El sargento de la Guardia Civil apaleado en Alsasua y su pareja han decidido abandonar la localidad. El sargento ha pedido el traslado tras recibir amenazas dirigidas hacia su hija de año y medio. Cuando se consume este traslado, todos los agredidos de aquella noche habrán tenido que abandonar Alsasua.
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La agresión no acaba con la paliza
La agresión a los guardias civiles y sus parejas ni empezó con la paliza ni acabó con ella. La razón es que, contra lo que intentan imponer los defensores de los condenados, la agresión tiene unas causas previas, un ambiente previo y hasta una videoguía previa que lleva hasta la agresión. Por eso mismo que la agresión no comienza con la paliza, la persecución y el acoso tampoco acaban con la paliza. Porque persisten las causas y el ambiente que lleva hasta la paliza y de los que la paliza es una mera consecuencia. Tantos años vendiéndonos que los violentos tenían una causa política y ahora resulta que lo de los «txabales» era una mera trifulca.
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Cosas que sabían los “txabales” nada más dar el primer puñetazo
Contra lo que sucede en una mera trifulca tabernaria, los “txabales” de la jauría de Alsasua tenían una serie de certezas nada más propinar el primer puñetazo. Sabían que en su defensa iban a aparecer toda una serie de colectivos, medios y partidos políticos que se iban a dedicar a lavar su imagen y a ensuciar la de las víctimas agredidas. Sabían que si eran identificados y detenidos proliferarían las manifestaciones y actos de apoyo. Sabían que, salvo los vídeos y testimonios que favorecieran a la defensa, nadie testificaría abiertamente en su contra. Sabían que se victimizaría a sus familias y su sufrimiento a la par que se acosaba en cambio a las familias de los agredidos. Sabían que el día que salieran de la cárcel volverían convertidos en héroes entre vítores, bengalas y aurreskus. Puede que no todo sea terrorismo, pero resulta también evidente que terrorismo no es sólo poner bombas y pegar tiros.
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Alsasua es un lugar infernal para vivir salvo que seas uno de ellos. Por eso es su modelo
Ningún lugar gobernado por el nacionalismo se caracteriza por la libertad que se respira. Si un lugar es un infierno para vivir salvo que pienses de una manera, casi todo el mundo acaba pensando de esa manera, por convicción o por sumisión. La segunda o tercera generación de sumisos ya es probable que lo sean por convicción. Y es que es duro tener que reconocer que no puedes decir lo que piensas y que vives fingiendo ser quien no eres. Al final o vives pensando que eres un farsante o te conviertes en uno de ellos realmente para no pensar que lo eres. La alternativa es ser un héroe, pero a lo mejor sólo el 1% de la población, de cualquier población, está hecha de la madera de los héroes. Por eso mismo tantas fuerzas políticas y mediáticas se han movilizado en defensa de la Alsasua actual y los “txabales” que la representan. Para ellas ese infierno en el que viven los que no piensan como ellos es el paraíso. No sólo no se trata de llevar la libertad a Alsasua sino de que la falta de libertad de Alsasua sea el modelo que se implante en toda Navarra.
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Y eso es todo, que diría el principal articulista del digital de al lado.
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