Asistimos en los últimos días a una fiebre curiosa en las redes sociales. Las figuras relevantes del PSOE, asumiendo que semejante cosa existe, están publicando casi uno a uno su foto firmando el aval a Pedro Sánchez como su candidato a la secretaría general del PSOE.
Convencida y orgullosa del trabajo de @sanchezcastejon al frente de un partido al servicio del país. En defensa de la libertad y democracia. Siempre al lado de la gente sencilla. Por la modernización de España, la justicia social y la igualdad de oportunidades.#41CongresoPSOE pic.twitter.com/yNmbT2QQoZ
— María Jesús Montero (@mjmonteroc) September 23, 2024
Esta fiebre por expresar públicamente el apoyo y la devoción a Pedro Sánchez resulta más significativa si cabe porque Pedro Sánchez es el único candidato a la secretaría general del PSOE. O sea, que la elección del camarada secretario general podemos calificarla de cualquier cosa menos de emocionante.
Hoy es un buen día para avalar a Pedro Sánchez para su reelección como secretario general del @PSOE Con su liderazgo España progresa, la economía crece, se crea empleo, los derechos avanzan, nuestro escudo social se fortalece y crece nuestro prestigio en Europa y el mundo pic.twitter.com/aYjTd7OaMy
— Miquel Iceta Llorens /🌹🇺🇳 (@miqueliceta) September 24, 2024
Nos encontramos por tanto ante una elección que no es tal, porque elegir implica poder decidir al menos entre dos candidatos. Aquí la elección es como mucho no votar al único candidato posible, pero considerar eso como poder elegir sería elevar al rango de democracia la mera incertidumbre sobre el porcentaje de apoyo al inevitable vencedor.
Acabo de presentar mi aval para que @sanchezcastejon siga siendo el Secretario General del @PSOE.
— Reyes Maroto (@MarotoReyes) September 23, 2024
Necesitamos tu compromiso y liderazgo para seguir consolidando avances sociales, económicos y medioambientales en nuestro país y hacer frente a la amenaza de los populismos.
PSOE… pic.twitter.com/IQ0h2M3CtN
Por supuesto se supone que una votación libre lo es cuando aparte de haber alternativas entre las que elegir se trata de una votación secreta. Sólo de este modo se garantiza la ausencia de temores, presiones o represalias. Obviamente el aval a un candidato, previo a la votación, no es un acto anónimo, pero tampoco es normal que se convierta en un acto de exhibicionismo. Es por ello que resulta tan significativa esta fiebre de todos los cargos y figuras socialistas por hacer público y fehaciente mediante una foto en redes sociales, como si alguien pasara lista, su apoyo a Pedro Sánchez. Esto significa que están aterrados, que le tienen pánico a Pedro Sánchez, que los mismos socialistas se comportan dentro del partido como bajo una férrea dictadura y tratan a Pedro Sánchez como un dictador.
El @psoe es el partido de los derechos, del progreso y del futuro.
— Pilar Alegría (@Pilar_Alegria) September 23, 2024
Como militante del #PSOE he firmado el aval para que @sanchezcastejon sea cuatro años más nuestro Secretario General.
Por seguir trabajando para la gente. Por seguir construyendo una España mejor para todos. pic.twitter.com/eM5XbudpSp
Una de las consecuencias de esta catarata de publicaciones es, lógicamente, el señalamiento del poco entusiasta. Si todos los figurones publican su foto avalando al mandarín, el que no la publica queda marcado y colocado bajo sospecha. La avalancha de publicaciones obliga de hecho a todos los cargos relevantes a sumarse a la lista de avaladores públicos en cadena o atenerse a las consecuencias.
Baba Kim Jong’un ölüm yıldönümünde her sene 11 günlük yas sürecinde gülmenin yasak olduğu Kuzey Kore’de “efsane” lider Kim Jong’a halk sevgisi gözleri yaşartıyor.😄 pic.twitter.com/z4CCkmvD2r
— Nigar İbrahimova🇹🇷 (@nigaribr7) October 23, 2022
Esta necesidad de exteriorizar de la forma más pública y efusiva la devoción al líder es propia de regímenes como el norcoreano de Kim Jong-un. En realidad, si pudiéramos atribuir ese maquiavelismo a los figurones del PSOE, casi podríamos pensar que esta exageración en la necesidad de expresar públicamente su apoyo al líder supremo, aval en mano, es mucho menos atribuible a la sinceridad que al deseo de denunciar una situación. Tanto aspaviento tan exagerado expresando el amor al líder llega a hacer que se evidencie su naturaleza impostada y que se convierta en caricatura, transformándose de este modo su gesto en un grito de socorro en vez de un aval. ¿Qué nos quieren decir los avalistas? ¿Se les ha ido de las manos el culto al líder sin querer o la imagen dictatorial de Sánchez que están transmitiendo es una sobreactuación deliberada para denunciar la situación?