La asociación de víctimas Covite denuncia que Ernai, las juventudes de Bildu herederas de Segi, va a celebrar un acto de apoyo a los presos de ETA en la Escuela de Música Francisco Casanova, de titularidad municipal, en Berriozar. El Ayuntamiento de Berriozar se encuentra en manos de Bildu como cabe deducir. El acto está convocado para el próximo día 27 de abril coincidiendo, significativamente, con la celebración del Día Internacional de los Presos Políticos. En su cuenta de X, Ernai describe la convocatoria hablando de que “los presos políticos vascos perdieron su libertad porque lucharon por la libertad”, y que “los necesitamos con nosotros en nuestro camino para proclamar su libertad y liberar al País Vasco”. Francisco Casanova, cuyo nombre lleva la escuela de música, fue precisamente un subteniente del Ejército asesinado por ETA en la localidad.
COVITE exige la cancelación de un acto de apoyo a los presos de ETA en la Escuela de Música “Francisco Casanova” de Berriozar.
— COVITE (@CovitePV) March 20, 2025
Exigimos a las instituciones públicas que impidan este acto indigno en un espacio municipal en #Memoria de una víctima de ETA.https://t.co/SgRqmsXnxO pic.twitter.com/aEZBRTUzby
Lo primero que podemos deducir de todo esto es la falsedad absoluta de esa máxima, generalmente aceptada sin embargo, de que ETA mata pero no miente. Todo lo contrario, los asesinatos de ETA y su justificación parten precisamente de un relato en el que todo es mentira. Absolutamente mentira es por tanto que los etarras sean presos políticos y que se encuentren encarcelados por defender la libertad. Justo al revés, a lo que se dedicaban los etarras era precisamente a matar a todo aquel que se creyera con la libertad de contradecir su discurso. La mitad de los vascos o más eran por tanto para empezar objetivo militar de la banda terrorista ETA, por lo que vuelve a ser mentira que ETA defendiera en modo alguno al pueblo vasco. El hecho es que ETA mataba a todos los vascos que podía de entre los que no abrazaban su discurso. Los presos de ETA no están en la cárcel por sus ideas, sino por matar a los demás por las suyas. Llamándolos presos políticos y reclamando su impunidad, Bildu y Ernai justifican su violencia. Reclamar su impunidad implica que no merecen un castigo porque no hicieron nada malo y sus crímenes estaban justificados. Llamarlos presos políticos implica negar su condición criminal y por tanto asumir que sus víctimas merecieron su violencia.

El drama al que nos enfrentamos es no sólo que los asesinos de ETA sean celebrados por un ayuntamiento en un local municipal, sino que la mayoría del electorado de la localidad abrace ese discurso, por no mencionar el dolor de que tanto el gobierno de Navarra, como el gobierno de España, dependan de la formación que alimenta este discurso y acoge estos actos. Naturalmente nada se puede esperar de María Chivite o Pedro Sánchez cuando su sillón depende de Bildu. Se han unido a la izquierda abertzale en el mismo fango. No se sabe dónde acaban unos y empiezan los otros. No te puedes unir a la izquierda abertzale y combatir al mismo tiempo el discurso de la izquierda abertzale. Contra toda evidencia el PSOE tiene que decir que Bildu es un “partido progresista democrático”, citando al inefable Oscar Puente, porque no te puedes asociar a Bildu diciendo que es un partido reaccionario antidemocrático. En el momento en que te abrazas a Bildu o admites que te estás ensuciando o tienes que blanquearlo. Bildu no tiene por tanto ningún incentivo para evolucionar, para cambiar su discurso ni para dejar de ofender a las víctimas. Vivimos por el contrario las consecuencias del sistema de incentivos perversos que han creado los socialistas en torno a Bildu.
Un comentario
Decía Fernando Savater: «El terrorismo de ETA quiere domesticar a los vascos, forzándolos al nacionalismo más radical y que rompan todo lazo institucional con España. Al nacionalismo con mando en plaza y a los oportunistas allegados no les parece mal este proceso de domesticación». Proceso que se dio y que se da con violencia real y social. Son los mismos métodos que se dan en las dictaduras, que es el control de la sociedad por el miedo y el adoctrinamiento. ¿Eso es el progresismo de Sánchez?