Navarra ha superado las 100.000 dosis administradas de vacunas contra el COVID-19, noticia de la que se están haciendo eco profusamente los medios forales. Parece una noticia estupenda, pero no lo es para tanto y veamos el porqué.
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Como se aprecia en los datos del Ministerio de Sanidad de ayer, efectivamente se han administrado ya 100.000 dosis en Navarra, pero hay que hacer al respecto un par de salvedades.
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En primer lugar, hay que tener en cuenta que para completar el proceso de inmunización hacen falta dos dosis de la vacuna. Es decir, que administrando 100.000 dosis en realidad sólo tendremos 50.000 vacunados, a su vez esto es sólo el 7,7% de la población.
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En segundo lugar, para que las vacunas sean plenamente eficaces no sólo hay que administrar dos dosis, sino que deben pasar unas 3 semanas entre ellas y después 1 semana más desde la segunda inyección para que la vacuna despliegue plenamente su eficacia. En consecuencia, aunque se han administrado ya 100.000 dosis, sólo 31.120 navarros han recibido aún las dos dosis. Esto ya ni siquiera es un 7,7% de la población, sino el 4,7%. Comenzamos con las vacunaciones el 27 de diciembre, día tan señalado -aunque ya un poco lejano- que Chivite fue a hacerse la foto. No puede decirse que hayamos avanzado muchísimo. Desde luego mucho menos que EEUU, Israel o Gran Bretaña.
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El único elemento positivo es que el proceso de recepción de vacunas parece que se va acelerando aunque nunca a velocidad demasiado satisfactoria y que se ha focalizado la administración de las escasas vacunas disponibles en el grupo de edad más vulnerable. La idea es que vacunando al 20% de la población podría conseguirse un descenso del 90% de los casos graves y fallecimientos. Lamentablemente a los 3 meses de vacunación aún no estamos ni cerca de ese modesto 20% de vacunados.
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