UPN como pollos sin cabeza

UPN es ahora mismo un pollo sin cabeza. En realidad hace tiempo que UPN es un pollo sin cabeza, lo cual explica la situación actual de UPN. La meta de UPN desde hace ya muchos años era gobernar con el PSN. Esa meta no se ha alcanzado porque el PSN está en otra deriva desde hace también ya muchos años. Fallado el plan de gobernar de la mano del PSN la meta ahora es gobernar con Geroa Bai. Con el nacionalismo vasco, nada más y nada menos, quién ha visto a UPN y quién la ve.

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A este respecto no cabe engañarse demasiado. Los dos objetivos fundamentales de Geroa Bai, es decir del PNV, son anexionar Navarra a la CAV y la independencia de Euskadi. Puede haber más objetivos, pero todos los demás se encuentran subordinados a estos dos. Por eso acercarse a Geroa Bai implica o volver a perder un montón de años como los que se han pasado esperando inútilmente al PSN, o convertirse en un facilitador de los objetivos del nacionalismo vasco a cambio del poder. Si el reproche al PSN estos años sería haberse vendido al nacionalismo a cambio del sillón, ese podría ser ahora el plan.

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Desde que Sanz y Esparza han verbalizado la nueva estrategia de UPN, lo cierto es que en la formación Navarra han empezado a proliferar públicamente las opiniones favorables a esta posición. Una posición que pasa ante todo por una aproximación a la política lingüística del nacionalismo. El problema es que para el nacionalismo el euskera no es otra cosa que un instrumento de construcción nacional. O sea, si el uso del euskera hiciera decrecer el número de independentistas, el nacionalismo frenaría el uso del euskera. El nacionalismo ha convertido el euskera en un pack político-lingüístico y si de algún modo se pudiera despolitizar el vascuence tendría que ser de cualquier modo menos precisamente de la mano del nacionalismo.

Gracias por publicar mi artículo @NoticiasNavarra.

“Navarra necesita un regionalismo fuerte y transversal”. pic.twitter.com/1F9YEQN7ZX

— Julen Sesma (@julensesma) September 5, 2023

El nuevo himno de UPN podría ser “Sin ti no soy nadie”, la canción de Amaral. En realidad, más bien habría que decir que sin ti no soy alguien. UPN intenta tapar la incapacidad de ganar votos con la capacidad de ganar aliados. Pero los aliados que sean. Lo malo es que depender de otro para ser alguien suele ser mucho más beneficioso para el otro que para uno y no suele dar lugar más que a melodías de melancolía y despecho. Pasar de no ser nadie sin el PSN a no ser nadie sin Geroa Bai puede ser cualquier cosa menos ilusionante. Van sucediéndose los príncipes azules, los príncipes azules siguen ignorándote y sigues una vez más sin ser nadie. La  aspiración alternativa de UPN debería ser Sin ti yo soy alguien.

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Cuando un partido está desorientado da volantazos, y cada vez que un partido da volantazos pierde votantes. O sea, siempre hay un porcentaje de votantes que siguen al partido vaya donde vaya o se tire por el barranco que se tire, pero otro porcentaje se pierde en cada cambio brusco y absurdo de dirección. ¿En qué puede quedar UPN tras pegar un volantazo hacia Geroa Bai? Lo cierto es que a UPN no le queda mucho margen de error. Si con estas maniobras estrambótricas UPN pasa a ser un partido de 9 diputados habrá iniciado ya un camino de no retorno hacia su conversión en la Unidad Alavesa foral.

Geroa Bai recuerda a UPN que los acuerdos mutuos pasan primero por el respeto al euskerahttps://t.co/A4T3r2Lfnb

— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) September 4, 2023

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En toda crisis política o identitaria conviene preguntarse qué es lo que uno quiere, si que sus ideas y valores lleguen al poder o simplemente llegar al poder, porque la respuesta (y consiguientemente la estrategia) será totalmente distinta según se trate de lo uno o lo otro. Los bandazos son un claro indicio de la falta de ideas y valores. A falta de ideas y valores propios, se intenta abrazar arbitrariamente las ideas y valores de los demás; sin criterio ninguno, buscando simplemente algún camino para llegar al poder. Y efectivamente uno puede llegar al poder, como Sánchez, o como Chivite, pero con las ideas, los valores y los programas de los demás, que son los que marcan la dirección y ostentan el verdadero poder.

