Puede ser, resulta discutible, que el PP sea el partido en el Congreso más distinto al PSOE. Sin embargo, a veces da la impresión de que el partido más diferente del PSOE en realidad se distingue muy poco de él. Un ejemplo de ello es el anuncio del nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. El ministro ha comunicado que el PP cambiará la asignatura de Educación para la Ciudadanía por otra llamada Educación Cívica y Constitucional, supuestamente «libre de adoctrinamientos y controversias». Adiós EPC, hola ECC.
Un caballo de Troya
A nadie se le puede escapar el peligro de dejar ahí una asignatura comodín en la que puede caber cualquier adoctrinamiento. A fin de cuentas, el gobierno socialista aseguraba también que EPC servía para explicar la Constitución a los niños. Se trata de que el estado deje de adoctrinar, no de que en el mejor de los casos (es bien conocida la capacidad de la derecha cuando gobierna para armar a sus adversarios) el adoctrinador vaya cambiando por turnos. La nueva asignatura, en vez de resolver el problema, puede darle carácter definitivo. El PP se opuso a la EPC, pero implanta la ECC. Cuando el PSOE regrese al poder, podrá utilizar la ECC dejando sin argumentos contra ella al Partido Popular, en su calidad de padre de la criatura.
Así tampoco ahorramos
La decisión de mantener una asignatura más o menos similar a la EPC presenta además una vertiente económica. Si mantenemos una asignatura, tenemos que mantener la burocracia, los empleados públicos y los recursos que exige impartir la asignatura. La subida del IRPF sirve por consiguiente para seguir manteniendo una estructura absolutamente prescindible. Nos encontramos ante una oportunidad de oro para ahorrar perfectamente perdida. Volviendo al principio, el PP a menudo es menos de lo mismo más que algo distinto.
9 respuestas
En principio estoy de acuerdo con que no es necesaria esta asignatura, pero dependiendo del temario igual cambio de opinión.
Me explico, creo que vivimos en un país donde hay una falta total de valores morales en todos los ordenes, acusado más en nuestra juventud.
Por ello, Si esta asignatura se dirige a los jóvenes para inculcarles valores morales, generosidad, darse a los demás, respeto por el más débil, respeto a las personas de avanzada edad, tradiciones, etc. Si se intenta con ella inculcar Conductas cívicas, respeto por sus ciudades, medio ambiente, y un largo, etc…Contarán con mi apoyo, ya que creo necesaria una fuerte inyección de moralidad en nuestros niños y jóvenes.
Ahora bien, si lo que intentan es hacer lo mismo que el PSOE pero en sentido contrario, contarán con mi más absoluto rechazo.
Estoy de acuerdo y enhorabuena, pero ¿alguien se cree que el gobierno, sea cual sea, va a inculcar valores MORALES, generosidad, darse a los demás, respeto…? Para eso ya están ética y RELIGIÓN y les van quitando horas. No hacia falta una nueva asignatura y para los otros temas ya tenemos ciencias del mundo contemporáneo que yo traduzco en «ciencia de lo políticamente correcto».
Saludos
Más de lo mismo. Estatalismo puro y duro. Aunque como siempre, habrá personas que se quieran engañar y se piensen que esta nueva asisgnatura va a ser la repanocha y va a educar a nuestros hijos en la moral y en los valores. Pues no. Esto va a ser otra cagada más, en este caso del PP en la que van a enseñar a nuestros hijos lo buena que es la democracia liberal y la prost…, perdón, la Constitución española.
Por cierto, ¿seguirá habiendo padres objetores como hasta ahora o ya no?.
