Navarra es cada día más insegura, por lo que sea. Puesto que no se puede hablar de ello, pensemos en una causa imaginaria, como la agresividad de los pelirrojos. El caso es que los datos está ahí sobre la mesa. Bueno, si sólo se tratara de datos sobre la mesa la cosa todavía podría taparse, pero es algo que los navarros ya pueden paladear y disfrutar en su vida cotidiana. El deterioro está ahí, para quien no se niegue a mirarlo. Navarra además empeorá más que los demás, quizá precisamente porque hasta hace poco éramos una zona privilegiada y segura.
Frente a este aumento indisimulable de la delincuencia, sin embargo, el Gobierno de Navarra no se puede negar que está tomando medidas, como “recomendar” a los grandes medios navarros (medios grandemente subvencionados) que oculten en las noticias la nacionalidad de los delincuentes. Pero claro, nadie sabe y todos sabemos. Es como el borrado masivo de la memoria de los móviles del entorno de Pedro Sánche: no borras información que beneficia tu discurso. La pregunta es por qué la verdad perjudica tu discurso.
Una de las derivadas del aumento de la inseguridad son las agresiones al personal sanitario. 750 agresiones el año pasado y se estima que sólo se denuncian una de cada tres. Pero no es noticia sólo el número, sino que en 2023 sólo fueron 647. A este paso lo normal al acudir a un centro sanitario va ser tener que curar al médico en vez de al paciente.
Resulta llamativo que, a la hora de glosar las agresiones al personal sanitario, el Gobierno de Navarra aborde el problema por ejemplo desde la perspectiva de genero, indicando que el 80% de las agresiones las sufren mujeres. Dentro de este interés estadístico, no se indica sin embargo que el 80% de la plantilla del Servicio Navarra de Salud es femenina. En cambio, pese a que se habla de incidir en las medidas de concienciación, no se habla del posible castigo o del perfil del agresor, pese a la evidente relación. O sea, si el 70% de los agresores fueran pelirrojos sin ser pelirroja el 70% de la población, a lo mejor ahí sí que había una singularidad estadística relevante y era ahí, es un suponer, donde había que dirigir principalmente las campañas de educación, concienciación o en su caso represión. Como no se ha visto nunca que se resuelva un problema es negándolo u ocultando la información.
