En 1512, las tropas del Duque de Alba incluían a los alaveses, vizcaínos, guipuzcoanos y navarros beaumonteses. Estas tropas formarían parte del teórico bando invasor. El mito nacionalista también identifica a los actuales simpatizantes de UPN con los beaumonteses. Por tanto, las tropas venidas en calidad de ocupantes de la actual Euskadi (y respecto a la cual el nacionalismo pretende actualmente la anexión de Navarra), para mayor desubicación histórica habrían combatido hombro con hombro en el mismo bando que los antecesores de los actuales votantes de UPN.
La mítica unidad de los vascos.
Históricamente, Guipúzcoa nunca quiso ser Navarra. Algunos territorios guipuzcoanos, sin embargo, siempre fueron muy codiciados por los reyes navarros. La razón evidente es que la salida al mar de Navarra pasaba necesariamente por la ocupación de estos territorios. El rey castellano Alfonso VIII, por ejemplo, pretendió forjar una alianza con Navarra ofreciendo alguno de estos territorios. La incorporación no fue posible precisamente por la oposición de esos territorios guipuzcoanos.
La toma de Estella.
En 1512, los alaveses enviaron 1.200 hombres contra Navarra solicitando a Fernando el Católico el honor de ser ellos quienes tomaran Estella. El Rey Católico respondió al Diputado General de Alava accediendo a la petición por la gran confianza y lealtad tradicionalmente mostrada por las fuerzas alavesas:
“Ya sabéis que me escribisteis que esa provincia holgaría que se le diese la empresa de la toma de la fortaleza de Estella. E yo, con la confianza que hago de los de esta tierra que harán en ello lo que siempre han hecho en las cosas de nuestro servicio, he acordado de daros la dicha empresa”.
La entrada en Pamplona.
Decimos la entrada porque Pamplona, como la mayoría de Navarra, era una ciudad beaumontesa en la que no hubo resistencia. Las puertas de la ciudad se abrieron a la entrada de las tropas castellanas que entraron desfilando a los sones de tambores y trompetas. La distinción entre agramonteses y beaumonteses nos retrotraería a los conflictos civiles anteriores en Navarra. En todo caso, entre las tropas que entraron se contaban 1.500 alaveses y 3.500 guipuzcoanos.
Los 12 cañones del escudo de Guipúzcoa.
Secuela de los sucesos anteriores, fue el intento de Luis XII de Francia de arrebatar Navarra a la corona de Castilla restituyendo al monarca navarro, que se había refugiado en Bearn. Así, envió un ejército francés con elementos navarros agramonteses al mando del general La Palice. Tras ser rechazado, las tropas guipuzcoanas de Diego López de Ayala recibieron la orden de cortar el camino al ejército en retirada, sobre el que cayeron en Velate capturando 12 cañones, que pasaron a formar parte del escudo de Guipúzcoa desde 1513. Según la mitología nacionalista, cuando los guipuzcoanos cayeron sobre ellos a la vuelta eran una tropa de artilleros alemanes, pero a la ida eran un ejército navarro. Los cañones fueron borrados del escudo en 1.977 para ocultar este hecho de la historia.
El alarde de Irún.
El tradicional Alarde de San Marcial conmemora la victoria de la causa castellana sobre la incursión franco-navarra que tenía como objeto la reconquista de Navarra en 1522. Paradojas de la vida, la victoria castellana es aún hoy unánimente celebrada por el nacionalismo vasco desde aquel día.
Juzguen ustedes, a la luz de todo lo anterior, a quién representa y qué es lo que pinta el nacionalismo vasco en Noáin, Irún, Amaiur o en el año 2.012.