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El aniversario de 1.512, tomado de una manera superficial, podría llevarnos a sentir un injustificado desafecto por nuestros vecinos y compatriotas castellanos, alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos. No sólo contra ellos, sino contra una parte mayoritaria de los propios navarros. Y es que las cosas no suelen ser tan sencillas como a veces se presentan en este aniversario.
Una de veneno
Para entender lo que pasó en 1.512 se precisa retroceder hasta ver lo que había pasado en 1.511, en 1.510… y así hasta 1.451. En aquel año estallaba una guerra civil en Navarra. Por un lado Carlos, heredero legítimo de la reina Blanca de Navarra, y sus partidarios: los beaumonteses. Enfrente de ellos Juan de Aragón el Usurpador, marido de doña Blanca y sus partidarios: los agramonteses. Quiso el destino, sin embargo, que el ganador de esta contienda fuera el usurpador. El Príncipe Carlos de Viana, después de una serie de peripecias, incluyendo la cárcel, acabó muriendo en Barcelona en 1.461, no pocos piensan que envenenado. ¿Por qué en Barcelona y por qué después de una serie de peripecias? Pues porque Navarra jugaba un papel protagonista entre los reinos de España. No en vano, don Carlos pudo haberse convertido, de no haber muerto, en rey de media España. Lo cual, por cierto, podría explicar su muerte. Desde luego explica la sospecha desde el primer momento de que hubiera sido envenenado.
Otra de veneno
Tenemos pues que Navarra se encuentra bajo el mandato de un rey ilegítimo, y que el rey legítimo muere en Barcelona en extrañas circunstancias. Pero ahí no termina la historia. Porque resulta que don Carlos, antes de morir, dejó testamento nombrando heredera a su hermana Blanca. Es decir, que siguiendo la línea de la legitimidad, Blanca era la legítima reina de Navarra. Blanca, rodeada de fieras empezando por el Usurpador, su madrastra y su propia hermana, es hecha prisionera en Navarra y trasladada posteriormente a Francia, al castillo del marido de su hermana Leonor. Blanca, sabedora de que viaja hacia la muerte, redacta una protesta por su secuestro y nombra heredero del reino a Enrique IV de Castilla (oh, sí, Castilla), que de este modo se convierte en el legítimo heredero de Navarra (véase el dato con perspectiva). Tal y como Blanca sospechaba, al llegar al castillo de su hermana en Francia es asesinada, con toda probabilidad por Leonor, que eliminando a su propia hermana, con el apoyo de Juan el Usurpador y el de su marido francés Gastón IV de Foix, aspira a convertirse en reina ilegítima de Navarra incumpliendo el testamento de Blanca. Esto sucede en el año 1.464.
La Navarra bucólica que no era tal
La historia navarra todavía se complica mucho más a partir de esa fecha, sucediendo entonces que las víboras se revuelven entre ellas pasando Leonor a enfrentarse con su padre el Usurpador por el control de Navarra. En esta trama criminal de padres contra hijos y hermanos contra hermanos, la realidad se retuerce a tal punto que Leonor, puesto que los agramonteses apoyan a su padre Juan II el Usurpador, trata de buscar el apoyo de los beaumonteses, aunque más tarde acabará pactando con Pierres de Peralta, líder de los agramonteses. Todo tipo de violencias se habían desatado para entonces en Navarra incluyendo el asesinato del obispo de Pamplona, Nicolás de Chávarri, por orden de Juan el Usurpador. El Usurpador, sin embargo, fallece finalmente en 1.479, pero apenas un mes después lo hace su hija Leonor. La corona navarra, ya sin ningún atisbo de legitimidad, recae de rebote en el nieto francés de Leonor, Francisco Febo, con el apoyo de los agramonteses y la corona de Francia. Cuando Catalina de Foix (a la postre reina en 1.512) hereda la corona de Navarra en 1.483 tras el efímero reinado de Francisco Febo, buena parte de la población navarra, beaumontesa, tradicionalmente aliada de Castilla, opuesta al afrancesamiento de la corona y oprimida durante décadas, tiene ya en la cabeza a Fernando el Católico como aliado, liberador e incluso rey de Navarra. Ello explica en buena medida que las cosas pasaran luego como pasaron.
