Ninguna cosa buena puede tener la atroz dictadura chavista que padece Venezuela. Si acaso, por sacar algo en positivo, los últimos acontecimientos sirven para hacer caer las últimas caretas de la izquierda. En España tenemos un gobierno que necesariamente tiene que apoyarse, y por tanto depende de ellas, de formaciones que apoyan abiertamente la dictadura y el pucherazo de Maduro. Este es no sólo el nivel moral del sanchismo y del gobierno que tenemos, sino el peligro real de involución democrática que estamos corriendo. Todos los socios de Sánchez que aplauden lo que sucede en Venezuela y dan su beneplácito a Maduro, se deduce que no tendrían reparos en hacer exactamente lo mismo en España. Lo están haciendo de hecho. Puede que no estemos aún en el mismo peldaño que Venezuela, pero estamos ya en la misma escalera.
El pueblo venezolano ha elegido a @NicolasMaduro como Presidente. Comunidad internacional y observadores internacionales deben garantizar respeto a resultados por todas las partes dentro y fuera del país. La derecha debe entender que la democracia se respeta también cuando pierde https://t.co/i9jpaSY0q3
— Irene Montero (@IreneMontero) July 29, 2024
Si por un lado tenemos a la izquierda global que apoya abiertamente a Maduro, tenemos también a una izquierda que, bajo la careta de una cierta moderación equidistante, evita reprobar a Maduro y evita así también las consecuencias lógicas de esa reprobación.
Ni Maduro ni la oposición: Lula da Silva afirma que no reconoce las elecciones de Venezuela https://t.co/kRQemkp7yq pic.twitter.com/HeOixmoMi1
— FRANCE 24 Español (@France24_es) August 30, 2024
El caso de Lula resulta junto al de otros bastante paradigmático. Lula ha ido dando bandazos sugiriendo desde una repetición de las elecciones hasta la formación de un gobierno de consenso con reparto de cargos, entre la oposición y Maduro. Pero vamos a ver, o las elecciones han sido limpias o ha habido un pucherazo. Si han sido limpias, que gobierne Maduro. Pero si ha habido un pucherazo, ¿por qué habría que repetir las elecciones o por qué la oposición tendría que repartir el poder con el autor del pucherazo? El perdedor tiene que abandonar el poder y punto. Y si además ha cometido un pucherazo, tiene que pagar penalmente por ello. No digamos cuando para consolidar ese pucherazo está provocando detenciones, torturas y muertos.
ÚLTIMA HORA | María Corina Machado rechaza las propuestas de Lula sobre repetir elecciones o formar un gobierno de coalición en Venezuela https://t.co/EO5RZeF46p pic.twitter.com/cxzQqsgjGB
— AlbertoRodNews (@AlbertoRodNews) August 15, 2024
El pucherazo de Maduro en Venezuela, no siendo por otro lado la primera vez que el chavismo desacata un resultado electoral, pone a prueba el talante democrático de la izquierda global. Los problemas de casi toda la izquierda hispanoamericana para condenar abiertamente a Maduro, como evidencian los equilibrios de Lula, Obrador y en general los miembros del Grupo de Puebla, muestran que el chavismo no es la única amenaza para libertad en todas aquellas tierras. Por de pronto Lula se ha dado mucha más prisa por cerrar X en Brasil, siguiendo en esto la estela de Maduro, que por enfrentarse a Maduro y sus socios grupopueblanos en nombre de la libertad.
Otegui te explica lo de ETA y Zapatero lo de Venezuela. https://t.co/CFCttcrbUB
— Adolfo (@adolfopamplona) August 18, 2024
Precisamente la pasividad del Grupo de Puebla frente al pucherazo de Maduro es una apelación no sólo a todos estos dirigentes socialistas pero pretendidamente demócratas de Hispanoamérica, sino también al PSOE y a sus fuertes lazos políticos e ideológicos con este Grupo de Puebla. El Gobierno de España, de hecho, ha evitado reiteradamente calificar como dictador a Maduro. Recordemos que Zapatero le hizo media campaña electoral a Sánchez en las Generales del año pasado. El silencio de Zapatero resulta particularmente vomitivo porque la misión de un observador puede ser cualquiera menos callar. Un observador está precisamente para confirmar el resultado o para denunciar el pucherazo. Lo que no puede hacer un observador es esconderse. ¿Para qué sirve si no un testigo-observador?
El clamoroso silencio del Grupo de Puebla sobre Venezuela https://t.co/YQ3s41VJCo
— Ramon de Isequilla (@ramonpunta) September 4, 2024
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, evita llamar dictador a Maduro y condenar el fraude electoral. La izquierda ha ido retrasando cualquier pronunciamiento a la espera de la publicación de las actas con los resultados por parte de Maduro, como si la propia ocultación de las actas no fuera ya un golpe de estado.
Han pasado ya más de 30 días desde las (fraudulentas) elecciones presidenciales de Venezuela. ¿Sabemos algo sobre la publicación de las actas mandatada por la propia ley chavista? pic.twitter.com/QWKJ40TLM1
— Juan Ramón Rallo (@juanrallo) September 2, 2024
Ahora ya se han superado todos los plazos legales que obligan a la publicación de las actas incluso bajo la propia constitución chavista, sin que las actas se hayan publicado, pero la izquierda sigue evitando calificar a Maduro como dictador y, sobre todo, actuar en consecuencia. Seguramente para evitar actuar en consecuencia se evita llamar por su nombre a Maduro, pero las caretas de demócratas de quienes así actúan está por los suelos.