Parece que toda la campaña electoral hasta el 23 de julio el PSOE pretende hacerla girar en torno a VOX. La campaña electoral de mayo el PSOE la intentó hacer girar sobre una lluvia de millones que Pedro Sánchez iba desgranando cada día de campaña, con nuevas dádivas y regalías, comenzando por decenas de miles de viviendas. Por el contrario, la campaña acabó focalizada sobre los asesinos de ETA en las listas de Bildu. De cara a las generales de julio, por consiguiente, Sánchez pretende cambiar totalmente de estrategia. Se acabaron las campañas en positivo. Se acabaron los regalitos. La campaña tiene que girar ahora en torno al odio y el guerracivilismo, a la amenaza de la extrema derecha (que debe ser el PP) y de la derecha extrema que es VOX. No lo discutan, que esta verificado por Ana Pastor.
Os dejo mi intervención de esta mañana en el Congreso.
Lo que nos jugamos el próximo #23J: la Mejor España o la peor derecha #VoxPP 👇https://t.co/P4WJzvQXA6
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) May 31, 2023
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Desde luego no está claro que esta estrategia le vaya a funcionar bien al PSOE, sirva como ejemplo Madrid. En Madrid, la izquierda lleva años jugando contra Ayuso la carta de la máxima crispación. Más que es una asesina que mata a la gente para forrar a su hermano ya no se puede decir. El problema es que cuanto más insulta la izquierda a Ayuso, más votos cosecha la presidenta de Madrid.
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Lo que está claro tras sus declaraciones de ayer y tras los primeros movimientos de sus peones es que Pedro Sánchez no ha decidido una rectificación tras su debacle electoral. Ayer parecía que Ione Belarra se había comido a Pedro Sánchez. Los discursos del PSOE y de Podemos son ya indistinguibles. Le ha ido tan bien a Podemos en las elecciones que Cerdán y Sánchez han decidido copiar la estrategia y el discurso de Podemos. Lejos de una ruptura con el radicalismo, el PSOE ha apostado por apretar el acelerador.
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Se entiende que el PSOE quiera presentar a VOX poco menos que como un partido nazi, lo que no se entiende es que el PP le siga al PSOE en este planteamiento. Primero no es inteligente llamar nazi, o actuar como si fuera nazi, al partido con el que probablemente tengas que acabar pactando. Y segundo no ayudes a la izquierda en su campaña de estar plantando cara a la ultraderecha validando tú también la idea de que VOX es la ultraderecha fascista come niños judíos.
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¿Pero se come VOX a los niños judíos?
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Desde luego no es VOX quien ha establecido un plazo legal en el que queda suspendido el derecho a la vida y pueden comerse los niños indeseados, pero siempre resulta curioso ver cómo funciona el discurso de la izquierda para determinar que VOX es la extrema derecha. El ejemplo más reciente y viral es el de Ana Pastor en una entrevista a Rodrigo Rato. Pastor le pregunta a Rato si VOX es la extrema derecha, Rato pregunta qué es la extrema derecha y Pastor responde que VOX. El razonamiento circular y la forma de hacer una entrevista no pueden ser más ilustrativos de la situación.
– ¿Es VOX ultraderecha?
– ¿Qué es ultraderecha?
– VOX
– Entonces no tengo nada que decir🤣🤣🤣🤣🤣pic.twitter.com/wYQ3hwcInG
— Willy Tolerdo (@WillyTolerdoo) May 31, 2023
No sólo es que la entrevistadora, supuesta encarnación de la neutralidad izquierdista, decide tanto las preguntas como las respuestas de la entrevista, sino que contra toda lógica sustituye la clasificación por el objeto de la clasificación.
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Para saber si Pepita es una oveja o una jirafa, primero tenemos que saber qué es lo que define a una jirafa, como tener el cuello muy lago y el cuerpo con manchas. Porque si realizamos el proceso a la inversa, y primero determinamos que Pepita es una jirafa para después deducir de Pepita qué es ser jirafa, si resulta que Pepita es una oveja convertimos ser jirafa en tener un cuerpo pequeño y lanoso. ¿Qué hacemos entonces con las auténticas jirafas? ¿Y cómo nos hacemos un jersey con una piel de jirafa? Del mismo modo, no se puede determinar que VOX es la extrema derecha y después definir lo que es la extrema derecha. Primero habrá que definir qué es la extrema derecha y después ver si VOX encaja en esa definición.
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Desde luego VOX no encaja en absoluto en los parámetros de una formación nacionalsocialista, pero es que además casi podría afirmarse que responde más bien a las características de una formación libertaria. Ningún partido autoritario, ultra o de extrema derecha tendría por ejemplo como bandera la libertad educativa. Ningún partido ultra ofrecería a la izquierda un PIN parental para que sus hijos no fueran adoctrinados en los colegios del estado o en cualesquiera otros colegios. Tampoco ha dejado de rechazar nunca VOX el acoso, las agresiones o los boicots contra sus rivales políticos. En realidad, desde muchos puntos de vista, es la izquierda española la que se parece al nacionalsocialismo y sus métodos mucho más que VOX. Hasta la propia Newtral de Ana PAstor no parece otra cosa que una ingeniosa ocurrencia goebbeliana de autoverificación y autoafirmación.
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