Todos los análisis que se vienen repitiendo en las últimas horas respecto a los resultados electorales en la CAV quedan muy relativizados si se colocan en perspectiva. Por ejemplo, en las autonómicas de 1990 los nacionalistas tenían un porcentaje de voto muy similar al actual (58,2% vs 59,6%), pero en aquel momento Batasuna y EA sumaban el 29,7% de los votos frente al 25% que suman ahora. Es decir, que respecto a entonces asistimos a un ligerísimo ascenso del nacionalismo y a un apreciable descenso de lo que ahora sería BILDU, que sin embargo aparece como gran triunfador en todos los medios.
BILDU cae donde gobierna
Otra comparativa interesante es la que resulta de relacionar los resultados del domingo con los de las últimas elecciones municipales y a las Juntas Generales de la CAV el año pasado. En aquel momento el nacionalismo ya sumó un 59,6% por lo que los resultados del domingo no deberían sorprender ni asustar más de lo que hicieran aquellos. Pero hay más: hace sólo un año BILDU sumaba en las municipales un 28,92%, por lo que ha descendido en el conjunto de la CAV casi 4 puntos respecto a hace un año. En Guipuzcoa, BILDU consiguió en las municipales del 2011 un 35,43% frente al 32,18% que ha conseguido ahora. En San Sebastián, Bildu ha pasado del 24,96% de las municipales al 22,3% de las autonómicas y de ser la primera fuerza a ser la tercera. En Guipuzcoa, Bildu continúa siendo la primera fuerza política frente al PNV sólo por 482 votos. No es totalmente ortodoxo comparar unas municipales con unas autonómicas pero llama la atención que dato por dato Bildu cae allí donde gobierna. En todo caso también cae significativamente, como decíamos, respecto a las autonómicas de los 90, y ésta sí es una copración homogénea.
Más PNV, menos Bildu
Tomando en conjunto todo, se observa que el nacionalismo obtiene un resultado similar al del año 90 pero que a la hora de particularizar favorece bastante más al PNV que a Bildu. En 1990 la suma de Batasuna y EA hubiera obtenido 22 diputados (uno más que ahora) y un 29,7% de los votos (un 4,7% más que ahora). Por el contrario, el PNV obtuvo 22 diputados y un 28,49% de los votos frente a los 27 diputados y el 34,63% de los votos que tiene ahora. Difícilmente puede extraerse de esta comparativa la conclusión de que BILDU ha obtenido un resultado magnífico y más bien parece que el PNV va recuperando poco a poco todo lo que en su día perdió con la escisión de EA, la cual simplemente se desvanece en BILDU por no decir que desaparece en el vertedero de la historia.
Entusiasmo en la CAV = decepción en Navarra
Llama la atención por otro lado que lo que se considera un éxito abrumador del nacionalismo en la CAV no se considere un éxito abrumador de los no nacionalistas cuando los resultados se trasladan a Navarra. El PNV aparece como el gran ganador de las autonómicas en la CAV con un 34,63% de los votos cuando UPN ostenta el 34,5% de los votos en Navarra. ¿Es posible que Geroa Bai pueda considerar maravilloso el resultado del PNV en la CAV y dudoso el de UPN en Navarra? Si en la CAV es una victoria abrumadora del nacionalismo que su voto conjunto alcance el 59,6%, ¿cómo de espectacular será entonces la victoria del voto no nacionalista en Navarra con el 71,3% aún asumiendo que todo el voto de Nabai fuera nacionalista? Más aún, ¿por qué el nacionalismo asume automáticamente que el gobierno vasco tiene que reflejar la mayoría nacionalista, incluso superando el eje izquierda-derecha, y lleva tan mal el mismo principio para que la mayoría no nacionalista automáticamente quede reflejada en el Gobierno de Navarra?
7 respuestas
Coincido con NC en que no es para tanto. Y que están en lo más alto los bilduetarras…por lo que ahora sólo cabe caer. Y hay algunos que van a trabajar intensamente en que así sea; el PNV que no va a volver a dejar que le.hagan sombra. Hasta escisiones.veremos en Bildu, y si no al tiempo.
Ahora quedaría el análisis del gran olvidado, pero no por ello menos importante….. El análisis del desencantamiento, el análisis del cansancio, el análisis de la ABSTENCION!!!!! (34,18%)…..
