Los hombres viven menos, se suicidan más y consumen más drogas. No es la genética: es una masculinidad tóxica que empuja a asumir riesgos y ridiculiza la vulnerabilidad. No es un bulo, no es fake, no es la ocurrencia de un pseudomedio digital: es la doctrina oficial del Ministerio de Sanidad.
La cosa no deja de ser curiosa. Todos los males de la mujer son consecuencia del maquiavelismo heteropatriarcal del macho, pero todos los males del macho son consecuencia de la estupidez del macho. En cualquier caso todo es culpa del género masculino malvado. A la hora de explicar los males del género femenino los hombres son listos, a la hora de explicar los males del género masculino los hombres son tontos. La cuestión es no poner en duda que los males de la mujer son resultado de una conspiración y una cultura opresora diseñada por los hombres. Por supuesto no existe la biología. Los hombres son más fuertes, o más altos, o más calvos por cuestiones culturales. Las mujeres se quedan embarazadas porque les pusieron un gorro rosa en la cuna. Si a un niño le pones un gorro rosa en la cuna, lo conviertes en una incubadora. ¿Quieres dejar las drogas? Cambiar de sexo es el camino más rápido.
Naturalmente, nunca mejor dicho, la teoría tiene un problema. ¿Por qué en casi todas las especies de mamíferos la esperanza de vida de la hembra es superior a la del hombre? ¿Por qué hay diferencias naturales también en el resto de especies en cuanto a fuerza, esperanza de vida, tamaño o roles? ¿Acaso es todo fruto de una conspiración machista de todas las especies? ¿Fue el Arca de Noé el escenario de una reunión conspirativa de todos los machos de todas las especies para establecer un heteropatriarcado multiespecie? Alternativamente, puede que al terraplanismo sexual lo llamamos ideología de género.
El otro problema es que las cuentas oficiales que deberían ser neutrales (“confíen sólo en la información proveniente de fuentes oficiales”), y que pagamos todos, se han convertido en los últimos tiempos en meros canales de divulgación de discursos partidistas, opinables y a menudo disparatados. Somos constantemente adoctrinados en bobadas con el dinero de nuestros propios impuestos. El tope está claro que no lo van a poner ellos, así que en algún momento tendremos que ponerlo los ciudadanos.
