Bienaventurados los perseguidos

A Chivite ya no le gusta la ley foral que obliga a dimitir a los cargos públicos a los que la Justicia les abre una causa para investigarlos. La misma ley foral que su grupo y todos los demás que están en el gobierno reformaron en 2018 precisamente para que los investigados dimitieran o fueron cesados. De algún modo pensaron que nunca tendrían que poner en práctica esta ley contra ningún político progresista. Cuando ha llegado la hora de hacerlo, lo que pretenden las fuerzas gubernamentales progresistas es cambiar la ley, en vez de ser coherentes con su discurso. Dice Chivite que la ley foral “acaba con la presunción de inocencia en todo caso” y “puede generar incluso situaciones muy injustas», preguntándose por añadidura “¿Quién te rehabilita en tu puesto cuando luego ni siquiera has sido culpable?». El problema es que nada de esto le preocupaba al PSN, a IE, a Podemos, a Geroa o a Bildu cuando eran otros los constantemente señalados, acusados y criminalizados por ellos.

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El discurso de Chivite, además de sospechosamente cínico, suena también un poco contradictorio.

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Por un lado se nos dice que Ayerdi no dimite porque todavía no está formalmente investigado y que para eso el juez tiene aún que encontrar alguna verosimilitud en los indicios y las acusaciones que se le imputan. Por otro lado, sin embargo, se nos dice que si dimite se le habrá obligado a abandonar su cargo sin respetar la presunción de inocencia y simplemente porque aparece su nombre en una querella. ¿En qué quedamos? Por un lado no dimite porque se nos dice que todavía no es un investigado y que para esto hace falta que el juez le encuentre una cierta sustancia al caso, y por otro lado se nos habla como si a Ayerdi se le fuera a procesar sin saber si el caso tiene alguna sustancia. ¿Pretende el gobierno en cualquier caso que habiendo sospechas de que puede haber habido malversación no se investigue si la ha habido o no?

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Aparte de contradictorio, el discurso ahora sobre la presunción de inocencia es totalmente hipocrita. Hemos sido bombardeados durante años con la premisa de que la responsabilidad penal era una cosa y que la responsabilidad política era otra. Que los listones en cada ámbito estaba a distinto nivel. Y además tenían razón. Desde luego de nadie del PP o de UPN les preocupó jamás si quedaba en entredicho su honorabilidad y su presunción de inocencia. Quieren leyes de quita y pon para que ellos tengan presunción de inocencia y sus rivales no.

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Investigado sí, culpable quién sabe, héroe no

El caso además es que todo el mundo esta siendo muy sereno y prudente con Ayerdi y nadie le esta llamando ladrón o malversador. Otra cosa es que haya que investigar o que haya actuado en el caso Davalor con manifiesto desprecio de las advertencias, de las apariencias y de los hechos que desaconsejaban esa inversión. Ya solo a causa de eso, por responsabilidad política, debiera dimitir. Si además el dinero publico se ha evaporado por saltarse algunos de los procedimientos previstos precisamente para evitar que se invierta insensatamente el dinero público, puede haberse cometido malversación. Justo una de las notas características del caso Davalor es el empeño personal de Ayerdi, un tanto incomprensible, en la inversión.

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Sólo faltaría que ahora tuviéramos que convertir a Ayerdi en un héroe por haber sido imputado en una causa penal por malversación. Una cosa es que tenga derecho a la presunción de inocencia y otra que le tengamos que hacer un monumento por estar siendo investigado. Es ridículo pretender que los propios imputados son mártires cuando a los imputados contrarios se les llamaba ladrones, sinvergüenzas y corruptos, muchos de los cuales posteriormente, por cierto, fueron absueltos o ni llegaron a ser imputados.

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La ceguera de Ayerdi con el negocio de la vista

Tan fuera de lugar como llamar héroe o delincuente a Ayerdi es tenerlo por hombre hábil y competente. Podría decirse que fue el último en enterarse de que Davalor era una poza séptica, para lo que hay que ser bastante torpe. Todos los medios y toda la oposición le estuvo advirtiendo durante meses pero o la soberbia o la incompetencia le impidieron prestar atención a las advertencias que constantemente se le hacían. Si por otro lado Geroa Bai lo hubiera cesado, o simplemente el PSN no lo hubiera aceptado como consejero en el nuevo gobierno, seguramente todo esto se lo hubieran ahorrado ahora Ayerdi y ellos. Recordemos que el PSN, cuando fingía ser oposición al cuatripartito y no aspirante a entrar en el grupo, pedía la responsabilidad política de Ayerdi, esa que dice que Pablo Iglesias y cualquiera que se sustantiva dimitiendo. A final los que se lamentan de que Ayerdi esté en el foco mediático son los mismos que le han puesto bajo ese foco. Tampoco se puede exculpar al propio Ayerdi de esta circunstancia porque podía haberse marchado y ha decidido seguir en el palmito y seguir acumulando piedras en la mochila. La trascendencia de todo este asunto sería totalmente otra si Ayerdi fuera ahora un señor particular en vez de consejero. Se hunde, pero abrazado a su querido asiento cuando pudo haberlo soltado. Y Ayerdi y su asiento son un peso muerto en la mochila de la presidenta que la socialista tampoco quiso soltar, porque preside Chivite pero gobierna el nacionalismo.

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Las piedras caen ahora sobre el tejado del “pacto del almacén”

El Noticias es siempre fuente de ilustración en estos asuntos. En un análisis de Ibai Fernández, titulado “Lo que Davalor esconde”, se diagnostica que “en un sistema judicial tan politizado, donde la derecha conserva un férreo control de la magistratura en todos sus estratos, resulta especialmente arriesgado dejar toda una carrera política en manos del juez de turno”. Seguramente en el Noticias no son conscientes de la gravedad de semejante enunciado, o puede que sí: en cualquier caso se aprecia claramente el tipo de justicia y de jueces que le gustaría tener al Noticias. Por supuesto sería deseable una Justicia más despolitizada, pero no una Justicia en la que sólo la izquierda nombrara jueces y sólo jueces nombrados por los partidos de izquierda juzgaran a los partidos de izquierda que les nombran, que es en lo que estamos enredando ahora. En cuanto a su director Joseba Santamaría, una vez más no decepciona y de su artículo por supuesto en defensa de Ayerdi lo mejor es el título: “De la euforia a las piedras sobre su propio tejado”. Determina el director del Noticias que la euforia de Navarra Suma por esta persecución contra Ayerdi se volverá contra ellos. Lástima que esta misma reflexión no la hiciera Santamaría cuando quienes estaban en la trituradora eran otros. El director del Noticias, con su sectarismo y su característica incapacidad para la autocrítica, no se da cuenta de que es precisamente la pasada euforia persecutoria del pentapartito la que ahora cae en forma de piedra sobre su tejado. No avise a Navarra Suma, haber avisado a los suyos.

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