Paz en Ucrania a los hombres de buena voluntad

Para analizar la aproximación a un acuerdo de paz en Ucrania quizá lo más sensato fuera retroceder hasta antes del ascenso de Trump a la presidencia de los EEUU. ¿Cuál era entonces el análisis que hacíamos de la situación? En primer lugar era obvio tras varios años de guerra el estancamiento de la guerra. Rusos y ucranianos llevan muriendo años prácticamente sobre las mismas líneas de frente. Los pequeños avances o retrocesos de una u otra parte no resultan determinantes. Por consiguiente, el diagnóstico es una situación de equilibrio. Nadie puede ganar la guerra. Esta situación puede perpetuarse y convertirse en indefinida pero a un alto precio. Miles y miles de rusos y ucranianos siguen muriendo.

Cuando una guerra se estanca, llega el momento de plantearse un acuerdo de paz que consista en un reconocimiento del statu quo. Esto no quiere decir que el acuerdo sea justo, sino que es el acuerdo posible. A lo mejor ni siquiera podemos llamarlo un buen acuerdo, pero es mejor que la alternativa. ¿Qué sería un acuerdo justo? ¿Que Ucrania recuperara entero el Donbás y Crimea? ¿Parece eso acaso posible? ¿Qué sentido tiene pasarse 10 años más muriendo sobre las mismas fronteras para llegar al mismo punto pero con docenas a cientos de miles de muertos añadidos? Hay que valorar un posible acuerdo comparándolo con la alternativa a prolongar la guerra, no con escenarios acaso más justos pero imposibles.Todo lo anterior, como se puede verificar en la hemeroteca de NC, no es un discurso que hayamos abrazado con la llegada a la presidencia de Trump sino que viene de antiguo.

¿Es todo estupendo para Rusia? En realidad no. Para empezar ha perdido decenas de miles de vidas en una agresión escasamente razonable desde cualquier punto de vista. Lo que iba a ser un paseo militar que demostrara la capacidad rusa de tragarse en cuestión de días un país del tamaño de España, poniendo a las divisiones de tanques de Putin en la frontera de Polonia, al final ha sido un fracaso militar de proporciones colosales. Tras 3 años de guerra y pérdidas humanas y materiales salvajes, Rusia apenas ha avanzado sobre las fronteras iniciales. Todos los avances rusos se produjeron en los compases iniciales de la guerra, cuando los ucranianos se encontraban todavía casi desarmados. El ejército ruso ha llevado a cabo una demostración de debilidad escandalosa.

Estratégicamente, Rusia se ha convertido en un paria internacional. Sus alianzas políticas y comerciales son prácticamente tercermundistas. Obviamente su fortaleza deriva en buena parte de su relación con China, pero también interesa poner esta relación en perspectiva. China no es mucho más amiga de Rusia que de Occidente. En realidad, a China le interesa mucho más Occidente que Rusia y depende mucho más de su comercio con Occidente. Lo que China no ha hecho es rechazar el regalo de que Rusia se convierta en un satélite de su zona de influencia. Al romper sus relaciones con Occidente, Rusia se ha hecho más dependiente de China. No es un gesto muy hábil de Putin y China no puede hacer otra cosa que celebrarlo.

Económicamente, Rusia no ha sufrido aparentmente un gran varapalo a causa de la guerra, pero tampoco ha salido tan indemne como podríamos pensarnos. La razón de que Rusia haya capeado bien las sanciones es que la economía rusa se basa más que nada en sus materias primas y sus recursos naturales, no en otro tipo de comercio o en productos manufacturados. Puesto que el mundo demanda esas materias y recursos, como el gas o el petróleo, lo que no se vende por un lado se vende por otro. La propia Unión Europea ha seguido comprando gas ruso mientras condenaba a Rusia, lo cual resulta paradójico. Es decir, hemos estado mandando armas a Ucrania para luchar contra Rusia y comprando gas a Rusia para que a su vez lo gastara también en armas contra Ucrania. Nos escandalizamos de Trump, pero no nos miramos en el espejo. En todo caso Rusia está pagando un coste de oportunidad tremendo por culpa de la guerra. Por un lado está dedicando a una guerra que no es capaz de ganar una parte enorme de sus recursos económicos, y por otra parte la guerra demanda una parte no despreciable de la juventud rusa, que en vez de estudiar y cualificarse, tiene que ir a desperdiciar su tiempo o su vida en los campos de batalla de Ucrania. Para Rusia la guerra es por tanto un enorme desperdicio de recursos humanos y materiales que podrían hacer sido invertidos de una manera mucho más productiva.

En el capítulo de consecuencias desastrosas de la guerra para Rusia, cabe anotar también el hecho de que, teóricamente, Putin atacaba a Ucrania por la posible decisión de esta de sumarse a la OTAN y que las fronteras de la OTAN se cerraran sobre Rusia. Sin embargo, como resultado de la guerra, lo que precisamente ha conseguido Putin es echar a Suecia y Finlandia a los brazos de la OTAN y materializar esa frontera.