El Gobierno, con el ministro de Educación, José Ignacio Wert a la cabeza, ha anunciado una serie de medidas para reformar la Educación española
Wert ha planteado una reforma legislativa parcial que sustituirá Educación para la Ciudadanía por una formación «Cívica y Constitucional». Wert ha argumentado sobre Educación para la Ciudadanía que creó una «seria división» en la sociedad y el mundo educativo. A partir de ahora será sustituida por una asignatura «libre» de cuestiones ideológicas y adoctrinamiento, basada en la sociedad democrática y las instituciones españolas y europeas. Polémica y cuestionada desde que se implantó en el año 2006, los días de la Educación para la Ciudadanía (EpC) están contados, y ya tiene nombre la materia con que el nuevo Gobierno quiere sustituirla: Educación Cívica y Constitucional (ECC).
Se ampliará el Bachillerato y la FP media a tres años, el primero de ellos obligatorio. De este modo la enseñanza obligatoria se sigue manteniendo hasta los 16 años y la enseñanza obligatoria seguirá siendo gratuita, aunque se plantea la posibilidad de que se amplíe la gratuidad por medio de conciertos. De este modo, la Educación Secundaria Obligatoria pasará de cuatro a tres años, el Bachillerato pasará de dos a tres años, y la Formación Profesional de grado medio, también de dos a tres años. Por tanto, con la reforma habrá tres cursos de ESO y tres de Bachillerato.
El último curso de la enseñanza obligatoria «orientará» a los alumnos a la FP o la «continuación» de los estudios de Bachillerato, lo que el ministro Wert ha relacionado con una mejor preparación y la reducción del abandono escolar prematuro, que es el del 28,4%, el doble de la media europea.
Sobre la FP, se pretende amoldar la educación española al modelo «dual alemán» que combina prácticas en empresa y formación en el aula, ya que el hecho de aprender trabajando en las empresas aumenta la empleabilidad y Wert pretende que se convierta esta formación en una alternativa «atractiva», no en una «vía de escape».
Las universidades también necesitan un «gran impulso reformista», para lo que se creará un ‘Consejo de Expertos de Alto Nivel’ que emitirá un dictamen y ha censurado que el 42% de las titulaciones tenga menos de 50 alumnos de primero. Se trata de un grupo de expertos universitarios de diversos campos que deberá facilitar en un plazo de cinco o seis meses un diagnóstico y recomendaciones de reforma para la búsqueda de la excelencia, competitividad e internacionalización de la universidad española
Objetivos
Una de las finalidades de la reforma legislativa impulsada por el Ejecutivo de Rajoy es retener a más jóvenes en la enseñanza. Se quiere reducir el abandono escolar que sufre la educación española, que ronda el 28%, doblando la tasa del resto de países de la UE. Uno de los objetivos generales es mejorar y avanzar hacia una escuela pública de calidad ya que servirá como «herramienta imprescindible del progreso del país».
Con el cambio plateado para la hasta ahora asignatura Educación para la Ciudadanía se pretende logar el objetivo de formar ciudadanos «libres y responsables con capacidad de ser sujetos activos», pero impartida «libre de cuestiones controvertidas y de adoctrinamiento ideológico».
Sobre la ampliación del Bachillerato a tres años, el ministro Wert ha concretado que el objetivo es dotar a este ciclo de una mayor flexibilidad, pues los alumnos podrán encaminarse hacia la Formación Profesional de Grado Medio o hacia el Bachillerato un año antes, con 15 años. Este nuevo modelo permite que los alumnos salgan de ambos ciclos -Bachillerato y FP de grado medio- con mayor preparación, similar a la de los jóvenes de otros países europeos; también facilita la adopción de un modelo integrado ‘escuela-empresa’.
Posicionar a las universidades españolas entre las mejores del mundo es otra de las claves del ministerio de Educación. El ministro ha advertido que no hay ninguna universidad española entre las 150 mejores del mundo, que hay un 30% de abandono universitario frente al 16% de la media europea, que el 42% de las universidades tuvieron en el curso 2008-2009 menos de 50 alumnos y que sólo el 33% de los alumnos obtuvieron el título sin repetir curso.
