Las víctimas del terrorismo merecen nuestro máximo reconocimiento. No sólo es que hayan arriesgado y finalmente entregado su vida en defensa de nuestras libertades. Es que además, en el futuro, siempre habrá alguien que amenace nuestra libertad. De cómo tratemos a las víctimas, depende que en el futuro haya alguien que arriesgue su vida por seguir defendiendo la libertad. Por eso no podemos traicionar a las víctimas, ni equiparar a aquellos que han muerto violentamente en defensa de la libertad con aquellos que han muerto violentamente en defensa del totalitarismo.
20 calles huérfanas de nombre.
Una reciente resolución del TAN, dictada por el conocido político de Izquierda Unida Miguel Izu, obligaba al Ayuntamiento de Pamplona a cambiar los nombres de 20 calles de la Chantrea por considerarlos franquistas. El Ayuntamiento decidió no recurrir esta decisión, por lo que actualmente se encuentra en proceso el estudio para encontrar nombres adecuados que sustituyan a los de esas 20 calles.
26 personas asesinadas por ETA en Pamplona.
Hace unos meses, recordábamos la lista de personas que han sido asesinadas por ETA en las calles de Pamplona. Poco después, recogíamos la iniciativa que nos hacía llegar por correo electrónico un amable lector. Este lector proponía colocar un adoquín dorado en cada calle de Pamplona en donde hubiera sido asesinada por ETA una persona. Se trataba de una medida similar a la adoptada en Berlín para recordar a las víctimas del holocausto.
Desde entonces, periódicamente, algunos lectores nos siguen recordando tanto la necesidad de eliminar menciones honoríficas a cualquier terrorista como la de honrar debidamente la memoria de las víctimas. Respecto a lo primero, el ayuntamiento de Nafarroa Bai en Echarri Aranaz sigue sin responder a las demandas populares para anular el escandaloso nombramiento como hijo honorífico de la localidad del asesino de Jesús Ulayar. Respecto a lo segundo, habiendo tanto nombre de calle vacante en la Chantrea, quizá pudiera tenerse en cuenta a las 26 personas, defensoras de la libertad, que han muerto sólo en Pamplona víctimas del terrorismo etarra.