De todas las noticias preocupantes para Navarra y para el conjunto de España sin duda esta no es la menor. La policía ha identificado a 7 personas relacionados con el salvaje apuñalamiento a un joven hace un par de días en el parque de la Media Luna. Se trata de 7 personas de origen marroquí.
https://twitter.com/Ana__Ann/status/1678500915752448005
Nos encontramos una vez más con la evidencia del elefante sentado en el sofá del salón. Podemos ignorar el problema, pero no las consecuencias de ignorar el problema. Cada día hay más violencia en las calles, las calles son más inseguras y la izquierda es a la inseguridad ciudadana lo que el tabaco al cáncer de pulmón o la bollería industrial a la obesidad.
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A nadie se le escapa, salvo a la izquierda, que el descontrol fronterizo produce un efecto llamada sobre la delincuencia. Si en las fronteras no hay controles de entrada efectivos, la salida natural para los delincuentes perseguidos en sus países de origen por todo el Magreb es viajar hacia Europa.
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Durante la pandemia se levantaron estrictos controles en todas las fronteras. Para poder viajar de un país a otro hacía falta incluso pasar un test de antígenos. La lógica no era la xenofobia, sino afrontar el hecho de que entre todas las personas que viajaban había algunas contagiadas. Si aquella lógica era buena para los contagiados, ¿por qué y con más razón no es buena para los delincuentes? ¿Acaso no sabemos que hay delincuentes y gente peligrosa entre la gente que llega a nuestras fronteras? ¿Por qué hemos levantado un muro ante una persona que daba positivo en un test y no lo levantamos con mucha más razón ante una persona que venga de su país de origen con un historial criminal?
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Obviamente a las personas que vienen de fuera a delinquir, si a pesar de los controles consiguen entrar, hay que expulsarlas del país. No porque sean peores que los delincuentes autóctonos, sino precisamente porque nos gustan igual de poco que los delincuentes autóctonos. Si no nos gustan los delincuentes autóctonos, ¿qué sentido tiene importarlos de fuera? Importando delincuentes es imposible que no suba la inseguridad de un país. Los controles en las fronteras no se ponen para criminalizar a los inmigrantes, sino precisamente para separar a los que son delincuentes de los que no son delincuentes. El control fronterizo es justo lo contrario de meter a todos los inmigrantes en el mismo saco para criminalizarlos.
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Naturalmente el 100% de los delitos no son cometidos por extranjeros, pero estamos asistiendo a una evidente correlación entre delincuencia e inmigración, por no hablar del estallido social al que acabamos de asistir en Francia. El calificativo de “negacionistas”, que tan alegre y frecuentemente se usa en tantos ámbitos, sí que resulta aplicable en cambio en el caso de quienes no quieren ver la relación entre inmigración descontrolada e inseguridad. Hay un número máximo de inmigrantes que puedes acoger antes de que empiecen a aparecer los problemas. No todos los inmigrantes tienen la misma capacidad e incluso la misma voluntad de adaptarse a nuestra cultura. Y a la gente que viene a delinquir y a generar problemas hay que evitar que entre o si ya ha entrado expulsarla del país. Esto no sólo es básico para evitar un aumento exponencial de la delincuencia o un estallido social sino también el surgimiento de un sentimiento de xenofobia real.
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Un comentario
Son los MENAS y otros hombres en edad de combate, traídos de las calles llenas de delincuencia de esos países que tanto gustan a millonarios plutócratas y déspotas progres.
Los usarán después de la elecciones, no sé si antes de cambiar gobierno o después, pero no les quepa duda que no les han traído para hacer nada.