Esta semana los rectores de la universidades españolas decidieron no asistir al Consejo de Universidades, según lo previsto, dejando plantado al ministro de Educación. ¿Todos? No, once de ellos, la mayor parte de universidades privadas, decidieron acudir al Consejo, que no obstante se tuvo que suspender por falta de quórum. Los rectores que plantaron al ministro exigían la inclusión en el orden del día de un debate sobre el decreto-ley aprobando los últimos recortes así como la elevación de las tasas universitarias. El ministro accedió a abrir un turno de ruegos y preguntas sobre el decreto e incluso a convocar una sesión extraordinaria para discutir el decreto a continuación de la sesión ordinaria. 59 rectores se negaron en redondo y se fueron.
Los rectores no son el gobierno ni se han presentado a ningunas elecciones
No es que no resulte refrescante un poco de crítica al gobierno desde el campo universitario. El problema es cuando todas las críticas siempre llevan sistemáticamente la misma dirección porque cuando la crítica sólo puede ir en un sentido no es crítica, es sectarismo. Los reales decretos los aprueba el gobierno y los convalida el Parlamento, emanado de las urnas en unas elecciones generales donde los ciudadanos hemos elegido a nuestros representantes hace cuestión de meses. Como el resto de la población, los rectores pudieron votar al partido más afín a sus intereses según su criterio. Si el resultado de las elecciones no gustó a 59 rectores, su obligación no obstante es aceptar democráticamente que quien gobierna y aprueba decretos es el el gobierno.
Dietas y cochazos
Aunque la reunión con el ministro no llegó a producirse, los rectores protagonistas del plante se desplazaron a Madrid, se alojaron en la capital, cobraron dietas y encargaron un “catering”, todo ello para nada pero a costa del contribuyente. En todo caso llama la atención los coches (Audis, BMW, Volvo…) que esperaban a los rectores a las puertas del Consejo Universitario mientras debatían su asistencia a la reunión para protestar por los recortes. A la vista de los cochazos que gastan los rectores, publicadas por el diario ABC, da la impresión de que hay mucha ideología en las protestas y sigue quedando bastante margen para los recortes.
10 respuestas
Sobran rectores, sobran universidades, sobran universitarios calientasillas de cafetería, y sobran sueldos para toda esta gente. Espero que se los limiten, y les quiten los coches oficiales.
Qué se puede esperar de unos rectores que llevan 50 años cargándose la Universidad Española.
Algún día, nuestros nietos pondrán en las rotondas homenajes a dos personas:
– A Juan Carlos, por cargarse la Monarquía de este país.
– A los rectores, por hacer desaparecer la Universidad en España
Ni adrede.
Otros chupópteros más en el punto de mira, ahora a ver si toman las medidas oportunas
Separemos el humo de la paja; lo de los cochazos es el humo y la paja es la reunión con el Ministro. En la época tecnológica, de Iphones, videoconferencias y demás mandangas, ¿no podrían haberse ahorrado el viaje de marras y convenir la inasistencia, para evitar el despilfarro de dinero público?
Porque reunirse en Madrid, con las dietas del chofer (el pobre tendrá que comer, supongo)para no ir a una reunión me parece un gesto de protesta tan inútil como ineficaz. Por respeto institucional, si te convocan, acudes, vas y dices lo que tengas que decir y si no te dejan hablar es cuando puedes hacer las manifestaciones, ruedas de prensa, etc., oportunas.
Como la fiesta de los toros, la Universidad va a acabar muriéndose sola o, entre todos la mataron y ella sola se murió, que también vale como refrán.
Si hubieran utilizado las posibilidades que ofrece la tecnología para acordar la inasistencia, no podrían meternos la mano en el bolsillo para cobrar cada uno los 102 euros de alojamiento, los 54 euros por barba que les costó la comida, y la dieta que tienen asignada por desplazamiento.
Eso sí, una comisión representativa de esos Rectores (que la inmensa mayoría están en la órbita del PSOE y de IU) aprovechó la ocasión para reunirse con Rubalcaba. ¡Faltaría más!.
Desgraciadamente, hay que reconocer que nos hemos cargado el sistema universitario público español, por estas razones:
-La causa principal de todos los males es la extraordinaria dimensión que ha alcanzado, tan excesiva como innecesaria, por lo que hemos conseguido alcanzar una mediocridad impresionante a todos los niveles. Debería ser la mitad, algo que la clase política no tienen fuerza para hacer.
-Esta extraordinaria dimensión condiciona e influye en todos los instrumentos de regulación del sistema, porque lo único importante es que el sistema disponga de la materia prima necesaria para mantener sus abultados presupuestos. Por ejemplo, las becas, supuestas ayudas para alumnos con capacidad y recursos escasos, su único propósito es beneficiar a cuantos más mejor, lo que significa que las ayudas financieras son escasas e insuficientes y los requisitos académicos irrisorios (basta aprobar); las normas de permanencia de cada universidad lo único que persiguen es expulsar de la universidad a los que verdaderamente son vagos redomados, y reincidentes, que siempre hay segundas oportunidades.
