Cuando el 9 de enero el Gobierno de Navarra decidió desalojar a los okupas de Rozalejo, nuestro diagnóstico fue: “Bien. Mal. Bien. Veremos”. Y es que el Gobierno de Navarra primero los desalojó, allá por el mes de agosto, al día siguiente volvieron los okupas, el día 9 de enero volvió a desalojarlos, el sábado volvieron los okupas y el domingo otra vez los desokuparon. Así que bien, mal, bien, mal, bien y veremos, sumando a la serie la okupación y desokupación de este mismo fin de semana y la inseguridad sobre lo que vaya a pasar de aquí a las elecciones como mínimo.
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Hablando de elecciones, el cuatripartito le está haciendo la campaña electoral a todas la oposición, incluido VOX, con todo este ir y venir de okupaciones y desalojos. Es decir, las okupaciones cabrean a una parte de los electores del cuatripartito, los desalojos a otra, y la violencia y el enseñoramiento de lo Viejo por parte de los okupas a todo el resto de la ciudadanía de Pamplona, que vive o en la media Pamplona que arde o en la media Pamplona sumida en el caos de Spiderman. Cuando el cuatripartito haga el análisis de por qué sube VOX y lo terrible y lo preocupante que es que suba VOX, antes de pronunciar una fatwa antifascista que se miren antes al espejo y reflexionen sobre sus actos. Es decir, el pamplonés cabreado, el navarro cabreado en general, votará a UPN, PP o Ciudadanos, pero el muy, muy, muy cabreado votará a VOX.
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¿Es todo un teatrillo?
No falta quien sospecha que asistimos a una mera representación electoral del cuatripartito a costa de los okupas, en la que Geroa Bai y el resto de fuerzas del cuatripartito se han repartido los papeles de poli bueno-poli malo. Yo hago como que desalojo y quedo bien con los míos, tú los realojas y quedas bien con los tuyos, que lo paguen los ciudadanos y nosotros, cada uno en su lado, recogemos los votos. A ver por tanto si se les permite o no a los okupas volver a tomar el Palacio o a ver si se les ofrece un inmueble alternativo como amagan Asirón y las fuerzas más revolucionarias del cambio.
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Moderación y negociación
De hecho en las últimas fechas empieza a crecer un discurso en torno a los okupas (al que se apunta hasta el PSN) muy típico de la izquierda, manoseando como es costumbre ante los grupos violentos de ultraizquierda los conceptos de diálogo, moderación y negociación. Que es un poco como si un mafioso te manda una nota diciendo que o me das mil euros o te mato, y la izquierda te ayuda diciéndote que le des sólo 500, que hay que ser moderado y razonable, que no se puede ser maximalista, que hay que evitar el conflicto, que todos tenemos que poner de nuestra parte, que el mafioso rebaja su petición a la mitad y tú cedes pagando sólo 500. Esto es lo que puede pasar ahora con los okupas, que se acuerde que no vuelvan a Rozalejo pero que se queden con otro inmueble, también público, al que además no se le vaya a caer el techo.
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Que Asirón los trate como si fueran de VOX
Bildu, Podemos y demás tienen que tratar a los okupas de Rozalejos igual que si fueran de VOX o del Hogar Social de Madrid, porque la ley es igual para todos, no según quien sea el que la incumple. Y la propiedad la tienen que respetar todos, no según la afinidad ideológica del que no la respeta. Si nadie se cree que Asirón estaría dispuesto a regalar locales a VOX, que no nos venda que regalárselos a los okupas de Rozalejo es una solución justa. En realidad la posición también sería injusta para el contribuyente si le regalaran inmuebles públicos a cualquier okupa, pero al menos no sería burda, incoherente e injusta.
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El timo del discurso okupa
Les pagamos el alojamiento, les pagamos el agua y les pagamos la luz y la calefacción, y dicen que eso es su forma de vida autogestionaria no mediada por el dinero y el capital. Claro, y la forma de vida del resto es pagarles. No se dan cuenta de que depender de que involuntariamente pague otro no es no estar mediado por el capital y el dinero, sino robar. Y que autogestionarse sería que se construyeran el alojamiento ellos mismos, generaran la luz, canalizaran el agua… El parasitismo no es una forma de vida alternativa sino todo lo contrario, no se puede ser más dependiente que un parásito, no hay nadie por tanto más dependiente del capital, de Iberdrola y del dinero (ajeno) que los okupas. Cuando el que le roba los recursos a un huésped es un bicho, lo llamamos parásito, pero cuando quien roba recursos es un humano lo llamamos ladrón. Porque los okupas no son gente necesitada, que ese sería otro escenario, sino gente que para pagar las cosas prefiere que trabajes tú a trabajar ellos.
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No representan ni a la juventud, ni a la gente, ni al barrio, ni hacen ninguna labor social
Recordemos que Bildu, Aranzadi-Podemos e IE sólo obtuvieron el 31,8% de los votos en 2015. Salvo que pensemos que los okupas tienen mucho apoyo entre el electorado del resto de partidos, esa es como mucho la gente que les apoya, excepto que ahora una piedra valga por 3 votos y una botella por 4. Si a los okupas sólo les apoyan partidos que representan el 31% de los votos y el 21% del censo, la gente no son los okupas, la gente es quien se opone a los okupas. Y entonces la policía es la que defiende a la gente, los okupas son unos caraduras y unos extorsionadores violentos y todo sigue siendo racional y todos continuamos viviendo en un universo normal y lógico. Por supuesto en los gaztetxes okupas no se realiza ningún tipo de labor social, salvo que entendamos como labor social vender bebidas, organizar un almuerzo por los presos de ETA o montar una charla contra el AVE, todo ello bajo un techo que se puede caer en cualquier momento si antes no arde el edificio.
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