Ayuso ha metido la pata diciendo que Navarra nunca ha sido una nación. Ha metido la pata por meter en el mismo saco al Reino de Navarra que a Euskadi o la República Catalana Independiente de Puigdemont. Es evidente que, a diferencia de estas compañeras de saco, Navarra sí ha sido un reino independiente, un estado particular, con nuestros símbolos, reyes, ejércitos, moneda, fronteras y todos los atributos propios de una nación política. Cuando en 1212 se libró la batalla de las Navas de Tolosa, encabezaban la carga el rey de Navarra, el rey de Castilla y el rey de Aragón. Esto por otro lado, aunque Ayuso se equivoque, no quiere decir que seamos menos españoles que los demás sino que puede que más.
Lo que no tiene mucho sentido es que algunas personas y partidos se rasguen las vestiduras por las palabras de Ayuso, por comparar a Navarra con alguna república imaginaria, cuando esas mismas personas tratan constantemente de identificar o diluir a Navarra con una de esas repúblicas imaginarias. Porque reyes de Navarra ha habido, pero nunca ha habido reyes, ni por tanto reino, de Cataluña o de Euskadi. No tiene sentido que a Ayuso le salgan respondonas unas personas que no son nacionalistas navarros, sino nacionalistas vascos. Por lo menos Ayuso no va a venir a colgarnos del Ayuntamiento de Pamplona una bandera de Madrid.
Todo esto, al margen de la equivocación de Ayuso, tiene mucho que ver con el distópico catálogo de naciones que nadie sabe muy bien cuáles son y que el nacionalismo quiere imponer.
Si España es un estado plurinacional, ¿cuáles son las naciones que componen el estado español? ¿Puede haber alguien, con la historia en la mano, que diga que Navarra en ese catálogo no es una nación? Pero si Navarra es una nación, ¿qué es Euskadi? ¿Una provincia española común? ¿Otra nación? ¿Cómo llamamos entonces al que quiere convertir a Navarra en una diputación armonizada de la CAV? ¿Se puede regañar mucho a Ayuso por sus palabras y al mismo tiempo querer convertir a Navarra en una diputación de la CAV? Puestos a quejarnos, ¿puede haber algo más denigrante que una disposición transitoria que nos convierte o en una comunidad provisional o en una provincia de la CAV?
Vamos a poner a Ayuso un 4,99 en historia, que es una forma particularmente dolorosa de suspender, pero que tampoco rechisten mucho personajes que en el mismo examen sacarían un cero o un 2.