-Ya no es necesario seleccionar a los nuevos alumnos, porque pueden acceder todos los que acrediten los requisitos legales. Véanse, si no, las tasas de aprobados de la que todavía llaman Prueba de Acceso a la Universidad o Selectividad, superiores al 95%. Es decir, no existe selección.
-Y el mayor fracaso es la empleabilidad de los que salen de la universidad con un título oficial bajo su brazo, que en la actualidad se cotiza en el mercado de trabajo con el mismo valor que el bono basura en los mercados financieros. Tiene narices que la universidad pública, tan progresista, se ha convertido en la mejor aliada de la clase empresarial, saturando el mercado de trabajo de miles y miles de titulados (la oferta), por lo que la demanda (empresarios) ha bajado los precios (salarios) a niveles basura. Estupendo: personas jóvenes con preparación razonable y salarios basura. Enhorabuena a todos. Y los desinformados estudiantes, también muy progresistas, defienden la universidad pública y protestan por los recortes. Como se nota que todavía no han tenido que buscar un trabajo.
-Y entretanto, estos Rectores se atreven a jugar a ser políticos, cuando en realidad son, por mero principio de primacía, en subordinados del Ministro. Pero, claro está, tienen que defender lo muchos intereses de las clientelas internas de sus casas…
Tres últimos comentarios:
-Como la financiación de las universidades ha procedido directamente de los presupuestos de las CCAA, en lugar de haber procedido del estudiante, no ha existido competencia real para tener más y mejores estudiantes, y más y mejores profesores. El sistema ha crecido y engordado a causa de circunstancias meramente coyunturales, y no estructurales. La competencia es verdaderamente el único instrumento o mecanismo que puede ayudar a mejorar este deficiente y malo sistema universitario público español.
-Quienes no asisten a la convocatoria de reunión de un órgano colegiado, y por tanto no figurarán como asistentes en el acta que extenderá a tal efecto el secretario del órgano, no pueden percibir las dietas o los gastos correspondientes. No sé por qué se dice lo contrario.
-Respecto de los coches oficiales de los rectores, a mi juicio son innecesarios, meras dádivas a cargo del contribuyente, excepto en ciertas zonas de esta España nuestra donde el coche oficial es una herramienta de seguridad y protección de la vida.
La duda que me corroe es si también se plantó el rector de la Universidad de Tudela.
Mira que son ustedes malvados, pretender acabar con ese manantial de ciencia y prestigio que es la universidad española. Hubieran sido capaces, incluso, de oponerse a la creación de la Uni en La Ribera. Habrase visto.
«Y entretanto, estos Rectores se atreven a jugar a ser políticos», dice caritativamente el Sr. Teranleto; pero yo pienso que la realidad es todavía peor, porque se trata de verdaderos políticos jugando a Rectores. Para eso se implantó en 1986 (o en el 87), la vigente Ley de Universidades. Otra joya del legado socialista; se trataba, como siempre, de ocupar y politizar el espacio universitario usurpándoselo a la sociedad civil. Lo mismo hicieron en la economía politizando las cajas de ahorros.
Queridos contertulios: La Ley Orgánica de Universidades se aprobó en 1983, no en el 86/87 como apunta clarete, aunque ello no quita que el Gobierno fuera socialista. Querido arana; en Tudela no hay rector porque no hay Universidad, sino un campus dependiente de Pamplona. Y sí, la Junta de Gobierno de la UPNA se opuso a la creacion de un campus en Tudela, pero se implantó gracias a la decisión de todos los partidos políticos representados en en Parlamento de Navarra, con un coste estimado de 30 millones de euros (de votos no, que en Navarra somos menos)
Personalmente, me parece un despilfarro propiciado por los políticos -no por los universitarios- pero el poder de la Ribera se impuso a la racionalidad de los estudios económicos sobre la viabilidad del campus de Tudela.
Con ironía se refiere al manantial de ciencia y prestigio que es la Universidad española; pues sí, invirtiendo la ironía , es una fuente de conocimiento imprescindible para España, aunque echo de msnos la concentración de Universidades, no tanto por el despilfarro que provoca tener 72 universidades (doce privadas) sino por la competencia absurda entre ellas, traducida en la duplicidad de titulaciones en 50 km a la redonda, en el nulo intercambio de estudiantes, etc.
Perdón por la extensión y disculpas por las precisiones políticamente incorrectas sobre el campus de Tudela, cuyo mejor destino sería el cierre.