Este pasado sábabo ha tenido lugar en Huesca, en el Portalet, en Formigal, un peculiar evento montañero a 2.246 metros de altura con el que se pretende honrar la figura de Juan Pablo II. Hace tiempo que un grupo creciente de personas intenta formalizar una celebración en un pico en el que ya se ha instalado una placa, al que se pretende subir anualmente, donde se celebra una misa y desde el que se recuerda la figura de este santo. No se trata de una celebración “oficial”, ni el pico lleva todavía el nombre del Papa, pero casi todo lo que alguna vez llega a oficial antes fue algo que se empezó a hacer popularmente de manera extraoficial. La dedicación de un pico a san Juan Pablo II, así como el recuerdo de su figura y su legado en este entorno, resulta especialmente apropiada debido al amor por la montaña de este Papa. Por otro lado se trata de un pico poco exigente y de muy fácil acceso en estas fechas, lo que invita a una celebración al alcance de las piernas de casi todos los miembros de la familia.