¿A qué responde entonces la agresividad de Trump con Zelenski? Tal vez al hecho de que, llevado a cabo el análisis anterior, quizá Zelenski quiera seguir luchando a toda costa en vez de llegar a un acuerdo. Evidentemente la situación para Zelenski, o para los ucranianos en general, es muy dura. Tienen que elegir entre la guerra o un acuerdo de paz que asuma una importante pérdida territorial después de haber sido injustamente agredidos. El problema es que la dificultad comprensible para aceptar el statu quo puede llevar, como decíamos, a una prolongación estéril y sangrienta del conflicto. ¿Es por esto que Trump presiona tan intensamente a Zelenski? El hecho es que con el apoyo de los EEUU los ucranianos apenas pueden mantener sus posiciones, pero sin el apoyo de los EEUU su resistencia seguramente colapsaría. Los Estados Unidos, por tanto, en la práctica tienen la capacidad para obligar a Zelenski a llegar a un acuerdo. Eso sí, Trump podría quizá ser un poco más cortés con Zelenski, aunque tampoco sabemos si la hostilidad que ahora apreciamos es originaria o resultado de un tanteo previo en el que Zelenski se ha cerrado en banda a cualquier negociación. Sea como fuere, es evidente que ahora Zelenski se encuentra sometido a presión para asumir en forma de acuerdo unas fronteras que no son a lo mejor las que Ucrania merece, pero son las que siendo realistas impone el balance de fuerzas. Desde luego Ucrania está mucho mejor ahora que cuando el ejército ruso se encontraba a las puertas de Kiev hace ahora 3 años.

El acuerdo sobre las tierras raras puede por lo demás ser un seguro de vida para Ucrania. Si los EEUU pasan a tener un interés económico directo sobre esas tierras y hay presencia de personal y empresas estadounidenses sobre el terreno, eso es un seguro de vida contra futuras incursiones rusas mucho mayor que un papel firmado o un pelotón de soldados de la legión extranjera francesa. Mediante una explotación conjunta de esas tierras, Ucrania puede quedar casi tan protegida como bajo el paraguas de la OTAN. Que los USA acaben explotando esas tierras tras la guerra no sería al final sino otro capítulo más de la torpeza de Putin. Por lo demás, Ucrania va a ser un país armado hasta los dientes sea o no sea miembro de la OTAN. Cabe preguntarse por tanto si el problema de Zelenski, o de Ucrania en general, es Trump o enfrentarse a la incómoda verdad de que tiene que renunciar a las fronteras de 2014 o 2022. Hace tiempo que se veía que ese momento iba a llegar para Ucrania porque con Trump o con Kamala, más tarde o más temprano, se iba a hacer patente que no era posible echar a Rusia del terreno ya conquistado. Trump simplemente no ha esperado más a poner sobre la mesa la evidencia del estancamiento. ¿Han sido adecuadas las formas de tratar a Zelenski? Todos sabemos que el fuerte de Trump no son precisamente las formas.

¿Cuál es por otro lado la alternativa europea? ¿Armar a Ucrania para que recupere todo el terreno? Si eso fuera posible, ¿no se habría hecho ya estos últimos años? ¿Armar a Ucrania sólo para seguir aguantando? ¿Adónde nos lleva eso salvo a un futuro acuerdo en los mismos términos que los del presente pero con muchos más muertos acumulados? ¿Y si la UE no es capaz sin los EEUU de apoyar lo bastante a Ucrania ni para seguir aguantando? La fuerza que necesita la UE para ser un actor internacional relevante, ¿la tiene ahora o sólo podrá salir de un verdadero proceso de refundación? La incomodidad que nos provoca Trump es sólo en el fondo que nos coloca ante el espejo de nuestra propia debilidad.

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2 respuestas

  1. Esta guerra empezó cuando el nacionalismo ucraniano tomo el DONBAS exigiendo que los niños estudiaran en ucraniano y que para ser funcionario había que tener nivel C1 de ucraniano es unas regiones donde el 90% de la población es rusa parlante ¿A qué les suena de algo?

    Luego está la base naval de Crimea que parecía muy importante para Rusia pero que la guerra naval costera efectuada por Ucrania ha demostrado a los chinos (que son chinos pero no gilipollas) que la operación de desembarco en Taiwán será muy costosa. Con un par de drones submarinos Ucrania ha hundido los dos barcos más grandes de la flota rusa sin una sola baja por parte ucraniana. De hecho Taiwán ya ha anunciado que ha conseguido construir un tipo de misil anti-portaviones supersónico que puede ser lanzado desde los aviones de combate de fabricación taiwanesa sin necesidad de apoyo técnico estadunidense

  2. Como muchos, desconozco el fondo de la negociación y en qué dirección apunta la solución al conflicto. Para algunos, parece que Ucrania ha tenido la osadía de rodear a una división de tanques rusos y no que estos hayan invadido Ucrania. La incomodidad que me ha producido Trump es la que ya denunciaron los clásicos :» Dat veniam corbis , vexat censura columbas».

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