Moncloa pone y quita directivos de empresas del IBEX a su antojo. Es la penúltima jugada del sanchismo. ¿Por qué lo hace? Las interpretaciones son tan diversas como malévolas, pero todas ellas inciden en la obsesiva colonización por parte del gobierno de todas las instancias, resortes y poderes del país. Según se mire nos encontramos en plena deriva chavista o ante el famoso principio mussoliniano de todo en el estado, nada fuera del estado y nada en contra del estado, naturalmente con Pedro Sánchez en el papel estrella de gran timonel del estado.

El poder absoluto que va acumulando Pedro Sánchez debería preocupar con carácter general a todo el mundo, ya fuera de izquierdas o de derechas. Es decir, los dos escenarios posibles son que todo este poder en manos del gobierno en un momento u otro pase a la oposición. O sea, que la izquierda está preparando un escenario en el que cuando llegue al gobierno eso que llama la derecha y la ultraderecha resulta que además el gobierno tendrá un poder casi absoluto. La alternativa es que toda esta acumulación de poder tenga como finalidad precisamente acabar con la alternancia democrática. No parece demasiado inteligente dejar tanto poder en manos del gobierno cuando más tarde o más temprano vas a tener que vivir con tus rivales en el gobierno. Evitar que el gobierno acumule demasiado poder es una buena idea siempre que uno asuma que el gobierno a veces será afín y a veces no. Si alguien aplaude la ilimitada acumulación de poder por parte del gobierno o es tonto, y no entiende que todo ese poder acabará en otro momento en manos de partidos a los que detesta, o lo que aplaude es que los suyos acumulen todo ese poder para que no pueda haber nunca un cambio de gobierno, consiguientemente la dictadura.

Volviendo a la idea del titular, no deja de resultar curioso que la izquierda abrace una operación que consiste en tomar el dinero de los impuestos pagados por todos los españoles para invertir en el gran casino de la bolsa. ¿Para Educación, Sanidad y pagar a Broncano? No, para especular en bolsa. Toda esta operación de Pedro Sánchez para quitar y poner directivos a su antojo pasa por coger el dinero de los impuestos que con gran esfuerzo pagan los españoles y colocarlo en la bolsa, donde todos los días suben o bajan las acciones de Telefónica. A decir verdad al especulador de la Moncloa le da igual si las acciones de Telefónica bajan, porque no las ha comprado con su dinero. El conjunto de los españoles, sin embargo, nos hemos convertido sin querer en accionistas de Telefónica. Según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la SEPI adquirió en mayo del año pasado un total de 567 millones de acciones de Telefónica a un precio medio de 4,02 euros por título, representando una inversión de 2.284,8 millones de euros.

La mala noticia es que la acción de Telefónica ya no vale 4,02 euros, como cuando compró el gobierno, sino sólo 3,97. No parece una gran pérdida, pero de entrada ya estamos perdiendo dinero. Se usan nuestros impuestos para jugar en el casino en vez de para hospitales y encima perdemos. No sólo eso, en ese mismo tiempo el IBEX ha subido cerca de un 10%. Casi todo ha subido desde la compra del gobierno, menos las acciones de Telefónica. Lo que pasa es que a Sánchez le importan muy poco el dinero de nuestros impuestos, los hospitales, los enfermos de ELA o las ayudas por la DANA, lo único que le interesa es poder usar nuestro dinero para colonizar las empresas y quitar y poner directivos a su gusto. Sólo pueden aplaudir esto no ya los devotos de Sánchez, sino los incondicionales incapaces de percibir las derivadas de segundo y tercer orden a largo plazo de todo este tipo de decisiones.