La demanda oculta en Navarra no es de educación en euskera, sino de educación concertada

Es curioso que haya volver a 2015 para recordar los tiempos en los que la entonces oposición nacionalista, ahora gobierno de facto, denunciaba en los términos más dramáticos la supuesta persecución que experimentaba el euskera, el odio que el gobierno le tenía entonces al euskera, y la demanda oculta e inatendida de estudiar en euskera que existía supuestamente en Navarra. Total, que han pasado nada menos que 10 años y el resultado es que la demanda de euskera en la educación es la misma. No había demanda oculta y desatendida, no habría represión ni persecución, todo lo que decía la oposición nacionalista era una burda mentira.

De lo que no cabe duda tras 10 años de gobiernos nacionalistas o dependientes del nacionalismo es que euskera lo demanda el que quiere. No será que el gobierno foral no se vuelca con la educación en euskera. ¿O se va a acusar el nacionalismo a sí mismo de reprimir el euskera? Por tanto el problema es la libertad de los navarros. El problema no era que la gente no pudiera elegir el euskera, el problema es que la gente prefiera otra cosa, el PAI por ejemplo, que más que duplica la demanda de euskera. Normal que la cruzada nacionalista no sea por tanto la libertad sino expulsar al PAI del sistema.

Puestos a hablar de demanda oculta e insatisfecha, lo que a lo mejor había que intentar un día es dejar a la educación concertada abrir tantos centros u ofrecer tantas plazas como reclama la demanda en Navarra. ¿O también hay miedo a la libertad en este ámbito? ¿Puede ser que la demanda de educación pública se base no en la calidad que ofrece la educación pública sino en castrar la oferta de la educación privada y concertada? De ofrecer a la ciudadanía un cheque escolar para que pueda elegir lo que quiera ni hablamos, no sea que la gente elija algo distinto de lo que elegiría despóticamente el gobierno.

La pregunta un año más es si todas las manifestaciones, concentraciones, movilizaciones, pancartas y bengalas que entretienen al alumnado del modelo D son un factor a favor o en contra de la matriculación en este modelo. Durante el resto del año parecen un factor a favor, porque el gobierno no hace nada para despolitizar estos centros colonizados por la izquierda abertzale, pero a la hora de publicitar la matriculación en el modelo D no parece tan claro que se considere un elemento positivo, porque se oculta cuidadosamente toda referencia al enriquecimiento del alumnado a través de todas estas actividades tan cotidianas. El caso es que el modelo sigue estancado y ya no pueden echar la culpa al gobierno. ¿Podría avanzar más el euskera si estuviera menos politizado? Pero por otra parte, ¿para qué querrían que el euskera avanzara más si no estuviera politizado?

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