La colocación de placas recordando a las víctimas en los lugares de Pamplona donde ETA llevó a cabo algún atentado ha levantado expectativas y suspicacias en la misma medida. Si Bildu reconoce a las víctimas de ETA, ¿está llamando verdugos a todos esos sujetos a los que la izquierda abertzale hace ongi etorris y cuyas fotos empapelan las calles? ¿Estamos ante un avance o ante una trampa? ¿De dónde y cuándo viene la decisión de poner esas placas?
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Desde luego hace mucho que se vienen barajando ideas para recordar a las víctimas de ETA, pero el antecedente inmediato de las placas que se van a instalar en Pamplona trae causa de una decisión del Parlamento de Navarra en junio de 2016, en una votación en la que Bildu se abstuvo. Interesa recordar este hecho ahora que parece que es Bildu el que ha decidido poner las placas, cuando la decisión viene de una votación en la que todo el mundo votó a favor menos precisamente Bildu.
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Una vez aprobada la iniciativa, el Ayuntamiento de Pamplona ha dejado dormir el asunto primero hasta marzo de 2017, cuando el Ayuntamiento decidió la colocación, y después hasta estos días, cuando se ejecuta la colocación. Así y todo, la nota aprobada por el Ayuntamiento no coincide exactamente con la del Parlamento, ya que se introduce en el título una morcilla relativa a “todas las víctimas”, que en el caso de Bildu ya sabemos que incluye hasta a los verdugos de las víctimas.
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Es por ello que no falta quien piensa que la colocación de las placas con las víctimas de ETA prepara el terreno a la futura colocación de otras placas en las que se prestará un reconocimiento público a los asesinos de esas víctimas, bien porque denunciaron unas torturas, murieron en un enfrentamiento con la policía, les explotó su propia bomba o los mataron otros terroristas. Nada de esto lava su condición de verdugos. Un torturador torturado no es un ejemplo de nada, aunque haya padecido una violencia injusta. Un terrorista no merece una medalla por haber sido asesinado por otro terrorista. A nadie se le ocurre homenajear a los miembros de las SS que fueron ejecutados al ser capturados. Todo el mundo entiende que hay una distancia entre que esté mal matar al violador de una hija y que haya que homenajear a un violador porque lo mató el padre de su víctima. Igualar todo eso sólo tiene un nombre y es blanquear a los asesinos. Es pronto para hacer un juicio pero, si Bildu pretende usar las placas de las víctimas de ETA para igualarlas a las placas de sus verdugos, mejor hubiera sido que no hubiera puesto las placas. Porque eso sería poner las placas no para reconocer a las víctimas de ETA, sino para degradarlas. Esperemos acontecimientos.