El diseñador Ricardo Bermejo, nuevo accionista mayoritario de Kukuxumusu, es el hombre al que podía encontrarse detrás de las famosas campañas de imagen de la CAN, empezando por su logo.
Según se publicó hace escasamente un año, su empresa era la encargada de gestionar la imagen de la CAN, siendo esta la principal y a veces única actividad de la sociedad. Entre 2002 y 2010, coincidiendo con la etapa de Enrique Goñi como director general, la empresa de Bermejo facturó 30,7 millones de euros. En ese tiempo la CAN, dedicando a ello cantidades multimillonarias, renovó su imagen, el aspecto de sus oficinas y su logo, lo que merece capítulo aparte. Desde la desaparición de la CAN hasta la última fecha de la que se conocen sus cuentas, según Diario de Noticias, las empresas de Bermejo pasaron a ser una pálida sombra de lo que fueron. Además de para la CAN, por cierto, la empresa también trabajó para otras empresas participadas por la CAN… como Bodegas Sarriá.
El lío del logo de la CAN
Corría el año 2007 cuando la publicidad de la CAN corría generosa por las páginas de los medios navarros y su director general era acaso el hombre más poderoso de Navarra. Tal vez por ello la más mínima crítica no sólo no era posible, sino inconcebible. Salvo por un pequeño confidencial que empezó a señalar la existencia de algunas grietas en la muralla imperial, mucho años antes de que otros se apuntaran al carro, ya con la CAN en pleno colapso.
El caso es que por aquel entonces, en medio de un silencio estruendoso, llamó la atención que discreta pero inexorablemente el nuevo logo de la CAN, que prácticamente acababa de ser presentado, estaba siendo discretamente sustituido en cartelería, sobres, impresos, publicidad y documentos con todos los gastos (algo de ello hemos visto en el párrafo anterior) y toda la confusión corporativa que ello necesariamente conlleva.
Así las cosas, en muy poco tiempo la CAN había sustituido el característico Gallo de San Cernin, heredado de la fusión con la Caja de Ahorros Municipal, por un impersonal logo abstracto consistente en una bandada de flechas rojas, para casi a renglón seguido pasar a sustituirlo por otro logo similar en el que unas cruces sustituían a las flechas. ¿Por qué se cambiaba en tan poco tiempo un logo por otro?
Aunque la CAN negó que hubiera alguna relación, el caso es que el logo de las flechas era virtualmente idéntico al de una empresa norteamericana de programas informáticos llamada “California Software”, después rebautizada como “Infinite Software”. A la vista está el parecido entre los logos de ambas empresas.
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Pues bien, sea cual fuera el motivo de su sustitución, el diseño del efímero logo (que incluso llegó a ser premiado) fue obra de la empresa de Bermejo, el nuevo accionista mayoritario de Kukuxumusu. Evidentemente la historia de aquel parecido razonable, que este confidencial se limitó a señalar, se convirtió en la primera ocasión en que un medio navarro osaba cuestionar una actuación de la CAN. No sería la última vez que este medio (bautizado como la “guerrilla digital anónima” por alguno de los criticados) cuestionaba una decisión de la CAN, pero no sería hasta muchos años más tarde que otros medios se atrevieron por primera vez a criticarla, cuando la CAN era ya un dinosaurio agonizante. No diremos que la CAN empezó a fallar porque cometió un error en la elección del logo; sí, quizá, que la CAN cometió un error en la elección de su logo porque había empezado a fallar. No perdió la identidad porque sustituyó al gallico de San Cernin por unos triángulos rojos, sino que lo sustituyó porque había perdido la identidad. Y al perder la identidad perdió pie, dejó de ser lo que era para tratar de ser el Bank of America y empezó a escribir el principio de su final.
4 respuestas
Humo. Puro humo. Minúsculas, negritas, sillones rojos de peluquería. El principio del fin, efectivamente.
El Quesito lo impregnaba todo. Y sigue de un pegajoso que aburre.
Este párrafo de su artículo debería recogerse en todos los libros de historia de Navarra. En todos:
«Corría el año 2007 cuando la publicidad de la CAN corría generosa por las páginas de los medios navarros y su director general era acaso el hombre más poderoso de Navarra. Tal vez por ello la más mínima crítica no sólo no era posible, sino inconcebible. Salvo por un pequeño confidencial que empezó a señalar la existencia de algunas grietas en la muralla imperial, mucho años antes de que otros se apuntaran al carro, ya con la CAN en pleno colapso»
Sin embargo, el gobierno-que-no-gobierna tiene demasiadas cosas que ocultar al respecto y prefiere olvidar este tema ocultándolo con otros complejos mucho más grandes.
Y el gobierno-en-el-que-manará-leche-y-miel-de-la-fuente-de-la-Navarrería-con-AmadaLíder-en-el-trono quiere apropiarse de una acción a la que ellos llegaron cuando ya no había ni brasas.
Pero, esto es Navarra. Reyno de diversidad.
Por cierto, Kukusumusu es esto, verdad?
http://www.gestornoticias.com/archivos/religionenlibertad.com/image/kukuxumusu_anticatolica.jpg
Pues eso.