Los costes
El ministro se ha mostrado consciente de los costes y ha apuntado hacia la «cooperación territorial» por parte del Estado. La enseñanza obligatoria -hasta los 16 años- seguirá siendo gratuita, aunque se plantea la posibilidad de que se amplíe la gratuidad por medio de conciertos.
¿Una reforma estatal o autonómica?
Wert ha señalado que cada administración hace lo que la Constitución le autoriza, y que su departamento tiene la intención de «evitar conflictos innecesarios» y fijar, de acuerdo con los márgenes de la jurisprudencia constitucional, los principios básicos del sistema. El ministro ha apelado al diálogo y la participación de toda la comunidad educativa para formular una Estrategia Nacional de Calidad, manteniendo y reforzando la equidad básica, o igualdad de oportunidades.
La polémica sobre la lengua
Sobre el derecho de elección de la lengua vehicular de la enseñanza por los padres, el Gobierno va a mantener una «estricta vigilancia y una actitud propositiva» para evitar situaciones de pasadas, en que este asunto ha sido «cuestión de litigio».
Sobre el bilingüismo, Wert ha anunciado que se reunirá con las CCAA para aunar criterios. La intención es aprobar un ‘Plan de Bilingüismo’ antes de finales de 2012 para implantarlo en el curso 2013-2014. El objetivo es elevar el nivel de inglés de los alumnos españoles, pues los datos son «descorazonadores», a juicio de Wert. Para ello, ha indicado que hay que mejorar el estudio del inglés desde el segundo ciclo de Educación Infantil hasta el Bachillerato, «sustituyendo el viejo enfoque de estudiar inglés para pasar a estudiar en inglés».
Cambios para los docentes
Para el Gobierno es el momento de aprobar un Estatuto del Docente, que suponga «un marco básico que mantenga el carácter estatal de los cuerpos docentes y que ofrezca a los profesores la posibilidad de desarrollar una carrera desde su entrada en el cuerpo hasta la jubilación, en el que hacerlo bien tenga su recompensa», según explicó José Ignacio Wert.
EpC, una asignatura polémica desde el principio
La polémica suscitada por la asignatura Educación para la Ciudadanía dio origen a un nuevo motivo de «objeción de conciencia» en España, al que apelaron unas 55.000 familias para que sus hijos no tuvieran que cursar esa asignatura, y que ha desembocado en unos 3.000 procesos judiciales, según datos de Profesionales por la Ética, una de las organizaciones educativas más activas contra la EpC.
Aunque algunos tribunales superiores de Justicia de varias comunidades autónomas reconocieron el derecho de los padres a objetar y a exonerar a sus hijos de cursar esa asignatura sin que ello reportara consecuencias negativas en el expediente, el Tribunal Supremo se ha pronunciado en varias sentencias a favor de la materia.
Según el Supremo, la asignatura de Educación para la Ciudadanía no suponía una vulneración de las libertades religiosas e ideológicas, y ha insistido en que los padres no son titulares de un derecho específico a la objeción de conciencia en el ámbito educativo, si bien también ha refrendado la idea de que ni la administración educativa ni los centros docentes están autorizados a imponer puntos de vista determinados sobre cuestiones morales.
La asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos fue una de las novedades más polémicas que introdujo la Ley Orgánica de Educación (LOE), en vigor desde el 24 de mayo de 2006.
La asignatura comenzó a impartirse en el curso escolar 2007-2008 en las comunidades de Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Cataluña, Extremadura y Navarra, y al año siguiente en el resto de las comunidades y en Ceuta y Melilla.
Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos se imparte en 5º o 6º de Primaria (10-11 años) y en esta etapa tiene tres bloques temáticos: Individuos y relaciones interpersonales y sociales, La vida en comunidad y Vivir en sociedad.
En Educación Secundaria Obligatoria (ESO) (12 a 16 años), la materia se imparte de forma obligatoria en uno de los tres primeros cursos de ESO, con el mismo nombre: Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos.
En cuarto de ESO toma el nombre de Educación Ético-Cívica, y en primero de Bachillerato el de Filosofía y Ciudadanía.