Ayer por la mañana el Ayuntamiento de Huarte vivió un momento particularmente bochornoso cuando un concejal de Podemos, Fran Espinosa, agredió a otro concejal de Geroa Bai, Josean Beloqui.
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A tortas al otro lado del cordón sanitario
Al acabar una comisión, el representante de Cambiando Huarte- Uharte Aldatuz le empujó de forma violenta y por la espalda al representante de Geroa Bai, agresión que se vio acompañada de diversos insultos generándose una situación en la que tuvieron que intervenir los alguaciles. El hecho ha sido posteriormente condenado por todos los grupos del Ayuntamiento, que en Huarte son Bildu, Geroa Bai, PPN y el Grupo Independiente Huarte. Los grupos, además de condenar la agresión y exigir la dimisión de Fran Espinosa, han señalado en una nota que este acto sólo es “la punta del iceberg tras meses protagonizando gritos, faltas de respeto, amenazas, insultos, agresiones verbales y descalificaciones”. Lógicamente Cambiando Huarte no se ha sumado al comunicado, ya que el agresor es el único representante de la formación.
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Lo cierto es que tampoco puede resultar muy sorprendente que el representante de Podemos, o la marca equivalente que no es Podemos, se lie a tortas con otro representante, incluso afín a su espectro político. No en vano, una de las causas favoritas de Podemos ha sido la defensa de Andrés Bódalo, el piquetero que lo mismo sacaba a una embarazada por la ventana que le arreaba un puñetazo a un concejal socialista y que ha acabado por reincidente en el trullo. Lejos de condenar estas actitudes, o la de “Alfon”, el aprendiz de terrorista que iba a las manifestaciones con explosivos, desde Podemos se ha defendido a este tipo de personajes. ¿De qué nos asombramos entonces?
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Quien con tigres se acuesta, devorado se levanta
Desde luego nada de esto puede sorprender en una coalición en que los socios “moderados” de Geroa Bai, como en Navarra, como en Pamplona, como en los principales ayuntamientos de Navarra, son o Bildu o la ultraizquierda que no reconoce más democracia que Cuba y Venezuela. No es que no apoyemos totalmente a Josean Beloqui frente a su agresor, no es que la actuación del agresor sea por ello menos deleznable, pero el cordón sanitario a lo mejor hay que empezar por establecerlo al que te directamente te agrede, aunque sean golosos sus votos y aunque diga que es camarada de progreso. O sea, que no diremos que no condenamos al tigre por morder, pero menuda ocurrencia encerrarse en un armario con un tigre.
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¿Otros cuatro años más de esto?
Lejos de ser una mera anécdota, lo de Huarte es una cuenta más en el rosario de despropósitos en que se ha convertido Podemos estatal y no digamos Podemos Nafarroa. Nos iban a explicar cómo mantener unida España y son incapaces de mantener unido su propio partido. Iban a aplicar una nueva manera de entender la democracia y los que pierden una elección se convierten en tránsfugas. Demosles un poco más de tiempo y convertirán España en su idolatrada Venezuela. Porque tomar como modelo Alemania o Suecia y subir a su nivel es complicado, pero tomar como modelo a Cuba o Venezuela y descender al suyo resulta mucho más sencillo. Tampoco podía esperarse otra cosa, una vez más, de colocar en el poder a gente iletrada y chabacana. A todos los males anteriores de la vieja política, simplemente se ha sumado una dosis innecesaria de rufianismo y chabacanería, sin mejorar nada. Y si agreden y pintan dianas a los afines, ¿qué no podrían hacerles a los que piensan realmente distinto? Bueno, en realidad lo sabemos. No olvidemos, por otro lado, que en las elecciones a la secretaría general de Podemos en Navarra los candidatos eran Laura Pérez, Ainhoa Aznárez y Fran Espinosa, el agresor del que hoy nos estamos ocupando. Esas eran las tres opciones para mandar en Podemos-Nafarroa Ahal Dugi. ¿Hace falta añadir algo o la situación de Podemos se describe por si sola?
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