Al cambiar de postura, se revela que los presos etarras no tenían beneficios porque los rechazaban

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El denominado Foro Social Permanente entregó ayer a la Presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez, 80.299 firmas en apoyo al acercamiento de presos de ETA, aunque sólo 19.532 de esas firmas se han recogido en Navarra. Los representantes de colectivo foro han destacado la “disponibilidad que ha tenido desde el inicio de su mandato la Presidenta del Parlamento para escuchar las propuestas del Foro Social Permanente, por lo que le estamos muy agradecidos”. Además, desde el Foro Social se ha querido hacer una valoración positiva de la decisión del colectivo de presos de ETA EPPK (Colectivo de Presos Políticos Vascos) relativa a permitir a partir de ahora a sus miembros acogerse a beneficios penitenciarios, decisión totalmente relacionada con la visita al Parlamento, la presentación de firmas y las peticiones de acercamiento.

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En relación a esta decisión del colectivo de presos etarras, interesa leer el editorial al respecto del Diario de Noticias, que también valora positivamente la aprobación por parte del 73,4% del colectivo de presos de ETA de un documento base que abre la puerta a asumir los planes para obtener beneficios penitenciarios a través de procesos individuales. Diario de Noticias expresa que esta decisión no puede suponer “sino un paso positivo para el colectivo, porque constituye la primera vez que se abre la puerta a que los presos y presas sean agentes de su propio futuro, lejos de los vetos impuestos durante años por el colectivo”. El Noticias de Alava resume la información titulando que “el documento del EPPK remeda los pasos de la vía Nanclares”.

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¿Qué quiere decir todo esto?

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Pues que ETA les dice a sus presos que ahora ya tienen permiso para acogerse a los beneficios penitenciarios.

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¿Cómo?

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Efectivamente, los presos de ETA no gozaban hasta ahora de muchos beneficios penitenciarios porque la ETA y sus organizaciones tentaculares no les daban permiso para acogerse a ellos. Lo reconoce el propio editorial del Noticias, al decir que “constituye la primera vez que se abre la puerta a que los presos y presas sean agentes de su propio futuro, lejos de los vetos impuestos durante años por el colectivo”.

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Es decir, años y años de dar la matraca con las penurias de los presos, con las pancartas, las fotos y los mapas  inundando las calles, con las historias de los familiares de los presos y su sufrimiento, y resulta que si los presos y sus familiares estaban sufriendo, era porque la banda no les daba permiso para acogerse individualmente a beneficios penitenciarios. Es decir, que de lo que se trataba era de evitar que los presos se salieran de la disciplina de la banda y de su ortodoxia. Otro modo de decirlo: todos esos colectivos que aparentemente se preocupaban tanto por los presos y sus familias, eran los que causaban el sufrimiento adicional a los presos y las familias. Que por cierto callaban, por complicidad o por cobardía. Ahora se descubre todo porque la decisión de levantar la prohibición de acogerse a los beneficios penitenciarios revela, aunque ya lo sabíamos pero ahora es oficial, que había una prohibición. Es increíble que se haya estado señalando al estado, a los jueces, a la sociedad, a la OTAN al Vaticano, al cambio climático y a todo el mundo en general del sufrimiento de los presos de ETA, menos a los que estaban imponiendo ese veto, claro que quienes organizaban las protestas contra la situación de los presos y quienes les ponían en esa situación ya se ve que eran los mismos, por lo que difícilmente se iban a denunciar a sí mismos.

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Un arrepentimiento cuestionable

Llama la atención en esta noticia, asimismo, que haya un 14,2% de presos que han votado en contra de aflojar la disciplina. Hay por tanto todavía un 14,2% de presos de ETA que, si todos son unos pirados, son los más pirados entre el colectivo de pirados encarcelados. Pero lo del otro 73,4% o los indecisos no deja de tener también su punto de extrañeza. No es creíble un arrepentimiento cuando se produce a toque de corneta. El arrepentimiento es un proceso individual. No es creíble que todos los presos de ETA se arrepientan de sus actos el mismo día. Si el dichoso EPPK no hubiera dado el permiso, en vez de arrepentidos serían todos disciplinados no arrepentidos. También es verdad que los puede haber arrepentidos que no han podido expresar el arrepentimiento hasta ahora. Como muestra de arrepentimiento sincero, el EPPK podía empezar por cambiarse el nombre: los presos de ETA no son presos políticos.

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Entre las informaciones publicadas en las últimas horas en relación a este movimiento novedoso de los presos de ETA, también resulta curioso que se nos diga, como para poner de manifiesto lo maltratados que están los presos de ETA, que el 67% llevan más de 10 años en prisión y el 42%, más de 15. A lo mejor a los medios de la izquierda abertzale les parece mucho, pero a quienes llevan toda la vida escuchando a esos mismos medios lo fascista que es el estado español, lo franquistas que son sus tribunales y lo excepcionales e inhumanas que son sus condenas, seguramente lo que les extraña es que no haya un gran porcentaje de presos de ETA que lleven 25, 30 ó 40 años en prisión. Que no sería algo inhumano, sino lo normal.

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