Penúltimo escándalo en la actualidad navarra: un etarra se dedica a dar clases de Economía en español en un instituto de Tudela. Fue condenado en 2016 a 8 años de cárcel pero el tiempo pasa a toda velocidad. Sacó una oposición de profesor en la administración foral pero sin conseguir plaza, por lo que ahora está en lista para realizar suplencias. Es así como ha llegado hasta este instituto en el que ya son un clamor entre los alumnos y sus familias los antecedentes de este ejemplar profesor.
En el diario ABC se refiere que la Asociación de Padres y Madres del centro no ha recibido ninguna queja ni comentario, pero el diario cita el caso de un padre que puede explicar este hecho: «Yo iba a mandar un escrito pero me aconsejaron que no me expusiese, al final a mi hija le da clase y no quieres que se vea expuesta. Él se ha quedado ahí y nadie nos hemos atrevido a hacer nada, ni padres ni hijos. Unos porque están donde están y otros, por miedo o no querer meterse en follones». ETA no mata, pero entre eso y la libertad todavía hay un trecho.
El consejero de Educación, el socialista Carlos Gimeno, ha expresado que la situación le preocupa, le desagrada y le inquieta, pero que el gobierno no puede hacer nada al respecto si todo es legal. Esto no es como imponer Skolae, o cargarse la educación diferenciada, respecto a los etarras que dan clases en institutos su impotencia es total. Y mejor, porque así no tiene que enfadar a Bildu que apoya al etarra y es quien le sostiene junto a Chivite en el poder.
Irónicamente, quienes tienen su puesto en el aire no son etarras sino 352 profesores navarros del PAI (el programa de educación en inglés en Navarra), que como tales se encuentran en el punto de mira del entorno nacionalista. Para que no quepa duda: «La retirada del programa PAI es una de las principales líneas de acción de STEILAS», declara el sindicato nacionalista que podría haber encontrado una grieta legal para dejar los puestos de todos estos profesores de PAI en el alero. Efectivamente, STEILAS pretende imponer la inmersión lingüística en euskera para lo que la educación en inglés y la libertad educativa de los padres navarros es un obstáculo.
El caso es que en esta Navarra infinitamente progresista de 2025 todo esto quizá es lo legal, lo que abona la sensación de que la ley en estos tiempos no sirve para proteger al bien del mal sino al mal del bien. ¿Qué confianza puede acabar teniendo entonces la gente en la ley? Algunos que se desagarran las vestiduras después al llegar el pendulazo, antes han dejado el pendulazo como única opción.