La utilización nacionalista de 1.512
Siendo todo esto así, tanto como en las cuestiones históricas polémicas se puede decir que las cosas sucedieron así, ya no puede extrañar mucho que lo que para unos fue conquista para otros fuera incorporación conservando la independencia del reino hasta 1.840, o que muchos consideren unión «eque-principal» y mero cambio dinástico lo que para algunos fue simple y llana anexión. El caso es que había muchos cadáveres previos en el armario. Tampoco los castellanos serían entonces tan malos. Pero frente a todas estas cuestiones complejas hay una evidencia bastante simple para todos los navarros, que es el aprovechamiento político que el nacionalismo vasco trata de sacar de todo esto. Lo más paradójico es que tratar de abrir las heridas de hace 500 años no deja en nada buen lugar a nuestros vecinos alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos, que entraron en Navarra como punta de lanza del ejército de Fernando el Católico. Si tenemos que odiar a los castellanos, también tendremos que odiar a los vizcaínos, alaveses y guipuzcoanos, aunque los nacionalistas vascos celebren el aniversario de Noáin o Amaiur con ikurriñas, como disimulando.
17 respuestas
Que un nazionalista aprenda Historia y no la retuerza ni tergiverse es tan imposible como vaciar el mar sacando agua con una cucharita y arrojándola en la arena de la playa. Sólo Dios puede. Y en tal vez en algunos casos, sometidos a dosis casi letales para ellos de una combinación de estos 3 «fármacos»; sexo, viajes y lectura. Pero el remedio este no les gustará tragarlo. Y así claro, no hay remedio que valga.
Su análisis es muy acertado. Nada fue simple. Con la creación de estados unitarios (Francia y España) Navarra perdió su rumbo histórico y la Historia le arrebató su razón de existir. Los desaires legitimistas del siglo XV (el rey-viudo-consorte don Juan no deja reinar a sus hijos, como luego Fernando el Católico no dejará reina a su hija Juana la Loca – y los sesenta años de guerra civil que siguieron desprestigiaron el Reyno y ya los navarros no sabían dónde estaba la legitimidad. Pero el pueblo quería paz a cualquier precio. Navarra o bien caía en la órbita de España o bien en la de Francia. En las guerras de Italia entre Francia y Castilla-Aragón, Navarra – como Nápoles – se había convertido en una moneda de cambio. En todo ésto, lo que quieran manifestar ahora las tesis separatistas – OH la pobre Navarra humillada ¡¡¡ – es pura tontería comparado con la complejidad histórica del tema.
En «Navarra mon amour», obra de teatro: http://www.lebrelblanco.com/anexos/teatro-monamour.htm
Yo no sé si es que nos estamos volviendo locos o nos hemos vuelto majaras definitivamente. Lastimoso es que se use la guerra del 36 con objetivos espúreos de azuzar a la gente contra el que está al lado. Pero a fin de cuentas, todos tenemos un recuerdo familiar, y por tanto sentimental, de aquel desastre. No me extraña pues tanto que al albur de ciertas personas se utilice un evento trágico como la guerra civil para meter baza y cabrear a la gente, cuando sólo deberíamos mirar al futuro y, como mucho, usar el pasado para tomar una base canónica y académica de lo sucedido. Pero lo de 1512… Que se esté usando política y torticeramente una cosa que ocurrió hace 500 años ¡es demencial!. ¿Quién se acuerda de las malditas guerras carlistas? Pues nadie… Y sin embargo, visto lo visto, auguro que ya habrá pensadores profesionales de la cosa abertzale que estarán echando cuentas de que la próxima excusa para meter cizaña a la gente será… el abrazo de Vergara. Y vuelta otra vez a las discusiones por cosas que no tienen importancia, salvo para los que pueden meter la cuchara en este potaje. ¡Ya vale de tanto recuerdo inútil y peligroso!