En el caso de Geroa Bai, ni siquiera está claro que sea un buen socio para llegar al poder, ni siquiera haciendo dejación de los propios principios, los que una vez se tuvieron o los que queden aún. Por un lado UPN no suma 26 diputados con Geroa. Geroa Bai, además, es como UPN una formación menguante, de hecho más que UPN. Si UPN se puede descalabrar definitivamente en su próxima cita con las urnas por aparearse con Geroa, otrotanto le puede pasar con su electorado a Geroa. Por otro lado, Geroa no tiene que hacer cosas raras con UPN para llegar al poder. Ya está en el poder. Si UPN quiere llamar la atención de Geroa lo que a lo mejor tenía que hacer es presentarse a las elecciones en la CAV.

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Si uno quiere llevar unas ideas al poder, trata de convencer de ellas a la gente. Si uno sólo quiere llegar al poder, abraza las ideas que convencen a más gente. ¿Qué es lo que quiere UPN? Lo que más erosiona a un partido es no tener ideas propias. Naturalmente es muy difícil, y más sin los medios para ello, convencer a la gente de las propias ideas, pero no se crece a costa de las ideas ajenas. El problema de partidos como el PSOE o el PNV es que tampoco ya tienen ideas propias. La idea general dominante es que cuanto más se es de izquierdas mejor, o cuanto más nacionalistas mejor. En ese marco es mejor ser Podemita o de Bildu que del PSOE o del PNV. Arrimarse a Podemos o Bildu para conservar el poder funciona durante un tiempo, pero la sangría no puede detenerse a medio plazo mientras el marco siga siendo cuanto más radical mejor y el otro sea más radical que tú. Además el tiempo que uno consigue aferrarse todavía al poder lo hace aplicando la política del otro, con lo que el otro ya está gobernando aunque tú todavía estés ocupando el sillón.

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En el propio marco de la derecha en Navarra, por otro lado, se pueden penalizar los volantazos de UPN mucho más que en otros momentos. O sea, UPN fue en otro momento la fuerza monopolística de la derecha, pero ahora mismo compite con el PPN y con VOX, ambas fuerzas ya con representación propia en el parlamento foral. Si además produce algún efecto el último estertor de Esparza musicalizado por Sanz es el de legitimar a Chivite. Tras una legislatura reprochando a Chivite el echarse en brazos del nacionalismo, resulta que eso mismo es lo que UPN pretende hacer. Tan increíble como que Chivite o Sánchez puedan gobernar con los nacionalistas pactando un programa sólo progresista, sin aceptar peajes nacionalistas, es que UPN pudiera gobernar con los nacionalistas pactando un programa sólo centroderechista, sin pagar peajes nacionalistas. Pactar con Geroa la oficialidad del euskera en toda Navarra, por ejemplo, es un acuerdo al que lo mismo se podía llegar con Geroa que con Bildu. Poniéndolo todo en una balanza, ¿cuántos votos puede ganar y cuántos puede perder UPN por empezar a tontear con la política lingüística nacionalista? Si UPN entra en la puja de pactar con el nacionalismo, el único efecto previsible será que el PSN pueda y deba subir a su vez su puja para ser él quien pacte con el nacionalismo. Sea como sea gana el nacionalismo. Con este viraje desconcertante, puede que ahora mismo haya varios camiones cargados de champán y palomitas dirigiéndose hacia la sede de algunos partidos, pero ninguno hacia Príncipe de Viana. No es buena noticia ni una alegría para el centro-derecha que en UPN anden como pollos sin cabeza. Pero que pongan rumbo a Geroa Bai es casi peor que andar sin cabeza.

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