Hay cosas que todos creemos saber con certeza porque las piensa todo el mundo. Si todo el mundo las piensa probablemente es porque se repiten en todos los canales de televisión. Porque efectivamente, hay ideas que al margen de ser ciertas o falsas se repiten constantemente en todos los medios. Entre estas ideas, por ejemplo, tenemos las de que cada vez hay más incendios forestales, cada vez hay menos árboles (lo que tendría su lógica si cada vez hay más incendios), lo que sucede porque cada vez llueve menos y por tanto la masa forestal está más reseca y arde más fácil. Es decir, que como también cada vez hay más pobres (otra idea que no deja de repetirse), en su desesperación no tienen ni un mal árbol del que colgarse. Bien, pues todo esto es falso.
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Empecemos por los incendios. No es cierto que cada vez haya más incendios forestales. Cada vez hay menos incendios forestales. La verdad puede ser que los informativos cada vez dedican más tiempo a los incendios forestales, pero no hay más incendios forestales que antes.
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Ante este dato alguien podría pensar que claro que hay menos incendios porque ya se ha quemado casi todo y por tanto cada vez queda menos masa forestal por quemar. Pues bien, esta creencia también es errónea, de hecho cada vez hay más verde en España y en el conjunto del mundo.
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Tampoco es cierto que cada vez llueva menos. Partamos para empezar de la base de que España en general no es un país particularmente húmedo, pero no se aprecia en las series de datos históricos una especie de tendencia a la baja en las cantidades de lluvia. Por lo demás, hay años que llueve más y años que lleve menos. En España la normalidad es precisamente eso.
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La buena noticia final es que, aunque no haya una tendencia a la baja en la superficie arbolada, tampoco hay un número cada vez mayor de pobres desesperados que se quieran colgar de un árbol. Una vez más nos encontramos con un mantra constante respecto al aumento de la pobreza en el mundo que básicamente es falso. Más aún, se estima que la pobreza extrema desaparecerá de la Tierra allá por el año 2030.
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Paradójicamente, noticias como éstas no siempre son bien recibidas porque implican un choque con algunas ideas que hemos abrazado como solución al falso diagnóstico de que cada vez estamos peor y nos dirigimos al precipicio. Que en algunas cosas seguro que vamos al precipicio, pero a lo mejor, y precisamente por eso, en las que menos nos están señalando los grandes medios.
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