Alfredo Urdaci es un periodista extraordinariamente conocido y polémico (como es requisito en general para las entrevistas de esta casa). Nacido en Pamplona, estudió Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra y Filosofía en la Universidad Complutense. Su carrera periodística comenzó en Diario 16, de donde pasó a Radio Nacional en la que trabajó como corresponsal en Roma. Posteriormente se convirtió en director de los servicios informativos de Televisión Española y presentador de la segunda edición del Telediario. Además ha participado en diversos programas de televisión de diversos canales y ha escrito varios libros, entre ellos Días de ruido y furia, La televisión que me tocó vivir, o El cónclave: Los secretos de la elección del Papa al descubierto.
En la etapa de Aznar, en la que fue director de informativos de TVE, ciertos grupos mediáticos y políticos hicieron de usted un símbolo del gobierno y, según ellos, de la manipulación informativa en estado químicamente puro. En este momento no parece que exista un equivalente contra el que cargar –caso de que la oposición se decidiera a hacerlo- como lo hubo en su época. ¿Es esto un éxito mediático más de la izquierda o es que ahora son neutrales los informativos públicos?
En este momento todo el panorama de la comunicación televisiva se orienta en apoyo del gobierno. En el caso de los medios públicos me parece evidente. En el de los privados es desde hace años una inclinación clamorosa. Los grandes patrones de la comunicación audiovisual han elegido llevarse bien con el gobierno por la amenaza de no recibir licencias de radio para sus grupos. El único medio televisivo crítico con el gobierno es Telemadrid. Por otro lado cada circunstancia es diferente y la labor de oposición también. La izquierda siempre ha basado la suya en la propaganda y en la agitación.
¿Cómo contaría y explicaría ahora usted los atentados del 11 de marzo del 2004?
Sustancialmente de la misma forma que lo hicimos entre el 11 y el 14 de marzo. No ha variado mucho. Sigue habiendo zonas de sombra, y tenemos la certeza de que no estuvieron relacionados con la presencia española en Irak, en misión respaldada por la ONU para la reconstrucción del país.
Después de todo aquello, realizó un pequeño periplo por La Noria, La Sexta, Antena 3, Tele 5. ¿Salir de TVE fue una oportunidad para poder hacer otras cosas como escribir y poder vivir más feliz?
Han sido oportunidades de seguir trabajando. He sido siempre razonablemente feliz, en RNE, en TVE y en el resto de medios por los que he pasado. Esta última etapa a la que se refiere me ha dado la oportunidad de conocer otros “barrios” de la televisión y de ejercitarme en otros géneros. He trabajo con comodidad y con libertad y en ese sentido me siento un privilegiado, y agradecido a todos esos medios por haber contado con mi presencia, e incluso por seguir a día de hoy insistiendo en que vuelva. He hecho también televisión de entretenimiento que es muy divertida, y en la que la felicidad tiene una forma que la acerca a la alegría más liviana.
Da la sensación de que ZP es un encantador de serpientes y que es capaz de vender su propaganda aún en medio del actual tsunami del sistema. ¿Tiene ayuda de los medios o estamos hablando de un gran comunicador y mejor vendedor?
No lo creo. Uno de los grandes fallos de este gobierno es la comunicación. Sobre todo porque no tiene detrás una coherencia fuerte, y porque se basa en eslóganes y consignas. ZP ha pasado mucho diciendo a los españoles lo que estos querían escuchar. En ese sentido ha mentido porque la realidad era muy diferente. Ha mentido en la negociación con ETA, ha mentido en la crisis económica, primero al negarla, y luego al asegurar que estábamos mejor preparados que nadie. Nunca ha pedido a la sociedad un esfuerzo para superar los grandes problemas. Lo suyo ha sido la demagogia, la invención de mundos paralelos. La realidad se suele vengar de este tipo de políticos con una extrema crueldad. Lo grave es que estas facturas las pagamos todos. Yo creo que no es un buen comunicador, su oratoria es limitada, sus lagunas muy grandes, su formación intelectual escasa y pedestre. Ha gobernado con facilidad gracias a las rentas de los tiempos de Aznar. Los estadistas se miden en tiempos de dificultad, y Zapatero es incapaz de leer la superficie de la realidad.
¿Están todos los medios de España politizados? ¿Cuáles más y Cuáles menos?
Todos tienen su línea editorial. Muchos aspiran a que los gobiernos les hagan caso en sus planteamientos editoriales y sobre todo en los económicos. Si se refiere a si están en disciplina con los partidos creo que no. Pero los medios ejercen una enorme influencia y utilizan la presión para conseguir licencias de radio, permisos de televisión, o favores que se traduzcan en la cuenta de resultados.
Las televisiones buscan su supervivencia a través de las fusiones (Telecinco y Cuatro, la Sexta y Antena 3). Desde su punto de vista, ¿es esto una amenaza para el pluralismo informativo? ¿Qué medios van a sobrevivir y en qué formatos?.
Más que fusiones, lo que hemos visto hasta ahora son alianzas, matrimonios de conveniencia en los que cada uno mantiene su marca y su línea editorial. Sobrevivirán los que se adapten mejor al mercado de la televisión que va a ser un minifundio de rentabilidad compleja. No hay amenaza para el pluralismo informativo porque yo creo que no hay pluralismo. En televisión hay un mismo discurso en casi todos los canales con tan solo algunos matices de diferencia.
Usted ha escrito un libro titulado “El Cónclave: Los secretos de la elección del Papa al descubierto”. ¿Qué tiene la Iglesia Católica que a todo el mundo interesa?
La Iglesia católica es una gran referencia moral y ética. Interesa a todos porque unos la siguen, y porque los otros la quieren derribar. Con Woytila esa referencia se hizo mucho más evidente y fuerte. Es una voz que clama en el desierto, ajena a los gobiernos y a los partidos, a los criterios nacionales o al cálculo circunstancial. Eso saca de quicio a los gobernantes y pone de los nervios a quienes no pueden controlar esa voz. Por otra parte el cristianismo y el catolicismo forman parte de nuestro ADN cultural, queramos o no. Las otras referencias que se han dado en el mundo y las que se dan hoy son inquietantes.
Alfredo Urdaci es navarro. ¿Qué percepción tienen periodistas y medios de nuestro viejo y pequeño Reyno?.
Navarra es una Comunidad foral que ha conseguido difundir una imagen propia, al margen de la influencia voraz y expansionista del País Vasco. Es una Comunidad que tiene un perfil específico, leal a la Corona y la Constituión, y que ha mantenido su unión al gran proyecto de España con una cómoda naturalidad.
¿Nos puede dar algún consejo a nuestro medio digital Navarraconfidencial.com que acaba de cumplir cuatro años?
Persistir y perseverar. Las empresas periodísticas que no están concebidas para el largo plazo y que no tienen en cuenta la revolución de las nuevas tecnologías morirán más pronto que tarde.
¿Qué le gustaría que le hubiéramos preguntado y qué nos hubiera respondido?
Prefiero que me haga usted otra entrevista que responderle a esta última cuestión. Echo de menos algunas cosas en el cuestionario, pero me las guardo, con la esperanza de tener una segunda oportunidad. Abrazos a sus lectores.
Entrevista exclusiva al periodista y escritor Enrique de Diego
Entrevista en exclusiva a Eulogio López, director de Hispanidad.com
2 respuestas
Cómo le gusta a Urdaci hacerse este tipo de fotos, ¿no?
Me ha encantado como define a ZP, a ver si se cumple su profecia.