De todos es sabido que los partidos, sin excepción, maximizan sus éxitos y minimizan sus fracasos. En ese sentido, (y salvo alguna excepción) cuando ganan casi nunca es para tanto, y cuando pierden tampoco suelen reconocer grandes fracasos (suelen jugar a la interpretación de datos para, al final, deducir que han ganado). Estas elecciones han sido más de lo mismo: los ganadores se consideran grandes ganadores, no se dan cuenta de que los ciudadanos, por mucho que les hayan votado, (y al margen de ciertos descerebrados que los hay en todas partes), no han depositado en ellos su total confianza con fe ciega, y quizás les han votado porque no encontraban mejores opciones, y era o votarles a ellos o quedarse en casa. Efectivamente, tampoco hay gran diferencia respecto a los resultados de 2009, sólo que esa pequeña diferencia permite pensar en un lehendakari nacionalista, que ya veremos las posibilidades que tiene de gobernar o si es gobernado por la crisis. En cuanto a los perdedores, más de lo mismo: cuando todos estamos viendo el hundimiento del partido socialista, ellos no han cambiado el discurso y continúan en el «tenemos que realizar una profunda reflexión» que es lo mismo que han dicho en anteriores fracasos. No he escuchado a nadie decir algo como que «el partido socialista está en una tremenda crisis y nos vamos a plantear refundarlo y regenerarlo totalmente».
En virtud del principio de que todo lo que sube termina bajando (incluso los sueldos) se explica la evolución de Bildu en Guipuzkoa. Pero se explica, sobre todo, porque no es lo mismo estar en la oposición o ilegalizado que gobernando, porque destruir y decir que no a todo es muy fácil, pero gobernar en positivo exige estar preparado, adoptar medidas, etc., y la experiencia sobre todo en San Sebastián pasa factura.
El traslado de las elecciones en la CAV a Navarra no puede realizarse sic et simpliciter, pero sí hay una diferencia: el PNV tiene experiencia en gobernar en minoría (con pactos, acuerdos, etc.), minoría a la que aboca siempre la peculiar distribución de la territorialidad en el País Vasco (calculen lo que cuesta sacar un diputado en Alava y en Vizcaya por citar los dos extremos); por el contrario en Navarra (donde sí se puede llegar a la mayoría porque es circunscripción única) todo el mundo reconoce la mayoría de UPN pero insuficiente para gobernar «cómodamente», a la par que hay que reconocer la incapacidad (no sé el motivo) de la oposición para pactar un Gobierno alternativo. Junto a ello la incapacidad de la «transversalidad» entre UPN y PSN es manifiesta (no sé de quien es la culpa).
Pero como dice paqui22 en España todo el mundo gana y si pierde la culpa es del tiempo, la abstención o el sursum corda.
Para muestra, la «autocrítica» de Pachi Vázquez en relacion con las elecciones gallegas; pierde y se queda tan ancho diciendo que «han hecho las cosas muy bien»: pues menos mal, porque si las hacen regular pasan a ser extraparlamentarios directamente.
El nacionalismo es esencialmente oportunista y tiene la virtud de saber vender lo blanco como si fuera negro, y viceversa. Es decir, que ahora no es que haya más porcentaje de voto nacionalista que en otras épocas, pero lo venden (y a muy buen precio, visto su éxito mediático), como si hubiera habido un cambio fenomenal en la mentalidad de la sociedad.
Está muy bien esto de hacer ejercicios «alternativos» e «imaginativos» de los resulatos electorales, pero tampoco estaría de más aterrizar de vez en cuando en la realidad. Y sobre esa realidad se plantean dos evidencias:
1.- Que esto de la crisis los únicos que saben aprovecharlo electoralmente son los separatistas. Lo digo no sólo por el «copo» del parlamentito vascongado, sino por la subida evidente de un personaje como Beiras. Tal vez en el otro lado deberían hacérselo mirar (en el caso de que exista «otro lado», toc, toc, ¿hay alguien ahí?)
2.- Que el Pp en las provincias vascas ha TOCADO FONDO. Repitan conmigo, Basagoitis, Oyarzábales, Quirogas y tibios variados: «hemos tocado fondo, hemos tocado fondo».
Lo demás está muy bien como ejercicio de funambulismo o de interpretación pseudohistórica, pero esconder la cabeza debajo del ala suele ser mal método para resolver los problemas. Si el centro-derecha «liberal» va a solucionar el órdago separatista a base de incomparecencia que lo digan, por favor.
LA PREOCUPACIÓN DE SUS SEÑORÍAS ILUSTRÍSIMAS.
El Sr. Erkoreka y su socio, el Sr. Erconejo, están que no tragan por las cuentas que presúmen les habrá dejado el anterior lindakara: el ágrafo tuercebotas de la panda de los socio-listos,el maqueto electoralmente descalabrado, Sr. López.