Pues resulta que el PP está encantado con la nueva deriva del Tribunal Constitucional y con su decisión de convalidar constitucionalmente la ley de plazos de aborto vigente en España desde tiempos de Zapatero. La paradoja se cuenta sola porque fue el PP el que presentó el recurso contra esta ley, que ahora dice Feijóo que le parece muy bien y que el PP la asume como propia, quitando algunas pequeñas aristas aledañas sin importancia. Como la defensa de la vida, por ejemplo.
#EnDirecto | Feijóo dice, después de que el Constitucional haya avalado la ley del aborto de Zapatero, que es "una ley correcta para la España actual": "Una ley de plazos es una ley correcta y merece mis respetos. Hay otros aledaños a la ley en los que no estamos de acuerdo" pic.twitter.com/0khdqOyfDZ
— Europa Press (@europapress) February 9, 2023
De algún modo podría interpretarse que asistimos a una nueva caída de careta del PP. La artillería mediática del PP es mucho más pequeña que la de la izquierda, pero es el 90% de la artillería mediática de la derecha. Cuando hace unas semanas el PP y toda su artillería mediática (sumándose a la de la izquierda) cargó en tromba contra el vicepresidente de Castilla y León, por proponer un par de humildes propuestas provida, no es que García-Gallardo cometiera algún tipo de terrible metedura de pata o dijera algo disparatado, es que el PP es tan pro aborto como la izquierda, por eso reaccionó exactamente igual. No es que no fuera el momento estratégico de hablar del aborto, es que el PP no tiene nada que añadir a lo que dice la izquierda sobre el aborto.
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Durante años y años el PP ha evitado mojarse al hablar sobre el aborto apelando al recurso pendiente en el Tribunal Constitucional. Era la Justicia y no el PP la que se tenía que pronunciar. No me pida mi opinión, le remito al TC. Y naturalmente en el TC, mientras ha habido mayoría conservadores de magistrados designados por el PP, el recurso ha dormido el sueño de los justos en un cajón. En cuanto la izquierda ha conseguido una mayoría progresista en el TC, por el contrario, lo primero que ha hecho y lo ha hecho deprisa es santificar la legislación abortista actual. Lo ha hecho sin buscar ningún tipo de consenso, lo ha hecho rectificando la anterior doctrina del TC, y lo ha hecho incumpliendo el deber de varios magistrados progresistas, empezando por Pumpido, de abstenerse en esta cuestión, respecto a la que ostentaban una parcialidad y una toma de postura previa manifiesta, cuando no una participación en la ley que se recurría.
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Por lo menos asistimos a una clarificación.
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Ya sabemos lo que piensa el PP.
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Ya se ha quitado la careta Feijóo.
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El aborto no es un delito, siquiera despenalizado en algunos supuestos, sino un derecho.
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Se consagra el derecho a matar en vez del derecho a la vida.
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Hasta las 13 semanas, 6 días, 23 horas, 59 minutos y 59 segundos, no hay vida humana. No queremos que nos digan que matamos seres humanos.
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A las 14 semanas y un segundo, sin embargo, se produce un pequeño milagro legal en virtud del cual lo que no era más que una basura celular con un latido que no queremos escuchar, un género que no nos interesa, y una cara que no queremos ver, se convierte mágicamente en ser humano. Porque lo dice la ley. Porque sí. El año pasado Francia amplió el plazo para el aborto libre de las 12 a las 14 semanas. O sea, que o ahora la vida de los franceses empieza por arte de magia a las 14 semanas en vez de a las 12, o ahora se pueden matar a las 14 semanas lo que antes eran niños a las 12. Todo es absolutamente arbitrario, ilógico, cruel y anticientífico, pero incuestionable y obligatorio.
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De todos modos se puede abortar también a partir de la semana 14 en una serie de supuestos. No tenemos ni una ley de plazos ni una de supuestos, sino una mezcla de ambas. Cómo no va a estar satisfecho Feijóo. Cómo no van a estar contentos con esta legalidad todos los abortistas.
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Si para alguien el aborto no es una cuestión importante puede dudar si votar al PSOE o al PP. Si para alguien el aborto es una cuestión importante no puede dudar entre votar al PP o a VOX. Más que nada es lo que está diciendo Feijóo.
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