En realidad, no tiene sentido discutir sobre el cambio climático cuando, respecto al clima, lo suyo precisamente es estar cambiando. La expresión popular tradicional al respecto es, sencillamente, «»el tiempo está loco». Aunque parece prohibido dudar de que haya habido épocas más calidas que la actual en el pasado, todos sabemos que hubo épocas en las que en el planeta hizo mucho más frío o enlas que el nivel de los mares estuvo mucho más bajo. Lo que ocurre es que esto comenzó a cambiar mucho antes de que el hombre empezara a contaminar la atmósfera con dióxido de carbono. La cuestión por consiguiente no es tanto si el clima cambia, sino si lo hace en el sentido de que aumenta la temperatura, si lo hace de una forma apocalíptica, y si lo hace por causas que puedan atribuirse directamente al ser humano. Es en este contexto en el que, casi siempre, echamos de menos argumentos que pongan en perspectiva crítica la cuestión en el resto de medios navarros.
El palo de hockey y “el truco de Mike”
El gráfico que les mostramos a continuación es acaso la piedra angular del denominado “calentamiento global”. Es el gráfico, elaborado por el climatólogo Michael Mann, que abre el informe sobre el cambio climático del IPCC de Naciones Unidas en el año 2001. El gráfico ha sido popularizado como “el palo de hockey” debido a su evidente similitud con la forma de este instrumento. Se trata además, por ejemplo, del gráfico que muestra Al Gore durante su película para argumentar la tesis de un aumento catastrófico de la temperatura del planeta. Aquí tenemos el gráfico:
Visualmente, el gráfico ofrece la imagen concluyente de que existe un calentamiento inaudito, abrupto, creciente e indiscutible de la temperatura a lo largo de los últimos años. Sin embargo, existen algunos problemas con este gráfico.
Lo de menos eran los datos de la temperatura.
El primero de ellos se refiere al modelo matemático utilizado para procesar los datos. Al analizar la metodología de Mann, estudios posteriores dieron lugar a un resultado sorprendente: la gráfica resultante adoptaba la forma de un palo de hockey… ¡fueran cuales fueran los datos!
El ardid a la hora de procesar los datos no sólo es ya conocido por sus detractores, sino también por sus partidarios. Así lo demuestran los escandalosos correos cruzados entre algunos investigadores (entre ellos el propio Mann) que hablan abiertamente de cómo utilizan “el truco de Mike” (sic) para cocinar sus datos.
La medición de la temperatura es un fenómeno relativamente reciente, por lo que a la paleoclimatología a menudo le resulta difícil conocer las temperaturas exactas hace cientos o miles de años. Para ello se utilizan algunas referencias indirectas, como los anillos de los troncos de los árboles, los corales o el hielo de los glaciares. En cualquier caso, en la famosa gráfica del palo de hockey (prácticamente plana durante más de un milenio hasta las últimas décadas) inmediatamente se echaron de menos algunos fenómenos bien conocidos y poco discutidos, como la pequeña edad del hielo o, más llamativamente, el conocido como Optimo Climático Medieval.
Calor en la Edad Media
Se conoce como Optimo Climático Medieval un período extraordinariamente cálido que tuvo lugar, aproximadamente, entre el año 900 y el 1.300. En aquellos siglos particularmente cálidos, las nieves y hielos abandonaron Groenlandia y los Alpes para dar lugar a bosques en lugares donde hoy sigue habiendo nieves y hielos. Han sido muchas las reconstrucciones paleoclimáticas que se han elaborado como alternativas la gráfica del palo de hockey, hoy totalmente desacreditada. El problema con algunas de estas gráficas es que no se puede argumentar con ellas un Apocalipsis climático. No es sólo que muestran un período medieval tan caliente como el actual, sino que evidentemente se corresponde con una época en la que todavía los seres humanos no emitíamos a la atmósfera cantidades apreciables de dióxido de carbono.
El resto de gráficas que les mostramos a continuación es simplemente un repertorio curioso, pero que contradice algunos de los postulados esenciales del calentamiento global abrupto, antropogénico y catastrófico. La siguiente imagen, sin ir más lejos, refleja cómo los glaciares efectivamente han ido retrocediendo. Pero no desde ahora sino desde la Pequeña Edad de Hielo, precisamente tras el Optimo Medieval. Como puede apreciarse, los glaciares comienzan a retroceder bastante antes de que el CO2 comience a aumentar de un modo significativo.
El resto de gráficas cuestionan que el nivel actual de CO2 sea la antesala de un Apocalipsis climático, que la temperatura global haya subido en la última década (que es cuando más debería haber subido), o que el número de ciclones y catástrofes por su causa se haya multiplicado debido al cambio climático.
No nos atrevemos a decir que todos estos datos basten para convertirse en la conclusión de un razonamiento. Pero sí creemos que este tipo de datos, a menudo silenciados, antes de llegar a una conclusión sí deben al menos formar parte de nuestro razonamiento.