Venezuela ha aprobado en referéndum la anexión de Esequibo, una región del país vecino de Guyana. El resultado ha sido apabullante: un 95% de los venezolanos han votado a favor de la anexión. No obstante todos sabemos el valor que puede tener ahora mismo una votación en Venezuela. Y por tanto las esperanzas respecto a un posible cambio democrático en Venezuela.
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Naturalmente hay que poner esta extravagancia en contexto señalando que Guyana es un país pobre, angloparlante y escasamente democrático de la órbita de la descolonización británica. Tiene una superficie que es más del doble de Portugal pero una población de menos de un millón de habitantes. ¿Pero por qué ahora de repente Maduro convoca un referéndum para legitimar la anexión de una parte de este país? Pues porque resulta que hace unos años se descubrieron importantes yacimientos de petróleo y otras materias primas y resulta que Guayana ya casi produce más petróleo que Venezuela.
La pequeña Guyana ya está a punto de producir más petróleo que Venezuela. https://t.co/GSDGoSjf5w
— Mibelis Acevedo D. (@Mibelis) December 1, 2023
Resulta llamativo pensar en todas las veces que los chavistas han usado como un insulto el calificativo de “imperialista” para ahora fagocitar a un pequeño e indefenso vecino para hacerse con su petróleo. Lo más irónico es que Venezuela tiene mucho más petróleo que Guyana, pero Venezuela intervino los precios y nacionalizó la producción mientras que Guyana ha encomendado la extracción a multinacionales como ExxonMobil. El resultado es que la producción de Venezuela se ha desplomado y la de Guyana se ha disparado. Si Maduro invade Esequibo, lo previsible es que arruine la producción de Esequibo, en vez de solucionar los problemas de abastecimiento de Venezuela. El problema de Venezuela para que vuelva a producir petróleo o cualquier otra cosa es desanexionar a Maduro del poder, no anexionarse Esequibo.
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El caso sin embargo es que este pintoresco referendo que se ha sacado de la manga Maduro invita a una pequeña reflexión sobre la democracia, aunque sea asumiendo la ficción de que no es otro flagrante amaño del chavismo. Es decir, ahora a Maduro si es un demócrata no le cabe otra opción que invadir Esequibo. Pues viva la democracia. Esto a su vez nos lleva a la cuestión, muy candente en España, de si cualquier cosa puede ser avalada en el nombre de la democracia y si la mayoría está por encima de la ley y la moral. Si es así, efectivamente se puede avalar democráticamente la invasión de otro país. Hitler no fue un villano por el ataque a Polonia, sino por no haber convocado un referéndum en Alemania para justificarlo.
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Peculiar es también una consulta no para que un territorio se independice de otro, sino para que un territorio se anexione a otro. Podríamos llamarlo algo así como un derecho de autodeterminación inverso. Otro nuevo avance portentoso del socialismo del siglo XXI. Lo malo para Guyana es que no tiene en principio mucha capacidad militar para oponerse a Venezuela, aunque sin duda es otro charco en que se mete Maduro. Las invasiones nunca se sabe cómo acaban, como bien han aprendido los rusos.
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Por otro lado estamos ante la evidencia de la clase de régimen que convirtieron en referente muchos de los que es imposible encontrar fotos suyas con banderas españolas, o que dicen que llevar una pulsera con los colores de España es facha, pero cuyo álbum de fotos está lleno de imágenes inmortalizándolos con brazaletes de la bandera venezolana, aunque esa bandera nunca les hubiera importado mucho hasta la llegada al poder del chavismo. Ahora nos dicen que no miremos a Venezuela para ver en qué ha acabado el experimento, como si lo interesante de cualquier experimento no fuera justamente comprobar su resultado.
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