El nacionalismo avanza básicamente en torno a tres pilares: el control de la educación pública, el control de los medios de comunicación y cierto nivel de coacción social. El caso de la manada de Alsasua pone de manifiesto bien a las claras el funcionamiento de todos estos mecanismos a toda máquina. ¿Por qué hay unos matxakas que se lanzan a agredir a unos guardias civiles en un bar? ¿Por qué hay un importante segmento social que los apoya acríticamente? ¿Por qué tantos miles se manifiestan en su defensa? ¿Por qué siempre se encuentra una excusa para victimizar a los agresores? ¿Por qué adhesión en vez de rechazo entre tantas personas? Una vez más, las imágenes en las redes sociales de lo que pasa en institutos públicos como Biudana, Iturrama, Eunate, Alaitz o Askatasuna, nos ayudan a entender, a quien quiera entender. Lamentablemente aún estamos en la fase de de aceptar que tenemos un problema, ni mucho menos en la de empezar a solucionar el problema.
x
x
Un comentario
Adoctrinamiento político sí; religión no. Ya vemos a qué rinden culto estos pequeños odiadores.