Recordar es inutil y peligroso.
Los castellanos nos salvaron de los franceses a base de besitos y abrazos.
Los nacionalistas utilizan la historia para lograr sus malvados fines, pro nosotros no.
Navarra era un hervidero, hasta que pusieron paz los castellanos (eso si, no nos acordamos de las revueltas populares que en mi opinion echan por tierra vuestra tesis de que la mayoria de los navarros estivieran de acuerdo con la conquista-anexion).
No hay que acordarse de los muertos de las cunetas del 36, porque ya ha pasado.
Creo que tenemos derecho a saber objetivamente lo que pasó, tanto hace 500 años como hace 5000. La historia hay que verla desde el punto de vista del momento que se esta estudiando, no desde el punto de vista actual, cosa que no hacen la mayoria de los nacionalistas ni ustedes. El que la conquista de navarra fuera tal no legitima ni deja de legitimar el que euskal herria quiera ser independiente o no, dejen de utilizar la historia para justificar posturas politicas actuales. Despues ireis diciendo que sois unos apasionados de la historia, cuando en realidad la estais vejando y humillando con vuestras niñerias.
¿Y quién está usando la historia para sacar réditos políticos absurdos? ¿Los que la usan, como dice el artículo, para hacer homenajes politizados en el castillo de Maya, mientras a pocos kilómetros en Irún festejan todo lo contrario? Por favor… Aquí el uso político de este asunto está claro de dónde viene y qué intención tiene. No hace falta explicarlo por palabras, que esto es un sitio pequeño. Recordar no es inútil ni peligroso, y de hecho YO digo en el anterior comentario que el pasado debe usarse para tener una base canónica y académica que nos permita encarar el futuro. Y eso, por supùesto, puede ser también abrir las fosas del 36 y recuperar lo que haya que recuperar, pero nunca usar tal suceso para envalentonar y calentar los ánimos, porque el objetivo precisamente debe ser el contrario. Y no hablo de quien tiene a un padre enterrado no sabe dónde, sino de la sociedad en general. Este asunto del 500 aniversario se está usando torticeramente para crear una base sentimental absurda en la que la juventud navarra se pase al nacionalismo; ergo, no tiene un objetivo académico, histórico ni científico. Tiene on objetivo político e ideológico, que es el de politizar la comunidad. Y no creo que esté descubriendo el fuego diciendo esto; tampoco para los que están trabajando activamente por «recuperar» la «memoria» del «estado vasco», bla, bla, bla, bla, bla. Que este sermón lo tenemos ya muy oído.
De acuerdo en principio con Carlos Sanchez Marco.
Querria sin embargo hacer algun comentario y pregunta al artículo principal.
º) Navarra era un hervidero al igual que los demas reinos de España y Europa en aquel horrible siglo XV y principios del XVI. Los asesinatos, envenenamientos, usurpaciones, traiciones y calumnias eran el pan nuestro de cada dia en toda Europa (sin que Castilla fuera para nada mejor).
2º) Ignraba que Dª Blanca hubiera «traspasado» la Corona de Navarra a un rey extajero a dedo, pero supongo que no tendria ninguna validez sin que lo aprobaran previamente las Cortes de Navarra, cosa que evidentemente no ocurrió.
3º) Yo lo que habia aprendido (hice el bachillerato en tiempos de Franco), es que la sospecha del envenenamiento de Dª Blanca caia sobre su padrastro (el Usurpador), al igual que el de su hermano Carlos. En tiempos de Franco es lo que se decia.
4º)No tengo cifras -ni creo que las haya_ de la cantidad de navarros que militaban en este o el otro bando, pero dado que, ni con los ejercitos castellano-aragones se pudo solucionar el conflicto, sino en varios años de lucha y posterior sangrienta represión, me parece que eran los partidarios del «Usurpador» los que estaban en franca minoria, como es lógico.
5º) Y lo que me queda menos claro de todo, despues de leer el artículo editorial, son los derechos que podia atribuirse D, Fernando (¿el Católico?), para aspirar a la corona de Navarra, salvo el de ser hijo del «Usurpador».
