar dinero a la izquierda? Si alguien nos regalara el dinero, ¿qué más daría que el gobierno lo hiciera bien o mal? Y si nadie nos regala dinero, ¿tiene la izquierda algún plan B para vivir sin dinero?
– Si a la izquierda ya no le gusta la deuda, ¿está dispuesta dejar de endeudarse ahora mismo? ¿Cómo va a pagar todo mañana si gastamos más de lo que ingresamos y tampoco le gustan los recortes?
– ¿Puede uno ir a una cacerolada contra la deuda y a continuación ir a otra contra los recortes?
– ¿Está dispuesta la izquierda española a tomar medidas para que el estado y el gobierno no puedan endeudarse en el futuro?
Que Europa nos regale el dinero
En sí mismo, aceptar dinero regalado no implica ninguna tara en el que recibe el dinero. Otro caso es el del que quien regala el dinero. Normalmente la izquierda sí regala dinero, pero nunca el suyo. En todo caso, la última ocurrencia de la izquierda española consiste en que sea el BCE, con dinero público, quien baje la prima de riesgo española a base de comprar masivamente deuda pública española. Esto implica al menos tres cosas:
– Que el único especulador probado del mercado (después de todos los horrores que hemos dicho de los especuladores) sea el BCE, para mantener artificialmente bajo el precio de la deuda española
– Que a los estados europeos se les robe el dinero público haciéndoles pagar un precio artificialmente bajo por la deuda española. La izquierda española pretende salvar lo público español a costa de lo público alemán, finlandés, etc.
– Que para que nosotros podamos gastar más de lo que ingresamos e incluso no devolver lo que nos prestan, otros tengan que ser virtuosos, llevar bien sus cuentas y ajustar sus gastos e ingresos para que podamos parasitarlos.
La hemeroteca es una colección de cartas de amor de la izquierda a la deuda
Finalmente, escuchando el nuevo golpe de timón discursivo de la izquierda contra la deuda, uno podría pensar que la izquierda es una enemiga mortal de la deuda y que ésta le produce pavor y repulsión. Qué mala suerte que tengamos memoria y hemeroteca, para recordar que todos quienes ahora hablan del infierno de la deuda hayan sido sus mayores impulsores hasta dejarnos un montaña de ella:
Los socialistas navarros no aceptarán límites de deuda «que ponga en peligro los niveles de bienestar» (2012):
Roberto Jiménez (2009): “no vamos a aceptar que se contenga el gasto para no tener que recurrir al endeudamiento”. “La amortización de la deuda es secundario”. “Ahora debemos ser expansivos”.
Propuesta del Informe del Consejo político de Izquierda Unida de Navarra (2008):
“Asunción de endeudamientos presupuestarios anuales de hasta el 3% de PIB: hasta 540 millones de euros”.
Griñán seguirá reclamando un mayor endeudamiento porque lo cree «justo» (2012)
http://elpais.com/diario/2010/09/18/andalucia/1284762126_850215.html
Andalucía recurrirá por todas las vías posibles el límite de la deuda
http://www.canalsur.es/portal_rtva/web/noticia?id=219114
Juzguen ustedes mismos si esto, amén de bipolar, es o no es tener una turbulenta relación amorosa con la deuda. La cacerolada a tiempo, interesa insistir en ello, hubiera sido al empezar a endeudarnos.
9 respuestas
Lo dicho, Matrix. la izquierda puede estar en contra de la deusa, y a favor de endeudarse , no elige entre la pastillas roja y la.azul, se las toma todas, pide.una bolsa entera, un tabletón de chocolate marroquí y unas.rayas de coca. Y yyyyyyyyyaaaaaa. Y que siga la.fiesta, que alguien pagará. Seguro que el tonto del espejo cuando se miran las legañas y las ojeras de la.fiesta anterior.
Siguiendo ese razonamiento, si ustedes observan la curva de la deuda en Navarra en los últimos años estarán conmigo que UPN es un partido de Izquierdas. De la extrema izquierda.
Y otra de circuitos!
Sí, sí, por favor que lo pongan, que alguien haga el mismo gráfico con la deuda del Gobiernico de Navarra. Para que el ex-virrey lo pueda colgar en su despacho.
El problema de ponerse una venda en los ojos y olvidar que préstamo que se pide, préstamo que hay que pagar, no es exclusivo de ningún partido político, sino más bien de un sistema insolidario y en el que no se pagan responsabilidades: «yo me pego el gran fiestón, y el que venga detrás que apechugue; a mí que no me pidan responsabilidades, porque me pegué la juerga padre pero ahora ya no estoy en el gobierno». Las caceroladas no se le hicieron al gobierno socialista no por una cuestión de ideologías, sino porque a la ciudadanía nos ha costado reaccionar: primero oyes las cosas y las criticas en tu casa, luego las hablas con el vecino, después comienzas a estar realmente enfadado, luego empiezas a pensar qué opciones hay para parar ésto (y entonces es cuando algunos te dicen que no te queda otra que esperar cuatro años mientras despilfarran tu pasta para poder hacer algo ejerciendo tu voto en unas elecciones). Cuando llegan las nuevas elecciones ejerces tu voto, los echas, y los nuevos que vienen se encuentran el pastelón pero tampoco hacen mucho por arreglarlo, más allá de cuatro parches y echar la culpa a los anteriores. Es entonces cuando empiezas a pensar que si esperas otros cuatro años, como la vez pasada, te vas a encontrar el país destrozado y decides echarte a la calle.
