La Navarra del cambio iniciado en 2015 va de mal en peor. Da igual el indicador que miremos, pero sobre todo lo observamos en los indicadores importantes. En los últimos días ha cundido la alarma por la sucesión de empresas que cierran o trasladan su sede social fuera de Navarra, pero no hay sector relevante que no este bajo presión y experimentando un fuerte deterioro. Da igual que miremos la Educación, la Sanidad, la Seguridad o la Economía.
Las listas de espera siguen siendo un problema sin resolver. Cuando el gobierno no es capaz de resolver un problema, lo que hace es intentar maquillarlo. Vemos que esto es lo que ha hecho el gobierno con los parados fijos-discontinuos, y es lo que ha hecho también con las listas de espera sanitarias. A lo que asistimos por tanto es a un divorcio entre los datos oficiales y la realidad que experimentan los ciudadanos, ya sea en el ámbito sanitario, económico, laboral o cualquier otro. El descontento popular se asoma ya incluso al Diario de Noticias a través de las cartas al director.
Por lo que respecta a la Educación un reciente estudio internacional, el TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study), revelaba que un 30% de los niños de 4º de primaria en Navarra tienen un nivel bajo o muy bajo en matemáticas y Ciencias. De las 9 comunidades españolas que participaron en el estudio, Navarra quedó cuarta en Matemáticas y quinta en Ciencias. Si por lo demás alguien tiene alguna duda, ahí están los resultados acumulados de los informes PISA. Nos hundimos es un diagnóstico generoso.
La economía y el empleo son capítulos en los que la situación en el mejor de los casos es de estancamiento. El número de ocupados aumenta por el mero hecho de que aumenta la población. Ahora bien, el empleo crece menos que la población, por lo que la tasa de paro de hecho sube o se mantiene. La actual tasa de paro del 7,72%, en el tercer trimestre de 2024, se encuentra a años luz del 4,29% en el tercer trimestre de 2007. El problema además son los nubarrones que se acumulan alrededor de nuestro futuro económico, salvo para quien crea que toda la fuga de empresas a la que estamos asistiendo no representa una amenaza para nuestro futuro económico.
¿Puede ser la cosa peor? Evidentemente sí. El otro gran problema que crece de forma exponencial, que la población empieza a sufrir de manera evidente y que encima los políticos de “progreso” se niegan a reconocer es el de la seguridad. De este problema no se puede hablar porque presenta una obvia relación con la inmigración ilegal. Lo feminista es evitar mirar el problema. Hermana, yo no te veo. Problema que no veo, asunto resuelto.
Todo lo anterior invita a un diagnóstico preocupante sobre la situación de Navarra. Ya la situación es preocupante, pero todo se va alineando para un empeoramiento futuro de la situación. El problema va a llegar sólo con rapidez si todo va bien y los vientos de la economía global soplan a nuestro favor, pero si por lo que sea cambia el ciclo económico o pasa algo inesperado, el escenario de crisis económica y social va a llegar muy rápidamente, de una forma extraordinariamente potenciada y explosiva. La sorpresa va a ser traumática para todos aquellos que creen que el estado público del bienestar se puede mantener si colapsan el sector privado, la seguridad, el crecimiento y la salud del tejido empresarial.