6º) Basta ya de hablar del 1512, cuando tenemos muy cerca el 20 de Noviembre de 1011, y bastante es lo que tenemos que preocuparnos de lo que nos está pasando ahora a los navarros.
Como Qwepon dice, dejemos todos, TODOS, de manipular la historia pasada y preocupemonos de la presente, que bien revuelta está.
He escrito «padrastro» de Dª Blanca, en lugar de padre. Me he equivocado.
Es que tambien se decia (aprendia), que los envenenamientos pudieron tener por cómplice a la madrastra, Juana Enriquez, segunda mujer del «Usurpado», muy interesada en que heredara su hijo Fernando.
¡¡El nuevo concurso patrocinado por el Gobierno de Navarra, y decorado por Oroz!!
A VER QUIEN TIENE LA BOINA MAS GORDA
Supongo que para dentro de nada tendremos también a Kukusumusu dibujando el 1512.
Cómo me aburren sus cuentos de tatatatatatatatatatatatatatatatatatatatarabuelos chochos. Y mientras tanto… Robertito sonríe en su Phaeton apurando su segundo gintonic. ¡Qué bien se vive sin oposición!
El amigo Juan «el usurpador» fue un auténtico tipo nefasto. Fue él quien, como rey de Aragón, puso el Rosellón (la parte de Cataluña que ahora está en Francia) como garantía de un préstamo que no pudo devolver. El resultado fue que los catalanes se alzaron en armas contra él y a punto estuvieron de nombrar rey al Príncipe de Viana, que para ellos era un héroe. Por eso el Príncipe de Viana estaba en Barcelona cuando murió, tan inoportunamente.
Elena, el Príncipe de Viana, Carlos, no tuvo nada que ver con la muerte de su hermana Blanca. ¡Si el pobre ya estaba muerto cuando falleció Blanca! Cierto que Fernando el Católico era hijo del «usurpador», como también lo eran Carlos y Blanca. La verdad es que tras la muerte de estos dos cualquier aspirante al trono resultaba cuestionable.
Qwepom, ¿y usted incluye a Navarra en Euskal Herria (como concepto político) por incorporación, anexión o conquista?
Sr. Dinamita.
Siento que no ha leido usted bien mi párrafo 4º.
Lo copio aqui otra vez
3º) Yo lo que habia aprendido (hice el bachillerato en tiempos de Franco), es que la sospecha del envenenamiento de Dª Blanca caia sobre su padrastro (el Usurpador), al igual que el de su hermano Carlos. En tiempos de Franco es lo que se decia.
a mi me parece que uso político hace tanto el que saca el tema ahora 500 años después, como el que niega que pasó lo que pasó, hace 500 años estaban a hostias todo el día y ganó el más fuerte, sin más
por otro lado ya estamos con que vienen los vascos!
a mi realmente los que me dan miedo no son los vascos, son los valencianos por poner un ejemplo que menudo agujerito han dejado …
Elena, tiene usted razón. Mis disculpas.
Además de todo lo dicho, no hubo resistencia alguna al avance de las tropas eusko-castellanas cuando entraron en Navarra. Los reyes Catalina de Foix y Juan de Albret salieron corriendo de Pamplona en vez de quedarse a defender Navarra. En Pamplona, población mayoritariamente beaumontesa, nadie se jugó la papada por los monarcas franceses a la fuga. Catalina y Juan tenían grandes posesiones en Francia, por lo que nunca se hubieran jugado lo de este lado de los Pirineos por lo del otro y esto lo sabía toda Navarra. Y también Fernando el Católico, claro. El aprecio de los navarros de la época por la dinastía francesa fugitiva fue proporcional a la resistencia que opusieron al avance eusko-castellano-beaumontés: cero. Por lo demás una obviedad: al norte de los Pirineos, donde no gobernó Fernando el Católico, no existe ninguna Navarra Baja independiente de Francia. Las alternativas, como ahora, estaban claras.