Rajoy dice que el sector público sólo representa el 44% del PIB, 5 puntos por debajo de la media europea, y que “la administración española no es elefantiásica ni una losa”… Pero entonces, ¿qué es ese peso asfixiante que casi todos los españoles notan?
Mariano Rajoy presentaba ayer al mundo (literalmente, porque lo hacía frente a múltiples ministros de diversos países de nuestro entorno) su plan de reforma de la administración pública que, aseguró, ya nos ha ahorrado 7.384 millones de euros, cifra que alcanzará los 37.700 millones en 2015.
Algunos de estos ahorros se basan en medidas, como las aprobadas en el último Consejo de Ministros, consistentes en la contratación centralizada de combustible, una medida (la contratación centralizada) que también se pretende ampliar para ahorrar costes a los contratos de seguridad de edificios, limpieza o comunicaciones.
Otro ejemplo es la reducción del parque móvil del estado, que ha pasado de 926 vehículos a 652, pasando el número de conductores de 1.002 a 836.
El plan también contempla que muchas autonomías, voluntariamente, atiendan la propuesta del gobierno central de eliminar o reducir el coste de organismos duplicados como los Defensores del Pueblo, las agencias de Meteorología o los Tribunales de Cuentas en sus territorios.
Como conclusión de todo ello, don Mariano Rajoy consideró que “la administración española no es elefantiásica ni una losa” y que, de hecho, el sector público sólo representó el 44% del PIB en 2012, 5 puntos por debajo de la media europea.
Desmontando el discurso de Rajoy
Empezando por el final, lo cierto es que si acudimos a los datos de Eurostat no acaban de salirnos las cuentas.
El dato que encontramos en la web de Eurostat es que, efectivamente, la media europea de gasto público sobre PIB es del 49,4%, pero el porcentaje español en 2012 no fue del 44%, sino del 47,8%. No sólo eso, sino que el porcentaje alemán es del 44,7% o que cuando llegó Rajoy al poder el porcentaje era del 45,7% (¿dónde están los recortes?) o que cuando se fue Aznar el porcentaje de sector público sobre el PIB sólo era del 38,9%. Claro, así se entiende que Aznar sí pudiera bajar los impuestos o situar la prima de riesgo por debajo de la alemana. Llamativo también que en 2003 (con Alemania estancada y sin recursos para mantener el gasto ) el sector público germano representaba el 48,5% del PIB y que desde entonces haya bajado casi cuatro puntos, mientras el porcentaje español subía casi 9. Ahora somos nosotros los que no podemos mantener el peso del estado.
http://epp.eurostat.ec.europa.eu/tgm/table.do?tab=table&init=1&plugin=1&language=en&pcode=tec00023
Resulta extraño que Rajoy asegure que la administración española no es una losa cuando no podemos pagarla y él mismo está anunciando recortes. No sólo eso, sino que está asfixiando a la población y a la economía nacional a base de subir impuestos para tratar de sostener el insoportable peso de la losa.
Seguramente el presidente considera que si Suecia, Francia o Finlandia pueden mantener un porcentaje mayor de sector público que nosotros, entonces es que la losa no es tan pesada. Pero a este respecto hay que tener en cuenta un par de detalles. En primer lugar que a lo mejor habría que estremecerse a) ante el dato de que la mitad de la economía europea sea gasto público y b) de que al líder de un partido que no es comunista le parezca poco. En segundo lugar habría que tener en cuenta que el peso de la losa también depende de lo fuertes que sean los que están debajo. Una losa de igual peso es más soportable para un sueco o un finlandés que para un español, por la sencilla razón de que el sueco o el finlandés tienen un sueldo mucho más alto y después de quitarles la mitad del salario les queda mucho más dinero que a nosotros. El hecho más allá de toda disquisición filosófica es que si no podemos mantener el peso de la losa, se ponga como se ponga Rajoy, es evidente que el peso es excesivo para nosotros.
Respecto a alguno de los datos desgranados… El parque móvil del gobierno antes tenía 926 coches y ahora tiene 652. ¿Eso significa que 652 son pocos? ¿No siguen siendo muchísimos? ¿No siguen siendo muchísimos más de los que podemos pagar?
Por no mencionar el ahorro de 7.384 millones que por lo visto llevamos. ¿Alguien ha visto ese ahorro? Los Presupuestos Generales del Estado en 2007 alcanzaban los 324.963 millones de euros. Después de restar 7.384, ¿cuáles fueron los presupuestos de 2013? Pues resulta que fueron 423.227 millones de euros. Es la resta más rara que hemos visto en la vida. Puede que a gastar 10 euros menos en una cosa y 13 más en otra Rajoy lo llame ahorrar.
A estas alturas no se ha cerrado más que una televisión autonómica y todavía estamos discutiendo si cada comunidad puede tener su propia agencia de meteorología, lo que seguramente da una idea de la incapacidad real de este gobierno a la hora de interiorizar el concepto “recortar”. Bien es cierto que a lo mejor sí ha recortado medicinas para las personas mayores.
Por último, pero volviendo al principio, resulta que en este gobierno 9 de sus 14 miembros son funcionarios (el propio Rajoy, Saénz de Santamaría, Montoro, Soria, Gallardón, Wert, García Margallo, Pastor, De Guindos). De los otros 5, casi ninguno tiene experiencia profesional fuera de su carrera política (Mato, Bañez..). La situación es peor cuando gobierna la izquierda, momento en que los dirigentes ni son funcionarios de carrera ni tienen una experiencia profesional más allá de ser profesionales de la política. La conclusión es que nos gobiernan permanentemente personas que nunca han trabajado fuera de la administración y que nunca han visto la administración desde el exterior. ¿Cómo van a saber lo que pesa o cómo funcionan las cosas fuera?
3 respuestas
La ventaja de los países europeos estriba en que NO tienen comunidades autónomas y otros desvaríos varios, con lo cual, aun con más Estado al menos lo emplean mucho mejor, reman todos en la misma dirección, y el funcionario funciona y no es un chiquilicuatre de un partido político de turno, y menos aún un enchufado de partidos nazionalistas y secesionistas obcecados con un mundo hiperrománticista cortado a medida para sus necesidades más oscuras.
Los ministros son meras figuras decorativas en la elaboración de las propuestas legislativas y en el ejercicio de la potestad reglamentaria, que para eso ya están los verdaderos expertos, así que poco importa si saben algo o no. Su trabajo consiste en cumplir la agenda de actos públicos para perder los menos votos posibles.
Con el gobierno de Rajoy comprendo muy bien porque alguien dijo alguna vez que prefería la bala comunista a la palmadita derechoide. Efectivamente, prefiero cien veces morir de bala a morir de náusea.