Es posible que en los últimos días estemos pasando por alto algunos de los riesgos que podemos tener que enfrentar en el hipotético caso de que consigamos sobrevivir al coronavirus. O en el caso de que sobrevivan al coronavirus Pablo Sánchez y Pedro Iglesias. El nivel de amenaza a la libertad ha escalado varios peldaños en las últimas horas. El fin de semana Pablo Iglesias creaba una categoría de periodistas cloaca, en la que daba la impresión de que sería incluido todo el que llevara la contraria o no le gustara a Pablo Iglesias. Ayer la amenaza era directa e individualizada a través del lacayo Echenique que ya pide meter a Eduardo Inda en la cárcel. Pero no hablan, que ya sería bastante preocupante, como si quisieran meter sólo a Inda en la cárcel, sino a cualquier periodista molesto. Irónicamente, la que cenaba, bromeaba y complotaba con Villarejo era la nueva Fiscal General del Estado.
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Otro episodio difícil de encasillar fue la visita de una activista radical a la academia de triunfitos de OT, el exitoso concurso de aspirantes a cantantes que emite TVE. Al parecer la presencia de esta activista feminista radical no tenía otro objeto que impartir una clase de adoctrinamiento a los jóvenes concursantes y de rebote a todos los espectadores de TVE. Merece la pena ver el vídeo porque en realidad no es sino la confirmación de cómo la extrema izquierda utiliza la televisión pública o la educación pública para adoctrinar a la juventud en su discurso. Esto que vemos en OT es lo mismo que SKOLAE. Es el mismo potito ideológico dispensado allá donde el nuevo gobierno tiene poder para imponerlo. Quien tiene la desverguenza de colar estos contenidos en un programa de la televisión pública, bajo la apariencia de un concurso musical, obviamente no tiene mucho más pudor para llenar los colegios de este mismo tipo de activistas con exactamente el mismo discurso. Juzgue usted mismo si hace falta o no como mínimo un PIN parental.
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Este vídeo para que alucinen los que todavía piensan que Operación Triunfo es un programa sobre música. https://t.co/UoKfluDCrQ
— Marga Retacher (@MRetacher) March 2, 2020
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Otro hecho de los últimos días que no podemos dejar de reseñar es el intento de asesinato en Venezuela del presidente legítimo Guaidó. Las escalofriantes imágenes hablan por sí mismas.
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¿Por qué insistir una vez más en Venezuela y por qué todos relacionamos con pavor a Podemos con Venezuela y no con Dinamarca? Pues porque en la bandera en la que se han envuelto los líderes de Podemos es en la venezolana y no la danesa, porque los carteles ante los que aparecen son los del líder de Venezuela y no los del primer ministro danés, porque el gobierno para el que se pusieron a trabajar y cobrar fue el venezolano y no el danés. El chándal con el que aparecen los ministros del nuevo gobierno no es el de la selección danesa, sino el de la RDA. Los tuits de los líderes podemitas no expresan su admiración por el régimen danés sino por el cubano. No es que no saquemos las fotos de los líderes de Podemos en Dinamarca, es que no existen las fotos de los líderes de Podemos en Dinamarca. Las fotos de los líderes de Podemos son las de Venezuela. Y esta es precisamente otra de las cuestiones que añaden más miedo a la percepción del nuevo gobierno. La política exterior española ha dado un giro radical, se ha desmarcado de las democracias occidentales y ahora apoyamos al gobierno tiránico de Maduro. No hay ni una cosa que esté haciendo este nuevo gobierno que no de miedo y que no lo de con razón.
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