Lo que debemos exigir es que se cambien las leyes para dar lugar a una mayor participación ciudadana, no tener que esperar a que se convoquen nuevas elecciones mientras vemos cómo nos llevan a la ruina. También, por supuesto, que se paguen responsabilidades por la mala gestión.
Todo el día están hablando de que a quien gusta endeudarse es a la izquierda. La realidad en Navarra es muy diferente. Llevamos un montón de años con gobiernos de derecha con mayoría de UPN y han tirado el dinero en multitud de proyectos megalomanos que lo único que han hecho han sido empobrecer a la sociedad navarra y favorecer los intereses de grandes empresas constructoras. Y como parece que no aprenden, siguen con el Tren o la siguiente fase del Canal de Navarra. Y lo mismo que en Navarra ha ocurrido en la mayor parte de comunidades y de España (Madrid, Valencia,etc…). Los responsables son los que son y no los que nos gustaría a nosotros que fueran.
No creo que el endeudamiento sea de izquierdas y la no apelación al crédito sea de derechas, porque esto es simplificar mucho la cuestión, aunque haya una base de fondo bastante antigua en la premisa.
Yo distinguiría entre endeudamiento productivo y no productivo; si el primero genera riqueza, puestos de trabajo, incremento de recaudación superior al tipo de interés (lógicamente en función del número de años) puede ser asumible. En caso contrario es pan para hoy y hambre para mañana. El endeudamiento no productivo es el que se destina a financiar gastos corrientes (simplifico mucho para no extenderme)
Coincido con la visión de paqui 22: ahora hemos despertado y cuando vienen mal dadas nos damos cuenta del volumen de deuda acumulada en, teóricamente, un Estado del bienestar que no se puede sostener.
No estoy en contra del Estado del bienestar, todo lo contrario, pero sí que debería haber un consenso nacional sobre qué significa y cómo se articula en España.
En cuanto a responsabilidades por mala gestión en España es imposible exigirle eso a los partidos políticos.
El único caso (archivado por la Audiencia Nacional) es una denuncia presentada por Manos Limpias (puede que me equivoque de sindicato) contra todos los Presidentes de Gobierno de la democracia, salvo Suárez y Calvo Sotelo): el resultado fue el carpetazo del asunto.
Yo sí que creo que endeudarse es de izquierdas, al menos asumiendo que la izquierda es predominantemente estatalista y la derecha predominantemente liberal, o así debería ser conceptualmente para poder llamarlas izquierda y derecha, aunque la derecha en España es bastante estatalista y por eso hay comunidades y ayuntamientos del PP abrumadoramente endeudados. No en vano, el discurso de la izquierda al comienzo de la crisis era más gasto y más deuda frente al discurso de la derecha reclamando más equilibrio presupuestario, eso está en las hemerotecas. En esta línea, el caso de la izquierda es aún peor porque además de creer en el estado del bienestar (cosa que me parece discutible frente al bienestar sin estado o al estado como garantizador subsidiario del bienestar) piensa que la economía debe ser pilotada desde la administración mediante el gasto público. Es todo eso que ahora llaman «políticas de crecimiento» y que no son sino un revival de los fracasados planes E, Renove Auto, etc. O sea, keynesianismo puro. Si cuando hay que activar los planes de estímulo (que no estimulan nada, porque se financian a cargo del contribuyente) es cuando la economía se contrae, pero cuando la economía se contrae es también cuando caen los ingresos públicos, entonces no queda otra que recurrir a la deuda para financiar todas esas «políticas de crecimeinto». La izquierda pensó que era mejor la deuda-estímulo que combatir el déficit y ahora estamos como estamos, porque el crecimiento de la deuda ha sido brutal, en muy poco tiempo y con un déficit salvaje. Ahora tenemos las cuentas irreparablemente desajustadas, el «estado del bienestar» al borde del colapso y de crecimiento nada de nada. El endeudamiento que a cambio iba a servir para estimularnos ahora resulta que nos asfixia. Por otro lado, cuando uno se endeuda con el dinero de otros suele considerar que todas las inversiones que se le pasan por la cabeza resultan maravillosas. Y así estamos como estamos.
Titular del día despues: » la deuda está sorda, dejen las caceroladas que no sirven para que se esfume»
Una deuda pública contratada para rescatar bancos que son responsables de su debacle es, para mí, ilegítima. No se puede utilizar dinero público para financiar deuda privada de los mismos responsables de la crisis. Por estos y más motivos.
Dicho esto pienso que «los caceroleros» no buscan el impago TOTAL de la deuda pública, como hacen referencia en el artículo, buscan el impago la parte ilegítima de esta deuda pública.