Decisión insólita en Canadá.
Canadá obligará a eliminar una ley por cada nueva ley aprobada:
http://www.libremercado.com/2015-05-02/canada-obligara-a-eliminar-una-ley-por-cada-nueva-ley-aprobada-1276546604/
Cuando se aburre, todos sabemos lo que hace el diablo con el rabo. ¿Qué es lo que hacen nuestros muchísimos políticos desocupados de nuestras muchísimas y pobladísimas cámaras autonómica? Pues normas. Normas redundantes que no sirven para nada, complican la vida a ciudadanos y empresas, establecen diferencias y barreras absurdas entre comunidades, alimentan la inseguridad jurídica, colapsan los tribunales, y naturalmente nos cuestan dinero.
¿Hasta dónde queremos que el gobierno regule nuestras vidas?
La izquierda está todo el día protestando en la calle contra las decisiones que toma el gobierno, pero sin embargo cada vez es más partidaria de que el gobierno lo controle todo. Esto es porque aspira a controlar todo cuando llegue al gobierno y a tirarse el día protestando en la calle cuando no gobierna. ¿No es más lógico regular menos la vida de la gente, dictar menos normas y no tener que estar tan preocupados por si gobiernan los nuestros o los otros? De hecho, ¿cuándo gobiernan realmente «los nuestros»? El gobierno acaba siendo un ente con vida propia que no es más que de sí mismo. ¿Y acaso no somos nosotros los que tenemos que controlar al gobierno y no el gobierno el que nos tiene que controlar a nosotros?
3 respuestas
Aquí en España son las 17 republiquitas de Corea del Norte que nos hemos montado, gasto a todo trapo, y cuya verborrea legislativa es comparable a la verborrea real del comunista del chándal, cuyos discursos provocaban la muerte por aburrimiento de lirones y perezosos australianos.
Hay que parar los pies a estos conserjillos con gorra de plato que se creen ser Almirantes de la Mar Ocėana, y dejarles poner solo un par de leyes al año hasta que no hayan quitado las tropecientasmil de estos años atrás, legislando como en la Unión Soviética tods los aspectos del ser humano, desde el idoma que usar en el patio, o en los carteles de tu negocio…
Mucho me temo que por aquí hay pocos canadienses.
Cada español lleva dentro un legislador como lleva dentro un seleccionador de fútbol. Todos tenemos soluciones sencillas y equivocadas para los problemas complejos y si nos dan el mando estamos dispuestos a plasmarlas en una norma imperativa y sancionadora. No hay más que ver los reglamentos de clubes y asociaciones para darse cuenta de esto.
Además de prohibir promulgar una ley sin derogar otra habría que obligar a derogar dos o tres por cada una y prohibir de paso las leyes «contenedor» como las de acompañamiento a los presupuestos y demás que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ponen patas arriba todo el ordenamiento jurídico con una sola ley y de un plumazo.
En fin, que me parece que la cosa no tiene remedio.
No recuerdo el dicho italiano en su propio idioma, pero viene a preguntarse por qué existen tantos abogados en Italia y no hay más remedio que recurrir a ellos para sacar adelante cualquier asunto, con lo que ello supone en tiempo y dinero. La respuesta no es otra que para que encuentren una salida airosa entre la maraña de disposiciones creada por los parlamentarios para justificar su actividad política.