Todos los navarros saben, antes de que Ignacio de Loyola fuera santo cayó luchando en Pamplona contra una invasión francesa. Además del monumento, una placa en la acera marca el punto exacto donde resultó herido. En dicha placa está escrito que “Aquí cayó herido San Ignacio de Loyola el día 20 de mayo de 1521 A.M.D.G.”. El Diario de Noticias rememoraba la semana pasada este acontecimiento ofreciendo una versión muy particular de los hechos. Por ejemplo, se omitía flagrantemente que Ignacio de Loyola era guipuzcoano. La militancia de la CAV en el bando castellano resulta odiosa para el nacionalismo vasco. ¿Cómo introducir entonces la ikurriña y el nacionalismo vasco (por lo demás un escandaloso anacronismo) en ninguna aniversario?
Asparrot utilizó a la población de Pamplona como escudo humano
Otro elemento interesante de la versión del Noticias es el que se refiere a que los defensores del Castillo de Santiago, desde el que combatía San Ignacio, abrieron fuego indiscriminadamente con sus cañones contra la población de Pamplona ante “las ruidosas demostraciones de alegría realizadas por los pamploneses”, celebrando la llegada de las tropas francesas. A ningún historiador se le escapa, sin embargo, que la población de Pamplona era mayoritariamente beaumontesa. En realidad la historia es muy distinta de como la cuenta el Noticias. La verdad es que el general francés Asparrot situó su artillería dentro de la ciudad para atacar el Castillo de Santiago (hoy Palacio de la Diputación) utilizando a la población beaumontesa como escudo humano.
Una invasión francesa
Ni siquiera se puede presentar propiamente el asalto a Pamplona como un mero intento de los agramonteses por recuperar Navarra. Los agramonteses lógicamente apoyaron el ataque, pero se trataba de una ofensiva mucho más amplia del ejército de Francia contra Castilla. Realmente no se trataba de la reconquista de Navarra sino de una invasión francesa en toda regla. La prueba es que Asparrot superó las fronteras navarras y avanzó hasta poner sitio a Logroño, donde finalmente fue detenido por los castellanos. El discutido rey de los navarros agramonteses, Enrique II, ni estuvo ni participo en ninguno de los escenarios bélicos. La ofensiva francesa en esas fechas tuvo varios focos, tratando de aprovechar la guerra interna de Castilla contra los comuneros. De hecho, según la obra «1512-1521. Aspectos militares de la anexión de Navarra», los castellanos comuneros habían alcanzado un pacto para que Francia se quedara con Navarra si iniciaba una ofensiva en el norte que dividiera a las tropas de Carlos I y los comuneros triunfaban. Entre toda esta complejidad, lo más evidente es que ninguno de nuestros buenos antepasados agramonteses y beaumonteses lucharon jamás por Euskal Herria o por Euskadi.
4 respuestas
Aunque loable la intención de NC de enseñar al que no sabe, para un nazionalista, el concepto indiscutido e indiscutible de Euskalherría está por encima de la verdad,… concretamente más allá de las Estribaciones de Orión.
Es que las evidencias de las mentiras de esta carnavalera asociación pseudohistórica son tan flagrantes que…. que dan más pena que otra cosa.
Un dato para que consideren subirlo a Navarra Confidencial. El escudo de Guipúzcoa, durante casi quinientos años, contuvo los cañones con que los guipuzcoanos ganaron aquel episodio histórico. Los cañones fueron eliminados del escudo sin más protocolos en 1979…
Sin comentarios.
Está muy bien que NC escriba sobre episodios de la Historia de Navarra.
Quizá tengan no poca responsabilidad los gobiernos de PSN y UPN que no han creído necesario impulsar en la población navarra (y del resto de España) el conocimiento de nuestra historia.
Los nacionalismos vascos no renunciarán al concepto territorial de Euskalheriia pues no pueden llevar a cabo su proyecto independentista sin incorporar a Navarra. No se trata tanto de una búsqueda de mayor extensión territorial-poblacional y beneficio económico, sino esencialmente de un imperativo para adornarse con una casulla de respetabilidad histórica que ofrece Navarra – y no así las tesis sabinianas – y obtener legitimidad histórica en el mundo académico y político-institucional internacional. Navarra fue un reino milenario – políticamente independiente – no así las provincias Vascongadas que buscaron en la protección de Castilla un buen arreglo o acomodo para alejar las repetidas pretensiones anexionistas de Francia. El objetivo fundamental de la batalla cultural que con tesón libra en Navarra el separatismo vasco es debilitar la identidad histórica de Navarra para que se instale en el navarro la duda sobre su propia cultura, sobre su propia personalidad.
Ni la lucha policial contra la mortal violencia intimidatoria del terrorismo de ETA y sus colaboradores, ni la condena social de la misma – ni qué decir la torpemente intentada negociación política – pueden por sí solos dar resultados positivos si al mismo tiempo no se pone en evidencia la falsedad de las tesis secesionistas del nacionalismo vasco y se lucha decididamente contra sus objetivos y postulados. Debemos respeto a las personas, no siempre a las ideas, y si éstas son nocivas es obligado luchar contra ellas. http://www.lebrelblanco.com/articulos/
¡¡¡Señoras/es!!!:
Es la hora de agarrar por el gaznate a los políticos y, una vez bién meneados del cuello y encollejados, encerrarlos en las Cuevas de Zugarramurdi e ir ordenando a los gnomos de calzón corto que vayan aliñando una buena ensalada de estramonio mezclada con moñigos de cabra para dar de cenar a Sus Señorías Ilustrísimas…