Los ricos estamos de enhorabuena. Al fin una medida de la administración pública destinada a favorecernos. Concretamente Pamplona, en cumplimiento de las leyes estatales de cambio climático pero sazonadas con un entusiasmo propio y genuino, establecerá una Zona de Bajas Emisiones al estilo de Madrid Central. O sea, una zona restringida al tráfico de vehículos (aún más) en la que sólo podrán entrar los coches con la correspondiente pegatina ECO. Es decir sólo los carísimos coches nuevos que disponen de estas pegatinas. Se acabaron los embotellamientos y los problemas de aparcamiento derivados de la obligación de tener que compartir las calles con la plebe. Preparen sus Tesla, sus Audi, sus BMW y sus Mercedes ecológicos. Por fin llegan los buenos tiempos para los ricos.
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El Ayuntamiento de Pamplona desarrollará un proyecto de Zona de Bajas Emisiones que implantará para 2023, con el fin de incrementar la calidad ambiental de la ciudad
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— Ayuntamiento de Pamplona (@Pamplona_ayto) May 30, 2022
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A nadie se le escapa que los automóviles son un enemigo a destruir por parte del nuevo discurso dominante de progreso. El coche simboliza todo aquello que el progresismo detesta. Lo que el progresismo ama, y por tanto lo único que tolera, es el transporte público colectivo. No puede ser que la gente vaya y venga cuando quiera, a donde quiera, por el camino que quiera, a la temperatura que quiera, en un vehículo de su propiedad, del modelo que quiera (dentro de lo que pueda), sin seguir un itinerario o un programa previamente establecido por el gobierno y ejecutado por un funcionario. La gente se compra un coche para desplazarse y acaba acostumbrándose a la libertad y la propiedad y haciéndose ingobernable.
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La sentencia de muerte contra el coche privado ya ha sido dictada bajo la pena de que no es ecológico. Si algo no es ecológico no es discutible la necesidad de liquidarlo. Nada fuera del discurso dominante de progreso es ecológico y sostenible, luego no se puede discutir la necesidad de acallar o eliminar toda idea que no coincida con el discurso dominante de progreso.
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La ejecución de la pena de muerte contra el coche presenta varias fases, que incluyen el achicharramiento fiscal del propio coche, de los impuestos sobre la circulación, del aparcamiento o del combustible. Los pocos privilegiados que lleguen a disponer de capacidad económica para comprar y usar un coche nuevo sólo lo sacarán del concesionario para comprobar que no pueden circular por ningún sitio, empezando por el centro de las ciudades, para acabar viendo vetada por completo la circulación urbana. Las zonas ZBE sólo han sido pensadas para crecer y crecer.
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La excepción son los coches con distintivo ECO en una primera fase de transición hacia la total electrificación. Evidentemente cuanto más ECO es un coche también es más caro. Un coche ECO es más caro que cualquier coche equivalente no ECO. Que sólo conduzcan los ricos. Para los pobres ya están las bicis. Los pobres son sostenibles. Agradece al gobierno y bendice tu pobreza sostenible.
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Desde luego la cruzada de progreso contra el vehículo particular de combustión asequible y popular choca con dos de las preocupaciones aparentes de nuestra clase política. Los empleos directos e indirectos del sector de la automoción y la España vaciada. A ver si nos pensamos que los empleos del sector de la automoción son compatibles con las políticas encaminadas a la extinción del coche, o que a la España vaciada se llegará poniendo un AVE en cada pueblo de 50 habitantes.
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Podría pensarse que esto tiene que ver con la ecología, pero lo que sin embargo vemos es que cuanto menos contaminan los coches ya sea por la eficiencia de los nuevos motores de combustión, ya sea por la hibridación, o ya sea por la electrificación, en vez de relajarse las restricciones por el contrario cada vez se hacen más severas. No vamos hacia un modelo en que todo el que tenía un coche de combustión tendrá un coche eléctrico, vamos a un modelo en el que sólo unos pocos privilegiados tendrán un coche eléctrico, no digamos un coche particular. Si los coches eléctricos fueran mejores y más baratos que los de combustión la sustitución vendría por sí sóla, no haría falta que el gobierno la impusiera.
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En la corta distancia, en vez de ser una prioridad la organización política de la España vaciada, o además de la España vaciada, seguramente interesaría crear plataformas contra el gobierno como la España que conduce, la España que tributa, la España insegura, la España okupada o la España que se endeuda. Alternativamente, es preciso antes de votar investigar qué partidos si los hay pueden recoger las reivindicaciones que podrían ser propias de este tipo de plataformas, para apoyarlos ya.
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Si ustedes se fijan avanzamos hacia un modelo de sociedad en el que la gente no tenga nada y coma gusanos y hamburguesas sintéticas, dependa para todo del estado, no pueda hacer nada sin un permiso del gobierno, no pueda saber nada que no venga de fuentes oficiales o esté aprobado por agencias oficiales de verificación, un modelo en el que esté prohibido todo lo que no sea obligatorio y en que el gobierno tenga poderes especiales para suspender en cualquier momento los escasos derechos individuales que todavía se puedan respetar. El problema de la dictadura global que siempre algunos anhelaron era tan sólo cómo venderla para que la gente la abrazara de buen grado en vez de combatirla. La forma que han encontrado es etiquetar la nueva dictadura como social, ecológica y sostenible. El cambio climático que justifica todo esto puede ser verdad o no, de lo que no hay duda es de que en todo caso se aprovecha para imponer una agenda política absolutamente liberticida. La libertad y la propiedad no son sociales, ecológicas, ni sostenibles. Sólo la pobreza y la sumisión son sostenibles. Sólo la dictadura es sostenible. No tendremos nada, iremos en autobús público, comeremos gusanos, leeremos sus medios, veremos a los que se han hecho ricos con la transición energética y alimenticia adelantarnos con sus Tesla y no nos podremos quejar. No es que seremos felices, es que los pobres no nos podremos quejar. Las quejas no son ecosostenibles. Disfruta de la sostenibilidad de tu pobreza sin rechistar.
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2 respuestas
RIP España.
RIP España.
RIP España.
Más allá de prejuicios y cuestiones ideológicas, hay un problema energético insalvable e inmediato … ¡¡ El petróleo barato se acaba !!
La única forma de retrasar lo inevitable y evitar el colapso de la industria y el transporte pasa por reducir el consumo, principalmente de diésel. las medidas van encaminadas a reducir el uso de combustibles fósiles, no es un asunto ideológico, es un asunto estratégico, todas las ciudades europeas van a implantar medidas similares … en Madrid el alcalde del PP Almeida ha relanzado un plan muy similar al de Carmena, No hay alternativa.
El coche eléctrico es un salvoconducto para mantener viva a la industria y que los más pudientes puedan seguir teniendo su vehículo privado … pero tampoco tiene más recorrido. Hemos alcanzado unos límites de consumo que no se pueden superar, si cada vez hay menos energía tendremos que gastar menos, no es ideología, es ciencia y contra ella nada se puede hacer.