La CUP rechazó ayer a Mas poniendo fin a un sainete que aboca a Cataluña a una repetición de las elecciones. Las cuales, a su vez, más que a un desbloqueo de la situación pueden dar lugar a un nuevo sainete. Veremos.
La decisión la tomó la CUP, tras diversas y surrealistas pantomimas en torno a la democracia asamblearia y el «derecho de decisión», por una pequeña élite (tentados estamos de decir un politburó) en el que 36 votaron en contra y 30 a favor. Lo que nos lleva a una pequeña reflexión sobre la hipocresía y los que votaron a favor.
El diputado de las CUP David Fernández alcanzó cierta notoriedad allá por el año 2013, cuando amagó con lanzar una sandalia a Rodrigo Rato durante su comparecencia ante una comisión de investigación del Parlamento catalán sobre las cajas de ahorro. «Nos vemos en el infierno», o «Hasta pronto, gángster, fuera la mafia», fueron alguna de las frases que acompañaban a la sandalia del diputado de la CUP durante su discurso.
Una primera reflexión al respecto es que, sin todo lo que sabemos de las actividades de Rato, el numerito del lanzasandalias de la CUP tendría un público, pero con todo lo que se ha destapado sobre Rato se puede multiplicar ese público. ¿Por qué tenemos a gente como Fernández al frente de las instituciones o a las instituciones dependiendo de personajes como Fernández? Pues al menos en parte porque en esas instituciones, antes que Fernández, ha estado gente como Rato. Alguna autocrítica habrá que asumir también al respecto.
La segunda reflexión es que contrasta bastante la actitud justiciera de «sandalio» ante Rato con la actitud felpudiana de este mismo diputado de la CUP respecto a Artur Mas. David Fernández es uno de los líderes de esta formación que se mostró públicamente a favor de apoyar la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalidad. ¿Por qué lo de «Nos vemos en el infierno», o «Hasta pronto, gángster, fuera la mafia», vale para Rato y no vale para Mas?
Cuando alguien persigue la corrupción de un lado pero no la del otro, salta a la vista que lo que realmente persigue no es la corrupción. ¿Cómo llamar a eso? ¿Hipocresía? ¿Agitación y propaganda? Podría pensarse que, cuando alguien persigue algo de mentira y sólo lo utiliza políticamente, a lo mejor necesita exagerar el gesto y teatralizar su discurso, en tanto mayor medida cuanto más falso es ese discurso.
Cuando alguien tiene que llegar a quitarse el zapato en un parlamento, es que hay mucha hipocresía que tapar. Esta sospecha a lo mejor sería prudente extenderla a todos los justicieros que aparentemente luchan contra la corrupción en medio de la exageración, el teatro y el aspaviento.
6 respuestas
Algo huele a podrido en la CUP, y eso antes que el Cochero de Otegui, sucesor de aque Cochero del Conde Drácula, se quitara el calzado.
Por eso tal vez son capaces de estar tan cerca de la corrupción y de los corruptos, del Clan Pujolone y de su máquina de robar y evadir impuestos, de blanquear dinero delictivo…y decir que huele a rosas, rojas, eso sí.
Nazis sin colonia y mal vestidos.
No se sorprendan ya que estos Señores de la CUP están hartos de decir que solo acatarán las leyes cuando estén de acuerdo con ellas.A partir de aquí todo vale.
La que me da pena es la sandalia. Tiene cara de haber sufrido mucho.
El zamorano Sandalio Fernández es del ala ultranacionalista de la CUP. Es 27S estaba bastante nervioso y sudoroso contando los votos de Podemos como «Si» ante la negativa de Errejón. Estos años junto a la casta le han gustado y parece que quiere salvar el culo a sus «enemigo de clase» Mas y los Pujol, para los que no hay sandalia
Si además de la sandalia y esa barbita tuviera una lira en la otra mano este hombre parecería Nerón. La estética a veces revela mucho más que cien discursos.
Es que en la CUP todo es atrezzo: Las camisetas, las sandalias, las barrigas, los pendientes, la ropa barata.
Por cierto, el otro día me pareció ver a Baños con un Smartphone con la pantalla más grande que mi televisión. ¿Para esta gente eso no sería un lujo innecesario?