La reacción política contra la siniestra e incompetente de Pedro Sánchez también va de eslóganes y de mensajes. Eso sí, algunos de los más potentes han emanado de la manera más espontánea, casual e inesperada posible, sin necesidad de complejas estrategias de marketing ni de numerosos artículos de análisis de actualidad o de un cariz mucho más académico e intelectual.
El pasado mes de septiembre de 2022, en un intento de logro de baño de masas en Sevilla, un viandante se paró ante el mandatario español, para protestar ante él. No le insultó ni le amenazó. Básicamente ejerció su derecho a la libertad de expresión y al reacción ante el enemigo del bien común. Pero la clave es que lo hizo de una manera muy ingeniosa.
La acción resultó en el proferido de un lema tal como «¡Que te vote Txapote!». Se hizo referencia a un terrorista etarra que fue trasladado a una institución penitenciaria vascongada desde Madrid, bastante conocido por ser responsable de los asesinatos de los políticos Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez, Fernando Buesa y Fernando Múgica.
El lema o frase en cuestión se ha hecho tan viral que no ha dejado de suscitar polémicas tanto en un sentido como en el otro, siendo esto el motivo por el que uno va a intentar exponer lo que piensa sobre semejante mecanismo de protesta contra Pedro Sánchez y sus secuaces social-comunistas y frentepopulistas.
Txapote tiene motivos de votar en cierto sentido
En la calle Ferraz, están más que convencidos de que el brazo político de ETA ha de seguir siendo socio político, parlamentario y gubernamental de Pedro Sánchez. De hecho, en algunas declaraciones, Otegui manifiesta que les interesa tener al PSOE en el Palacio de la Moncloa, que no tendrán problema en apoyarlo.
Digamos que confían en el compromiso histórico del PSOE contra España. De hecho, dejando aparte el acomplejamiento genovés, hay que decir que el PSOE no ha sido menos en materia de excarcelaciones y acercamientos penitenciarios de presos etarras así como en adaptación del revisionismo histórico a los deseos proetarras.
Y sí, en materia presupuestaria y legislativa, en más de una ocasión, todo ha dependido, en exclusiva, de la ETA política. Es más, tampoco hay que olvidar lo que se da en algunos consistorios así como en instituciones navarras, fuertemente amenazadas por cierto expansionismo de corte hitleriano (como el de los Sudetes)
ETA no ha desaparecido
Que ya no haya atentados ni contenedores incendiados no quiere decir que no haya actividad que refleje los deseos y pretensiones siniestras de esta banda terrorista. El miedo sigue calando en muchos territorios vascongados, especialmente en aquellos menos urbanos (especialmente en parte de Navarra, en Vizcaya y en Guipúzcoa) o menos acomodados a nivel de ciudad.
Los conflictos idos de mano por exaltar patriotismo español o simpatizar con alguna formación política no izquierdista o no favorable al nacionalismo vasco siguen existiendo. La «brecha social» sigue existiendo, aunque, al haber de todo en la viña del Señor, puede que haya gente que diferencie lo personal de lo político.
El adoctrinamiento ideológico nacionalista avanza en las ikastolas y en la universidad estatal. Es más, a la falta de libertad lingüística se le suma la basura «woke» relativista, a la que muy cómodamente se ha plegado un partido que, en sus orígenes, según su lema, se suponía que era defensor de «Dios y las leyes viejas».
Existe una presión sociológica que denota que falta libertad en las calles vascas y navarras, lo cual lleva a muchos habitantes de estos lugares de España a percibir un margen mayor de libertad en Madrid, Málaga, Sevilla y sus territorios habituales de veraneo intrapeninsular (por ejemplo, La Rioja, Extremadura, Andalucía y Cantabria).
Y sí, entre unos y otros, por activa y por pasiva, salvo honrosas excepciones, se ha conseguido que buena parte de los arcos políticos dejen de librar esa contrapolítica contracultural tan necesaria. Con lo cual, el PSOE ha tenido su parte de culpa, aparte de distintas cesiones y estrategias políticas.
Ergo, gente como Txapote tiene más razones de peso para votar a Pedro Sánchez que los demás españoles, con independencia de los estudios, el nivel de renta, las creencias religiosas, el sexo, la cantidad de propiedades, la formación económica, el nivel de discapacidad física (si la hubiera) o la orientación sexual. Con lo cual, haremos muy bien en seguir gritando el lema en cuestión.